"¿Sabes?, que Foyet tuviera tu credencial no tiene nada que ver con esto. Simplemente fue su modo de intentar torturarte"
"Sí, lo sé. Foyet está obsesionado con el poder y el control. Esperaba verme desmoronarme y ahora quiere destruir a Hotch"
"Exactamente. Ese es su plan, y ahora nos enfrentaremos a eso"
(Emily y Morgan)
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Derek Morgan no estaba de buen humor, y no sólo por la falta de sueño. Emily lo había notado desde primera hora de la mañana cuando los habían llamado para que acudieran a aquel tiroteo en el 751 de North Harney Boulevard. En realidad, era de esperar, después de cómo había zanjado las cosas entre ellos apenas unas horas antes.
Lo habría hablado con él más tarde. Esa había sido su idea inicial, pero con los sucesos desencadenados tras la reaparición de Foyet, sus asuntos personales habían pasado a un segundo plano.
Además, Emily había estado casi todo el tiempo acompañando a Hotch en el hospital, por lo que apenas había coincidido con Morgan, y no fue hasta que todo terminó y se aseguraron de que Haley y Jack se encontraban a salvo, que tuvo la ocasión de hablar con él a solas. No es como si Morgan hubiera dejado de hablarle. Nunca habría hecho algo así, pero era evidente que no se dirigía a ella como solía hacerlo. Emily lo comprendía, y por primera vez se planteó si no había sido excesivamente dura con él.
Había aprovechado un momento en que J.J. había ido a visitar a Reid, para tener aquella conversación con él. Morgan se disponía a entrar a la habitación de Hotch cuando Emily lo retuvo justo frente a la puerta.
— ¿Podemos hablar?
La morena soportó estoicamente la frialdad de su mirada. Sabía que Derek estaba afectado por los últimos acontecimientos, pero no creía que se debiera sólo a la reaparición de Foyet.
Aquella mirada era por ella.
Morgan observó a Hotch a través del cristal de la puerta. Aún tenía expresión preocupada, a pesar de que el equipo había conseguido poner a salvo tanto a Haley como a Jack. Morgan no podía reprochárselo, él habría reaccionado igual en su lugar.
Finalmente se volvió hacia Emily. Notó su nerviosismo tanto en el modo en que se frotaba las manos, como en la forma en que se mordisqueaba el labio. En el fondo Morgan se alegró de que ella tampoco pareciera feliz con la situación.
Y a él no le apetecía especialmente mostrarse amable. Derek no podía creer que Emily le hubiera dicho que lo había estado utilizando durante todo aquel tiempo. No estaba seguro de si sentía más incredulidad o decepción.
— No es un buen momento para hablar, Prentiss.
A ella le dolió especialmente el uso de su apellido, y no porque no lo hiciera en el trabajo de forma habitual, sino porque era muy consciente de que en aquel preciso instante sólo lo hacía para marcar distancia entre ellos. Si tenía dudas de cómo le habían afectado sus palabras, Derek le estaba ofreciendo una respuesta.
— No creo que eso exista — Murmuró Emily más para sí misma que para él. Luego alzó los ojos, enfrentándolo— Quiero decir que nunca hay un momento adecuado para hablar de temas incómodos.
Él sonrió con amargura.
— No te resultó difícil encontrarlo anoche.
De nuevo Emily aceptó resignada su reproche. Su tono cortante y ofensivamente sincero era algo que ella misma se había ganado a pulso. Dolía, pero no podía recriminarle absolutamente nada.