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Helaena estaba en frente de los lannister, con la frente en alto esperando la lealtad de ellos a la reina Rhaenyra.
– Arrodillense ante la reina Rhaenyra y serán perdonados. –Habló Helaena.
–Nunca, nuestra lealtad está con el Rey aegon y no en esa zorra. –Respondió unos de ellos.
– Idiotas, cuiden su lengua, la única persona que se sentará en el trono será Rhaenyra.
– Tu no puedes hacer nada, eres una traidora, una zorra igual que tu reina, entre golfas se entienden, ¿no?.
–Bien, entonces será a la mala. –Respondió esta con seriedad, escuchando un rugido sintiendo como su dragón se acercaba– Ataca, Dreamfire.–exclamó en alto valyrio.
En unos segundos helaena tenía sangre por todo lados pero sin ningúna herida.
–¡Por favor, perdón!, ten piedad! –expresaban entre lágrimas y desespero.
– Ya cambie de opinión, ya no queremos su lealtad. –Respondió subiendo a dreamfire– solo mueran.
–ellos no van a confiar en ti aunque mueras, nunca debiste traicionar a tu esposo, golfa de mierda! –expresó uno con ira.
– Gracias por tu opinión, pero no me importa. –Respondió esta con una sonrisa.
Ahora todo estaba ardiendo en fuego con gritos de todos y helaena volvía a Dragonstone sin mirar atrás pero algo mareada.
Por otro lado estaban algunos reunidos en mesa pintada en Dragonstone, todos en un silencio.
– ¿en serio vamos hablar de esto ahora? –preguntó baela quejándose.
– Si, es importante, pero te puedes ir si quieres. –Respondió daerys con fastidio.
– Lo tenemos que tomar con calma, sabemos que lucerys es algo inseguro y lo tenemos que apoyar. –Habló Jacaerys.
– Es qué algo tiene razón, el no debe ser heredero de Driftmark, si no daerys pero como lo rechazó, lucerys debe de hacerlo guste o no. –siguió baela.
