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Tn Carrow

—Director Dumbledore. ¿No hay algo que se pueda hacer?— me paso la mano por el cabello.

— Señorita Carrow. Solo serán dos semanas, no puedo dejar a los Riddle impunes, las reglas deben respetarse.—el hombre de barba larga y blanca dice esas palabras como en un tono sabio y lento.

—Gracias y disculpe la molestia.— me levanté de la silla. Dumbledore y yo nos damos un apretón de manos.

Salgo de la oficina. Los mellizos están afuera viendo por una abertura del pasillo del castillo.

—Estan suspendidos por dos semanas. ¿En qué pensaban?

—¡¿Pensábamos?!— Marvolo alza la voz exaltado— Fue el imbécil el que me metió en su estúpido problema.

—¡Yo no tengo invité! Estabas de metiche, jodete.— Mattheo lo enfrenta y para evitar que se caigan a golpes los separo.

—Ya basta los dos, vámonos ahora.— los dos caminan como si fueran regañados y no tuvieran opción.

........

Me siento con Delphini acompañándola a desayunar. Me paso la mano por el rostro sin saber cómo decirle a el señor Riddle que sus hijos están aquí.

—¿Que tienes, pequeña?— tome su pequeña mano con la mía.

—Todos mis amigos tienen a sus mamás pero yo no tengo a la mía.— apreté los labios. Me acerque a ella agachándome a su altura— Yo nunca he celebrado el día de las madres, tampoco doy regalos a mi mamá. Tn, yo no le hice nada a ella como para que no me quisiera.

La abrazo y la cargo. Siento como sus lágrimas empiezan a mojar el espacio de mi cuello, sus sollozos me rompen el corazón, quisiera llevarla a otro lugar y alejarla de todo sufrimiento.

—Tranquila, eres mi pequeño corazoncito de melocotón.— mis labios le da un beso en la coronilla.

—¿Tu me quieres?

—Muchisimo.

—¿Jamás te vas a ir?

—Llegará el día en el que yo tengo que irme porque ya vas a estar grande pero prometo visitarte, verte, ir a algún restaurante y hablar de nuestra vida. Jamás te voy a dejar, Delphini.— sus brazos aprietan mi cuello mientras llora; doy pequeñas palmadas en su espalda y algunas caricias.

—Quedate conmigo, mis hermanos son tontos, mi papi es tonto, yo soy inteligente, quédate conmigo.— reí un poco antes sus palabras.

—Me quedo contigo.

Ella levanta su meñique y lo acerca a mi.

—¿Pinky promise?— junte mi menique con el de ella.

—Pinky Promise.

........

El señor Riddle camina con paso apresurado hacia mi.

—¡¿Me puede explicar que carajos están haciendo Tom y Mattheo aquí?!— su grito me causa un escalofrío.

—Le pido amablemente que no me grite.

—Usted no me ordena, explíqueme ahora.

—Estan suspendidos dos semanas.

The Game- Tom Riddle +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora