-Señorita Carrow, usted es lo que mis hijos necesitan.
-¿Y usted me necesita, señor Riddle?
-La respuesta siempre ha sido muy clara.
~Un hombre controlador y que todo siempre lo tiene planeado, estando un paso adelante de todos.~
~Una mujer que quie...
Arreglo mi corbata, las gafas oscuras evitan que el sol me de en los ojos. El ataúd es bajado por ayuda de unos hombres.
Estoy de pie junto a mis hijos y Derek. Todos vestimos de negro.
Luego de que entierran el ataúd los cinco dejamos flores pero en vez de rosas blancas o rojas dejamos rosadas. Duramos aproximadamente una hora en el cementerio, sin decir nada, Delphini es la única que susurra mientras acomoda uno de sus peluches y un dibujo.
Con mi varita realizo una pequeña guirnalda de flores coloridas.
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Nueve años antes....
Tn Carrow
Hace una semana salí de terapia intens1v4, me duele el vientre como nunca antes y estoy tomando pociones cada hora para el dolor.
Nunca he trabajado con niños, aunque si esto es una oportunidad para comenzar una nueva etapa de mi vida, olvidar la anterior, dejar a Patrick atrás y todo lo demás.
Al entrar a la mansión me recibe un elfo que se veía mayor, la mansión era lúgubre, tenía un aspecto aterrador por la oscuridad, no es feo solo que parece como si fuera a aparecer alguien en alguna de las esquinas y matarme.
El elfo me lleva hasta un despacho, hay un hombre sentado frente a la ventana. Solo una vela iluminaba el lugar.
—Usted debe ser Tn Carrow.— su tono de voz es grueso, firme y fría. Nunca llegué a imaginar que la voz pudiera tener un clima.
—Asi es...
—¿Tienes experiencia con niños? Eso es lo único que me importa.— habla sin rodeos.
—Por supuesto — que no. Jamás he tratado con un niño, no tengo experiencia con ninguno, solo tengo dieciocho años y no tuve hermanos menores.
Extiende la mano y le entregué la carta de recomendaciones falsa.
—veintisiete años...— comenta y habla para si mismo.— Son tres niños, dos de nueve años y una de tres meses. Estarás en un periodo de prueba por un mes, en ese tiempo veré si está contratada formalmente.
—Si señor.
—Se quedará a dormir aquí por la bebé, ten mi número por si ocurre algo, depende de usted que no suceda.— Eso sonó a una amenaza.
Dos niños igualitos aparecieron en la puerta, ambos vestidos con un traje de color negro.
—Hola...— los saludé solo que ellos se limitaron a mover su mano en forma de saludo.
—Sigueme.— voy detrás del hombre mayor, por lo que entendí se llama Tom Riddle. Entramos a una habitación con estrellas en el techo, una enorme cuna, juguetes perfectamente acomodados. —Ella es Delphini Riddle.
La pequeña de ojos curiosos acerca su pequeña mano intentando agarrar un peluche, para que no siguiera haciendo esfuerzo se lo pase. Ella soltó una pequeña risa y sentí como esa niña se ganó mi corazón con su sonido angelical.
—¿Tengo que ponerme de acuerdo con su madre?— pregunté, el señor Riddle me escaneó hasta el alma com esa mirada de muerte.
—Su madre no está aquí y no hagas preguntas.— cuando él acerca su mano yo retrocedí por reflejo y defensa.
El señor Riddle frunce el ceño y agarro la cobija que estaba justo a mi lado.
Y así empezó todo, las bromas de Mattheo casi me dejan sin cabello, durmiendo con un ojo abierto y casi soy comida de Basilisco.
Con Tom todo era distinto, él ni me hablaba, yo podía contarle cualquier cosa y él haría la vista gorda sin problema.
Y Delphini siempre estaba tranquila o jugando, intentando gatear pero se iba de lado y lloraba.
Por cierto que casi me despiden cuando el señor Riddle se enteró que tengo son dieciocho años y lo más cerca que he estado a los niños es en un parque de diversiones.
....... Actualidad
Tom Riddle
Mis pisadas suenan en el piso de madera podrida y rota.
Tengo mis manos en los bolsillos de mi gabardina. El lugar es horrible; según el informe de los mortifagos aquí es donde está viviendo Patrick.
Tengo una deuda pendiente que voy a pagar con cada uno de sus huesos.
El olor a humedad es persisten y penetrante. Hay ingredientes para pociones, cuchillos, sangre y más.
Voy hacia la primera habitación. Me detengo en seco, sin decir nada, con los sonidos atorados, las neuronas sonando como una sirena, esto es... imposible.
Hay una mujer en la cama, amarrada y amordazada, era ella. Era Tn. . . . . . . . . .
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