Tn Carrow
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Delphini está acostada a mi lado acariciando mi vientre. Ella me abraza con cuidado porque dice que no hay que aplastar al bebé.
—¿Cómo la vas a llamar?— Delphini traza líneas en mi vientre.
—No sé, no lo he pensado, tengo miedo, princesa.
—¿De que, mami?
—¿Y si no soy buena madre? ¿ Y si no soy lo que mi bebé necesita?
—Serás la mejor mami del mundo, tu me cuidaste a mi y a mis hermanitos, ellos quedaron medio tostados pero eso no importa, eres la mejor y estoy segura de que mi hermanito o hermanita te va a querer mucho.— me agradó saber que ni Marvolo, Mattheo o Delphini tuvieron problema de que esté embarazada de su padre— ¿Podré ayudarte a cuidarlo?
—Okey. Además, quiero tu ayuda para comprarle ropita.
—¡Si!
Nos quedamos hablando un rato del bebé, me gustaba que todo se mantuviera más calmado, mi bebé tranquilo y sano. Ya tengo cuatro meses de embarazo, he ido a cada una de mis consultas con Henry, Tom, Marvolo, Mattheo y Delphini siempre me acompañan.
Marvolo entra a la habitación y se sienta en la cama en silencio.
Delphini se había quedado dormida así que las luces estaban apagadas. Lo único que iluminaba la habitación era los destellos de la luna.
—He estado saliendo con Anastasia.
—¿La hermana de Lorenzo?— él asintió.
—Después me doy cuenta de algo, que no somos iguales, literalmente somos polos opuestos. A veces me viene la idea de que ella merece alguien que si sepa seguirle el ritmo en sus ataques de alegría.
—Los polos opuestos se atraen, si ella te gusta no dejes ir la oportunidad. Te conozco y se que no vas a aceptar con facilidad tus sentimientos; no dejes que tú orgullo te nuble la vista— lo abracé—. Eres un excelente chico.
—Creo que necesitaba oír eso. Te extrañé demasiado.— Marvolo también me abraza y nos quedamos unos segundos así.
Cerré mis ojos apreciando este abrazo porque se que no me dará otro hasta el próximo año bisiesto.
—Auch— solté un quejido.
—¿Que pasa?—. Marvolo me mira alarmado.
—Me duele el vientre— coloqué mis manos en mi vientre y estómago— Busca a tu padre.
—Voy— Marvolo sale corriendo fuera de la habitación.
Respiré profundamente haciendo varios intentos de mantenerme tranquila pero no puedo si siento el dolor.
Tom aparece rápido en la habitación y se arrodilla frente a mi.
—¿Te duele mucho? — asentí— Vamos a llevarte a San Mungo— él me carga entre sus brazos.— Tom, te quedas a cargo.
—Me avisas cualquier cosa.
Tom nos hace aparecer en san Mungo y me lleva a la sala de emergencias.
Unos enfermeros me llevaron a una habitación y dijeron que llamarían a Henry.
Me puse de lado en la camilla agarrando mi vientre. Tom entrelazó una de sus manos con la mía y yo la apreté con fuerza.
No puedo perder a mi bebé, deseo de todo corazón que no sea un aborto.
—Ya estoy aquí.— el doctor me hace acomodarme en la camilla— Vamos a revisar.
—¿Por qué es el dolor? Ella no ha hecho esfuerzos ni ha tenido rabietas.— Tom se cruza de brazos, enojado, sin dejar de sostener mi mano y acariciarla con su pulgar.
—Estoy revisando.— Henry mueve el aparato lo mueve con lentitud— Ya veo. No es para alarmarse. Por tu historial, Tn, tu útero se está empezando a acostumbrar al tamaño del embarazo, como tienes la herida que no ha desaparecido te produce dolores. Solo tienes que manejarlo con calma, intenta darte masajes, comer mucha fruta y tomar jugos.
—¿Alguna otra instrucción? Debo tener otra alternativa por si acaso.— yo no hablo, Tom se encarga de hacer las preguntas que lo salen de mi boca.
—Si. Las relaciones sexuales, esta disminuye los dolores del embarazo. El orgasmo libera oxitocina, una hormona relacionada con el estrés y la tolerancia al dolor— siento mis mejillas calientes al oír lo que dijo Henry, no veo a ninguno por la vergüenza, me centre en mi vientre abultado, ya empezaba a tener forma.
—Bien.— Por el rabillo del ojo veo a Tom sonreír, algo mini.
—Y bueno, Tn, tendrás un poco más de dolores ya que los bebés buscan acomodarse.
—¿Los bebés?— Tom y yo hablamos al mismo tiempo.
—Si, en las primeras ecografías uno de los bebés no se querían dejar ver pero ahora sí— el sanador nos entrega una ecografía en dónde claramente se ven dos bolsas separadas— Por como están ubicados serán mellizos, todavía no puedo decirles el sexo.
—Gracias, insecto.— Tom ha tenido una manía con llamar insecto a Henry.
— De nada.
Yo también le agradecí. Tom y yo nos fuimos caminando por petición mía. Quería caminar un rato.
Justamente está corriendo una brisa refrescante.
Yo cargo puesta la gabardina de Tom ya que prácticamente vine a San Mungo en pijama.
—Entonces son dos— la voz pensativa de Tom me crea un sentimiento de inseguridad al pensar que le moleste tener dos hijos, no es lo mismo que uno — me agrada— el sentimiento se desvanece como un relámpago.
—Si, es lindo— me quedé callada— ¿Que pasó con lo de Mattheo?
—No quiero hacer una prueba de ADN y que me diga que no es mi hijo, prefiero quedarme así, si tiene mi sangre o no siempre será mi hijo y eso es algo que no se va a cambiar. ¿Y que te puedo decir? Voy a tener cinco hijos en total.
—Son muchos hijos, señor Riddle. Le van a terminar sacando canas verdes.
Él se ríe conmigo.
Tom me atrae hacia él.
—Y no hay nada mejor que también sean hijos tuyos, Tn....—
—¿No te molesta?
—Para nada. Si te soy sincero en mi maquiavélico plan estaba en el número 1 embarazarte.— sonríe como un angelito.
—Gracias por eso, entonces.
Tom me besó sin aviso y debo admitir que yo tenía ganas de besarlo también. Subí mi mano hasta su cuello y correspondí el beso. Mis dedos rozaron el cabello de Tom en el beso. Su perfume era dominante en el aire y un poco embriagante en este preciso instante.
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The Game- Tom Riddle +18
Fiksi Penggemar-Señorita Carrow, usted es lo que mis hijos necesitan. -¿Y usted me necesita, señor Riddle? -La respuesta siempre ha sido muy clara. ~Un hombre controlador y que todo siempre lo tiene planeado, estando un paso adelante de todos.~ ~Una mujer que quie...