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Tn Carrow


Esto no tenía que ser así...

—Dejame explicarte— hablé rápidamente acercándome a él. Solo que él se alejó como si yo fuera una alimaña.

—No quiero tus putas explicaciones. Traicionaste mi confianza y da gracias que no te he matado todavía.

—Lo sé, lo sé, solo déjame explicarte cómo sucedieron las cosas en realidad.

—¿Vas a negar que no mandaste información a la orden y al ministerio?

—¡Tom, déjame explicarte, por favor!

—No quiero escuchar sus estúpidas excusas. No, un momento, el estúpido soy yo porque tú dijiste muchas cosas que parecían sinceras. Pensé que eras distinta a Bellatrix pero no, la diferencia es que ella no finge su nivel de descaro sino que sale a la luz mientras que tú eres una mentirosa.

—Yo te lo iba a decir, te lo juro.— el dolor que estoy sintiendo en lo profundo de mi corazón me está matando.

—¿Que le hubieras dicho a Delphini? "Perdón, pequeña. Pero mando información de tu padre, traicionando la confianza que él me dió."— él ríe amargamente— Admito que sonaría tan lindo si lo dices con esa voz dulce y cariñosa. ¡Ibas a colocar a mis hijos en riesgo!

—¡No! Te juro que no, te iba a decir pero yo no quería que tú me alejaras de mis niños, yo quiero mucho a tus hijos, jamás les haría daño.— sollocé.

—¡No son tus niños!— alza la voz, enojado, más de lo que está.— No le daré más rodeos a esto, estás despedida, a partir de hoy dejarás de trabajar para mí. Tienes una hora para recoger tus cosas y largarte— Es como un golpe de realidad, él me está corriendo.

—Tom...

—Señor Riddle para ti.— Había algo en su mirada y era determinación, se que cualquier cosa que yo le diga no me va a creer.

Reprimo las lágrimas que amenazan con salirse de mis ojos y me voy de la oficina.

Subo las escaleras hasta la habitación donde duermo y empiezo a recoger mis cosas en una pequeña mochila con un hechizo de expansión.

—¿A donde vas?— la voz de Delphini me saca de mis pensamientos.

—Tengo que irme, princesita.

—No...— ella corre hacia mi agarrándose de mi torso con fuerza — no puedes irte, todavía no tengo sesenta años.

—Es hora de despedirme, mi corazón.— Acaricié su rostro con cuidado, se me estaba partiendo el corazón por esto.

—Pero...mis hermanos, mi papi, el tío Derek y yo, todos te vamos a extrañar, hasta Nagini — Delphini empieza a llorar, no soporto verla así.

La cargué y la acurruque contra mi cuerpo.

—Yo también los voy a extrañar pero hay que decir adiós, mi niña.— bese su cabeza, la conozco desde que es una bebé, su primera palabra, sus primeros pasos, yo estuve ahí en todos.

Con Marvolo y Mattheo, sus bromas con serpientes, pintura, harina, shampoo. Sus risas y llantos.

—Espera...— ella se baja rápidamente de mis brazos y sale corriendo.

Termino de guardar mis cosas y me siento en la cama. Está habitación me trae tantos recuerdos, por inercia me toque el vientre, en dónde se que ahora hay un bebé formándose.

Delphini vuelve a la habitación y me entrega su peluche de elefante, su favorito.

—Un regalo, para que nunca me olvides.— eso es imposible, yo jamás la olvidaría.

Por reflejo la abrazo soltando lágrimas silenciosas.

—Te quiero mucho, mami.— se me forma algo en mi estómago, se me corta la respiración pero no dejo de abrazarla.

—Yo también te quiero mucho, mi pequeña princesita.— le di un beso en la cabeza.

Al rato tuve que dormir a Delphini ya que no me dejaba irme porque lloraba y me dolía en el alma verla tan triste.

Guardé el peluche que me dió. La arrope y le coloqué un peluche de tiburón a su lado.

—Te voy a extrañar mucho, mi niña. A ti y a tus hermanos. También a tu papá....

.......
Dejé una carta de despedida para Marvolo y Mattheo, una para cada uno en sus habitaciones.

Ellos son muy importantes para mí, mi vida no hubiera sido la misma sin ellos.

Los recuerdos no son suficientes, hubiera querido mucho más tiempo con ellos.

Acaricié mi vientre.

Voy a dejar muchos recuerdos en esta casa...

Volví a la oficina del señor Riddle, habían vidrios por todos lados, él estaba observando la ventana.

—Ya me voy, señor Riddle.

Él no responde. Solo me da la espalda, sus manos están apretadas por la rabia y claramente está tenso por la molestia.

—Perfecto, tenga el cheque y no regrese. Es una cantidad generosa.

Observé el monto, era muy generosa la cantidad de dinero pero yo no lo quería.

—Quédese con su dinero, no me interesa.

Salí de ese lugar rápidamente, del lugar entero, aguantando no romperme a llorar, dejaba parte de mi en esa casa.
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Salí de ese lugar rápidamente, del lugar entero, aguantando no romperme a llorar, dejaba parte de mi en esa casa

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The Game- Tom Riddle +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora