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“Tentación”

Tn Carrow

No me veo tan mal con la ropa del señor Riddle. Solo que me queda gigante; como no tenía ropa de mi talla el señor Riddle me prestó ropa que tenía aquí en la cabaña.

—Te ves muy graciosa con la ropa de mi papi.— Delphini está al lado mío esperando a que su peluche de elefante se seque con el viento— No se seca.

—Ya te lo lavo solo déjame hacerle unos arreglos a esta camisa.

Delphini esperó tranquila en la cama aunque el sueño empezaba a consumirla dejándola dormida luego de haberse dado una ducha para quitarse el agua del mar.

Acaricie su cabeza y se me hace inaudito pensar que alguien quisiera matar a alguien tan inocente que todavía no se podía defender como es Delphini, o como era cuando nació.

La cuido desde que ella era un bebé y saber que su madre había intentado quitarle la vida me pareció una crueldad.

Salgo de la habitación dejando como siempre una pequeña luz encendida para que no tuviera miedo.

En el pasillo me cruzo con los mellizos quiénes están tirados en el suelo mientras uno lee y el otro lanza una pelota de goma a la pared.

—¿Chicos?

—Ah, hola.— Marvolo habla despreocupado y sumido en su lectura.

—Hola, Tn.— Mattheo me lanza la pelota y yo se la devuelvo.

—¿Que hacen ahí tirados?— los dos se encogen de hombros y siguen con lo que estaban haciendo.— ¿Están bien?

—Teniendo en cuenta que hoy nos quemaron la casa, estamos en una cabaña alejados de todo, en dos días regresamos a Hogwarts y no hemos comprado nada... Creo que estamos bien.— Marvolo me lanza una mirada que no distingo pero puede ser un poco irónica.

—Estamos bien.— aclara Mattheo por si me quedó la duda.

—¿Puedo preguntar por los tiburones?— me senté con ellos.

—Yo le puse a uno caramelo.— Marvolo aparta su vista del libro— cuando tenía siete años me encantaban los caramelos, específicamente los de uva y fresa. Cuando papá adoptó a dos tiburones yo le coloqué a uno caramelo.

—Y yo le puse Fifi porque me pareció gracioso el nombre, no tiene mucha ciencia.— Mattheo sonríe y sigue lanzando la pelota de goma.

—Interesante.

Mi teléfono vibra y veo que es un mensaje del señor Riddle.

Don Enojo.

Don Enojo; La necesito en el despacho.

Yo: Enseguida voy.
¿Quiere algo adicional?

Don Enojo: Una botella
de Whisky de fuego y dos vasos.

Yo: Okey.

Me disculpo con los chicos y voy hasta el minibar por lo que me pidió el señor Riddle y luego voy hasta el despacho que le había enseñado en la mañana el señor Riddle.

Pues cuando entro veo los muebles de colores oscuros que se asemejan a un gris oscuro. Todo aquí es de ese color. ¿Estoy en un funeral?

—¿Me necesitaba?— digo al entrar y veo a mi jefe sentado en su silla con la mano en la barbilla.

—Acérquese.— creo que notó que yo no me había movido, con sus palabras  mis piernas se movieron por si solas.— Sirve uno.

Le sirvo un vaso de whisky y me siento esperando que diga algo.

—¿Le gustó nadar con tiburones?

—No, para nada. Y si vuelvo a hacer algo así creo que mi alma saldrá corriendo.

—No te harán nada, a menos de que mis hijos o yo se lo ordenen.

—Que reconfortante. — un micro sonrisa apareció en los labios del señor Riddle pero desapareció cuando se bebió el vaso.

—Nunca pensé que vería mi casa arder en llamas, la casa de mis hijos.— su mirada está fija en la ventana, bebiendo.

—Lo que menos imaginamos es lo que tiene más probabilidades de pasar, o eso es lo que decía mi madre.— observo la otra botella vacía que está en el escritorio.—¿Ha estado bebiendo antes?

—Que sabia es su madre.— se levanta de su asiento y se acerca a mi— Y si, he estado bebiendo. Teniendo en cuenta que quemaron mi casa con mis hijos adentro.

Le quito el vaso de las manos y lo dejo en la madera pero rápidamente me toma de las mejillas pasando sus pulgares por estás.

—Su madre tuvo una hija muy bella.— sus palabras son un susurro, el alcohol en su aliento es notorio pero no desagradable.— Soy consciente de que muchos le deben haber dicho que eres bella y hermosa. Lastima que yo no soy ellos. Usted es una maldita tentación que vive en mi casa, que se pasea por los lugares con una calma sin saber que jode mis pensamientos en cada segundo.

»Una maldita tentación que quiero probar y tocar pero no puedo porque eres la niñera de mis hijos. Usted es jodidamente perfecta y es la perfección que yo quiero para mí, no quiero que otros hombres la toquen; quisiera besar estos labios carnosos que tanto me están llamando para besarlos y morderlos.

Cuando me di cuenta él estaba en el medio de mis piernas, yo estaba sentada en el escritorio y él me sostenía por mis mejillas.

—¿Sabe lo difícil que es tenerla a mi lado y no pegarla a una pared y besarla? Muy difícil, señorita Carrow. Usted es el fruto prohibido que yo anhelo probar.— sus dedos pasan por mi mandíbula, las palabras no salen de mi garganta. Me ha robado el aliento.— Haces que sea difícil no caer.

—Señor Riddle....

Pero sus labios ya están sobre los míos sumergiendo en un beso lento. Mis labios siguen los suyos, siguiendo el contacto.

Mi mano se enreda en su cabello para acercarlo más a mi.

El señor Riddle me toma por la cintura, muerde un poco mi labio inferior y luego vuelve a apoderarse de mis labios.

Pero lo que fue adormecedor y apasionante se detiene en un segundo.

—Por favor, vaya a dormir porque sino no me haré responsable de desnudarla en ese escritorio.— nuestras respiraciones se mezclan mientras nos alejamos.

Y aunque mi cuerpo quiera seguir mi lado racional me dice “vete, no puedes tener sexo con tu jefe”.

Salí rápidamente de ahí con la respiración agitada y el corazón acelerado.

Si hubiera estado dos segundos más ahí estoy segura que mi lado racional ni siquiera se hubiera escuchado.

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The Game- Tom Riddle +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora