Ep. 47

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Hanamaru:-Lamento tener que cancelarte de última hora, realmente el clima no está ayudando mucho el día de hoy, nuevamente una disculpa-. (Su voz salió un poco apagada y arrepentida).

Ren:-No te preocupes Hanamaru, sé que es un tema ajeno a ti, además, es mejor quedarnos en casa, dijeron que las lluvias iban a aumentar a un ochenta y cinco porciento, puede ser peligroso salir-.

Hanamaru:-Sí, lo escuché en las noticias. Pero bueno, también avísale a la señora Sonoda, ya que habíamos quedado en vernos y hablar, menciónale que la cita cambio y vamos a vernos hasta mañana, depende de como esté el día, ¿sí?-. (Hanamaru miró a Dia bajar las escaleras, con su traje puesto y su maletín en la mano, ella señaló hacia afuera, haciendo que ella mirará por la ventana y notará la intensa lluvia que caía afuera)

Ren:-Está bien, no te preocupes, le explicaré la situación-.

Hanamaru:-Gracias, entonces, nos vemos mañana, gracias Ren-.

Ren:-No, para nada, gracias a ti. Hasta entonces-.

Hanamaru colgó y dejó el teléfono en la mesita de centro, se levantó y miró a Dia.

Hanamaru:-¿Irás a trabajar?-. (Preguntó, Dia asintió y no dudo en caminar hasta ella y posar sus manos en la cadera femenina).

Dia:-Tengo. Los socios están un poco apurados con unos trámites que necesitan para poder empezar a trabajar, también, necesito empezar el proyecto que ya lleva casi un año, yo no suelo dura mucho con los proyectos, así que debo darme prisa y ponerme en marcha-. (Explica, acariciando suavemente la cadera de Hanamaru, quién hizo un tierno puchero).

Hanamaru:-Pero dijeron que las lluvias aumentarían, puede ser peligroso-. (Dia sonrió y negó con la cabeza, se inclinó rápidamente y dejó un casto beso en los labios de Hanamaru, quién sonrió por dicha acción).

Dia:-Estaré bien, manejaré con mucho cuidado. Quizás hoy vengo temprano, realmente quiero pasarla acurrucada a tu lado y tomando una deliciosa taza de chocolate caliente-. (Hanamaru sonrió y asintió).

Hanamaru:-Lo tendré listo para tu llegada-. (Dia asintió, beso nuevamente sus labios y se separó de ella).

Dia:-Me voy, llego tarde-.

Dia salió de casa, siendo ayudada por el mayordomo, quién la llevó hasta su auto con un paraguas, para después, regresar a la cocina y ver como Dia se marchaba. Hanamaru soltó un suspiro al verla a través de la ventana, desaparecer en su auto.

Caminó hasta el sofá, en dónde tenía estambre y un lindo suéter color vino siendo tejido. Aun le faltaba mucho para ser terminado, pero para Hanamaru, era un gran avance.

Continuó tejiendo con aquellos palitos y formando un poco más de aquel que sería un lindo regalo para la pequeña Kinako.

Justo cuando iba por sus dobles para crear las mangas, un escándalo en la puerta la hizo detenerse, frunció el entrecejo, dejó las cosas en el sofá y caminó hasta donde se escuchaba el bullicio.

-¡No puede entrar, la señora Kurosawa no está y lo tiene prohibido!-.

Mari:-¡Voy a entrar porqué está fue mi maldita casa y no me importa que Dia no esté!-.

Hanamaru frunció el entrecejo molesta al reconocer aquella voz y sopesar las palabras que habían sido dichas.

Hanamaru:-Señor Kawaguchi-. (El mayordomo giró su cabeza hacia tras, justo donde estaba Hanamaru, mirando a la mujer que estaba un poco mojada por la lluvia).- ¿Sucede algo?-.

-Señora Kurosawa, esta mujer intenta entrar por la fuerza, la señora Kurosawa prohibió dejarla entra, lamento el escándalo y haberla abrumado, la sacaré de inmediato-. (El mayordomo hizo ademan de agarrarla del brazo para sacarla, pero Hanamaru la interrumpió).

Hanamaru:-Espera-. (El hombre la volvió a mirar, esperando órdenes. Hanamaru miró a la mujer y alzó una ceja).- ¿A qué venias?-. (Preguntó).

Mari:-A hablar contigo-. (Hanamaru entrecerró un poco los ojos, notando un brillo singular en los de ella. Mari sonrió).-Quisiera...Decirte algo-.

Hanamaru sabía que no debía confiar ara nada en esa bruja, pero realmente le causaba intriga saber qué era lo que tenía que decir. Miró un poco desconfiada y asintió.

Hanamaru:-Señor Kawaguchi, déjela pasar-. (Ordenó).

-P...Pero, señora Kurosawa, la señora dijo que...-.

Hanamaru:-No te preocupes, ella se ira rápido, sólo deja que hablemos-. (El mayordomo, con pesadez, asintió y la dejó pasar y seguir a Hanamaru hasta la sala. Cuándo Hanamaru llegó a la sala, guardó el estambre y lo que llevaba avanzado, teniendo la mirada de Mari en ella, quién con sus tacones, caminó hasta el sofá, pero Hanamaru la detuvo al ver sus intenciones de sentarse).-No te sientes, mojaras mis sillines y dudó mucho que puedas pagarlos-. (Mari tomó aire completamente ofendida y humillada, así que simplemente, se quedó parada a un costado del sofá).-Bien, ¿Qué tenías que decirme, con tanta urgencia?-.

Mari sonrió, haciendo que sus labios rojos formarán casi una macabra sonrisa. Algo que alertó completamente a Hanamaru.

Mari:-Oye, ¿aún no se cansa de ti?-. (Hanamaru la miró con aburrimiento).

Hanamaru:-¿Es lo único que ibas a decir? Mejor vete, tengo cosas mejores que hacer que estar escuchando idioteces tuyas-. (Ordenó. Mari sonrió).

Mari:-Pensé que después de haber perdido a tu hijo, te iba a cambiar-. (Aquello encendió completamente sus alarmas).

Hanamaru:-Pensaste mal-.

Mari.-Vamos Hanamaru, sabes que ella no va a soportar que una mujer no pueda darle hijos, eso es lo que toda mujer desea, pero... ¿Y si en este momento se está follando a su secretaria o a alguna empleada?-. (Las imágenes que se le vinieron a la cabeza a Hanamaru fueron completamente desagradables).

Hanamaru:-Deja de meter tus inseguridades en mí, ¿o qué? ¿acaso Kanan ya no te satisface?-. (El rostro de Mari perdió toda burla).-O mejor dicho, ¿ya no la satisfaces?-. (Mari dio un paso con molestia hacia Hanamaru, quién se mantenía sentada en el sofá, sin crear mucho drama-.

Mari:-¡Cállate, no sabes nada! ¡Esa buena para nada tuvo que ser mi esposa a fuerza!-. (Hanamaru la miró).

Hanamaru:-Te lo merecías y tú misma te lo buscaste-. (Contestó, finalmente, Hanamaru se puso de pie y caminó hasta ella, quedando frente a frente).-Después de todo, no mereces un final feliz, no después de ser como eres y haber hecho lo que hiciste-.

Los ojos de Mari ardían en furia, expresándola con lágrimas de enojo. Hanamaru se dio la vuelta y empezó a caminar hacia el recibidor, para pedirle que se fuera, pero Mari la detuvo con unas palabras que le rompieron, nuevamente el corazón.

Mari:-¡No me arrepentiré jamás de haberte hecho perder a ese bastardo!-. (Hanamaru se detuvo de golpe, casi escuchando sus propios latidos. Con un movimiento casi lento, se giró hacia Mari, quién tenía una sonrisa en el rostro).

Hanamaru:-¿Q...Qué?-.

Mari:-Dia tampoco merece un final feliz-.

Mari:-Dia tampoco merece un final feliz-

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Continuará..........

365 días de sadomasoquismo- (DiaMaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora