26

1.2K 150 9
                                    

Tn Carrow

Años atrás, edad 15 años.

Advertencia: Este capitulo puede tener contenido sensible para el lector, estás en todo tu derecho de saltar este capítulo y si lo lees, léelo con responsabilidad.

Cocino rápido para evitar que Patrick se moleste, mamá está inconsciente, papá salió y yo estoy con Patrick.

Mi corazón late acelerado como nunca, tengo miedo, mucho miedo, no duermo por temor a que Patrick entre a mi habitación y me vuelva a intentar ahogar.

Sirvo la comida antes de que él baje las escaleras y me quedo de pie mirando el hermoso florero.

—Maldicion, dime qué está lista la comida.— Patrick camina enojado, tirando su chaqueta y bolso en el sofá.

—Si, ya está lista— quisiera no responder con miedo sino con valor.

Patrick no dice más nada sino que empieza a comer. Yo probé todo, si estaba bien de sal, bien cosido y que no le faltara nada.

—¿Que te he dicho de usar esa estúpida ropa?

—No tenía otro vestido limpio.— evite mirarlo, mi vista estaba en mis manos.

—Pues lo lavas.— Patrick se levantó y me agarró del cuello y me empujó contra la mesa apuntando mi cuello con una navaja— Has estado muy rebelde, mi amor.

—Lavaré los vestidos, lo prometo,— suplique casi llorando— por favor suéltame...

—Vamos a darte una lección.— empuñó mi cabello y me arrastró hasta la habitación, no importó cuánto intente detenerlo, era más fuerte que yo.

Me tiró contra la cama haciendo que me golpeara la pierna con la pata de la cama.

Me levanté rápidamente e intente irme pero me dió un puñetazo que me rompió el labio.

—Patrick, por favor, no volveré a usar esta ropa, usaré lo que tú digas...te ruego que me dejes.

—No.— él empieza a quitarse la camisa.

Busque salidas para escapar, las ventanas estaban cerradas con ladrillos y cemento para que pudiera ser una opción y lanzarme, la puerta la cerró con un hechizo, él me quitó mi varita y mis manos estan lastimadas por golpes anteriores.

Patrick me golpeó contra la cama y rompió mi camisa. Besó mi abdomen; yo lo intentaba alejar pero no podía.

Él bajó mis pantalones lanzando la prenda, intenté agarrar la lámpara pero él la tiró lejos.

—Nadie te va a ayudar.— susurra al besar mi cuello.

Lo golpeo con los puños y no se inmuta no se mueve.

Patrick se quita el pantalón y me obligo a cerrar los ojos.

Sentí como arrebataba mi ropa interior y dolor empezó a acercarse. Dolía como una quemadura, mis lágrimas no mostraban compasión para él ni mis suplicas.

—Patrick, detente, te lo ruego.— lloré con sus toques, con sus besos, con el dolor que sentía en mi zona íntima.

Busqué distraerme pensando en algo feliz pero yo no tengo recuerdos felices, solo con mamá, aunque no son felices ya que ella siempre estaba golpeada.

Empecé a contar segundos y los minutos que iban pasando, solo quería evitar el dolor que él me estaba proporcionado. ¿Alguna vez podré irme?

Patrick subió sus manos sosteniendo mis brazos y siguió con los movimientos. Yo no quiero, no quiero que siga, no quiero esto, quiero tener una linda casa con un jardín inmenso y vivir con mi mamá, quiero poder salir con amigos, quiero una vida feliz.

Él separaba mis piernas como quería, cada vez que me resistí solo me llevó a bofetadas y asfixias.

Pasó aproximadamente 54 minutos y 12 segundos hasta que terminó.

Por fin se alejó de mi, aunque no hubo alivio sino dolor, como siempre, solo que esta vez era interno.

Había sangre en las sábanas y en mis muslos.
No soy capaz de articular ninguna palabra, ¿de que va a servir?

—Lava las sábanas y tú ropa, no quiero verte otra vez con esa ropa o será peor, mi amor.— él beso mi sien y dió una palmada en mi muslo.

Me cubrí con las sábanas evitando verme a mi misma, puedo imaginar todos los moretones que debo tener, me quedé observando a la pared blanca, no había nada, ni un dibujo o una flor.

Me abracé a mi misma en silencio y me hice bolita en mi cama.

¿Quien me ayudaría? Nadie. Papá le enseñó todo a Patrick, según para ser un hombre, si él se entera de esto estaría orgulloso, mamá está inconsciente por la paliza que papá me dió y no quiero darle más preocupaciones, no serviría de nada. Podría denunciar esto solo sí papá no fuera tan influyente en el ministerio y si yo no fuera mujer.

Las veces que mamá intentó denunciar todo acabó con gritos, vidrios rotos y llantos.

¿Que más me queda? Bañarme y vestirme. Quitarme la suciedad que siento.

Me cubrí el rostro con mis manos, me dolían las piernas y me ardía la entrepierna.

Tomé una toallita y limpié la sangre en mis muslos con cuidado, me temblaban las manos.

Que inocente fui al pensar que Beethoven me salvaría de esto, una persona que no me conocía, algo ficticio que creo mi subconsciente de niña.

A la mañana siguiente, me senté en la mesa con toda mi "famila".

Mamá ya se sentía mejor, su rostro tenía hechizos para ocultar los golpes, papá parecía contento con algo que le dijo Patrick y yo me mantuve atenta a mi comida.

Con la mirada perdida en el plato de guisantes, los sentimientos ajenos y la esperanza de poder escapar.

Patrick colocó su mano en mi muslo por debajo de la mesa y dió frotes en la piel.

—Te ves mejor con el vestido.— asentí para no llevarle la contraria.

Me duele todo el alma, el cuerpo, la mente, todo mi ser.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



The Game- Tom Riddle +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora