Tn Carrow
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Marvolo y yo andamos por el jardín buscando a Mattheo ya que hace treinta minutos que desapareció sin mostrar rastros.
A lo lejos por el lado de la fuente se escucha la melodía de la canción "Tu falta de querer. De Mon Laferte".
Y de fondo se ve a Mattheo de cabeza en la fuente cantando a todo pulmón.
—¡Ven y cuéntame la verdad. Ten piedad. Y dime por qué, no, no no, oh
¿Cómo fue que me dejaste de amar?
Yo aún podía soportar tu tanta falta de querer!— ¿Señora dolida en el cuerpo de un adolescente?Ambos nos acercamos a Mattheo.
—¿Matth, que pasa?— me atrevo a preguntar, el señor Riddle y Delphini aparecen de repente como fantasma invocados.
—¿A quien se le ocurrió esto?— el señor Riddle nos mira y luego mira a su hijo Mattheo.
—Me dejaron.— con un tono lastimero las palabras de Mattheo son más dramáticas que dolorosas.
—Oh, lo sentimos.— hablé con leve lastima por él.
—¿Tenías novia?— Todos teníamos la misma duda que Marvolo.
—Si.— dice con un suspiro esperanzado.
—¿Desde cuándo estaban saliendo?— pregunto.
—Desde hace dos días.
—Nos estás jodiendo, ¿cierto? — El señor Riddle observa a su hijo con una ceja enarcada.
—Pero fue como si nos conociéramos de toda la vida. Me terminó por mujeriego.
—Matthy se parece a Giselle.— dice Delphini.
—¿La de la película?— observé a la castaña y ella asintió.
—Y como tengo el corazón roto nos iremos de excursión a las montañas.
—Sigue soñando, rocky.— el señor Riddle le da unas palmaditas en el hombro a su hijo, dando media vuelta para irse.
—¿Vas a dejar a sangre de tu sangre con el corazón partido en dos? ¿No te importo?— Mattheo pone su cara más lastimera.
Marvolo y yo nos damos una mirada interrogativa para luego volver a ver a los otros dos.
—¿Me estás chantajeando?—
—Aprendí del mejor, ¿a qué si, papito?
—Agh, está bien, iremos a la dichosa excursión.— supongo que lo dice para no seguir debatiendo.
—¡Iremos de excursión!— grita Delphini emocionada.
—Que les vaya bien, les deseo lo mejor, que se caigan por una acantilado, acaben en el peñasco de un río y se los lleve la corriente.— las palabras de Marvolo vienen acompañadas con una sonrisa sarcástica.
—Tu también irás, pequeño saltamontes.— el señor Riddle lo agarra antes de que se vaya.
— No, ni lo sueñes. — Marvolo se cruza de brazos.
—Tu también irás porque yo lo digo, porque soy tu padre.
—Si yo voy, Tn también va.— ¿Espera que? Este si es sapo.
—Por mi está bien.— El señor Riddle, Mattheo y Delphini hablan al mismo tiempo.
—Yo no quiero ir.— me apresuro a decir antes de que empiecen con sus boberías.—Yo les cuido la casa.
—Vamos, será divertido.— Mattheo intenta convencerme pero mi respuesta sigue siendo la misma.
—A mi cabello no le va a parecer divertido. Mi respuesta es un rotundo NO. Tendrán que amarrarme porque de aquí no me muevo.
...........
Se lo tomaron muy literal.
Estoy amarrada de pies a cabeza con una soga gruesa. El señor Riddle me lleva en su hombro caminado y llevándome como si yo fuera un costal de papa. La cinta en mi boca me impide hablar así que no pude quejarme por todo el camino.
—Todo pudo ser más fácil; fue difícil amarrarla se mueve más que una salamandra.— comenta Mattheo en sintonía con Marvolo, no tengo idea de cómo hacen eso y da miedo.
—¿Ya podemos comer malvadiscos? — dice Delphini agitando la bolsa con los dulces.
—Espera a qué lleguemos a el río.— es una orden del señor Riddle pero no suena tan severa sino relajada.
—Ya me cansé.— Marvolo se detiene con una mueca enojada.
El señor Riddle lo ignora y sigue caminando por ende Marvolo hace lo mismo pero resignado y refunfuñando.
Al llegar a una parte de la montaña en dónde se encuentra un hermoso río, me desatan y me dejan en tierra.
Creo que me rompieron la espalda.
—¿Será que el agua está fría?— Mattheo y Marvolo se miran raro.
Me agacho para acomodarme los tacones porque ni siquiera me dejaron cambiarme soy alzada y tirada al rio sin remordimiento.
El agua fría empapa mis pómulos, la piel se me okey chinita sintiendo el frío del agua.
—Los mataré, lo juro.— los tres herederos Riddle se lanzan al agua de un chapuzón.
—¡Esto es fantástico!— grita Delphini emocionada nadando y aleteando desenfrenada.
Nado hasta la orilla. Empiezo a salir temblando del frío con estado de hipotermia. Que se entienda el sarcasmo.
—Eso es para que se le quite el calor.— el estúpido de don Enojo se burla de mi.
El siseo de una serpiente me asusta y salto hacia lo primero que agarro.
—Es Nagini, nos va a cuidar por si acaso.— me doy cuenta que son los brazos del señor Riddle se lo que me agarré.
—Lo siento.
—No hay problema, señorita Carrow, yo encantado.
Él se acerca a una roca a recoger las sogas y es mi momento para empujarlo hacia el lago.
El agua salpica por el impacto. El señor Riddle me observa incrédulo.
—Eso es jugar sucio.
Le saque la lengua dispuesta a darme media vuelta pero Nagini tuvo otros planes para mí y me lanzó al agua.
Este iba a ser un día largo, todo sea por el corazón roto de Giselle, digo de Mattheo.
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The Game- Tom Riddle +18
Fiksi Penggemar-Señorita Carrow, usted es lo que mis hijos necesitan. -¿Y usted me necesita, señor Riddle? -La respuesta siempre ha sido muy clara. ~Un hombre controlador y que todo siempre lo tiene planeado, estando un paso adelante de todos.~ ~Una mujer que quie...