"Hey, Prentiss... El pecado de ganar"
"Disculpa, ¿qué?"
"Vamos, dime... Tengo que saberlo, ¿Qué diablos es un fin de semana del "pecado de ganar" en Atlantic City?"
"Derek, te tengo muchísimo respeto... Pero hay ciertas preguntas que si tienes que hacerlas significa que tal vez no puedas con la respuesta..."
(Morgan y Emily)
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— Entonces... ¿No vas a contarme qué es eso del "pecado de ganar" en Atlantic City?"
En vista de que el caso de Tallahassee había arruinado sus planes individuales del fin de semana, habían terminado por aceptar que al destino poco le importaba que hubieran acordado mantener cierta independencia en sus vidas.
Anualmente, Emily hacía una escapada a Atlantic City, básicamente para desvalijar a la banca y a todo el que se osara a enfrentarse a ella. Morgan, por su parte, había aprovechado para alquilar una casa en la playa para disfrutar del mar y de paso, insinuar al resto de agentes que tendría compañía femenina.
Esperaba que la próxima vez, Emily aceptara unirse a él, pero aún era demasiado pronto. Se lo había sugerido, pero al final ambos habían entendido que resultaría muy arriesgado si repentinamente los llamaban para un caso y García descubría que estaban juntos.
Finalmente, a la vuelta de Florida, habían optado por algo más sencillo y conocido. Ver una película en casa de Morgan. Últimamente pasaban más tiempo allí que en el apartamento de Emily, y no sólo las noches. Morgan aún no había finalizado la restauración de la casa, y Emily de vez en cuando lo acompañaba. En realidad, no habían terminado de ver la película- Poco antes de que aparecieran los títulos de crédito habían acabado en el dormitorio de Morgan.
Era la enésima vez que Morgan trataba de indagar sobre ello, y Emily estaba disfrutando demasiado con la situación como para darle una respuesta, además, el misterio mejoraba las relaciones sexuales entre ellos, lo que siempre era un buen aliciente.
Así que simplemente no contestó.
— No lo hemos hablado... Sobre salir con otras personas...Tal vez tú...— Dijo Morgan repentinamente.
Emily, que estaba recostada sobre él, se echó a reír suavemente. De algún modo, su afición por los juegos de azar no era lo primero que Morgan había relacionado con su "pecado de ganar"
— Estoy segura de que en el fondo sabes que eso nunca entraría en mis planes estando contigo... Pero agradezco esa muestra de tolerancia... Estoy impresionada— Ironizó Emily.
Lo había atrapado, como siempre. Sin embargo Emily se había equivocado al afirmarlo tan rotundamente.
En realidad, Derek no estaba tan seguro de que no querría hacerlo, sólo lo esperaba. Ahora ya tenía la certidumbre.
— Me alegro de que estés tan orgullosa de mí— Bromeó Morgan— Me he esforzado mucho...
Emily sonrió para sí misma. No podía negar que se encontraba a gusto con él. Seguían siendo los mismos, pero la presión había desaparecido. Se incorporó entonces, apoyándose en el estómago de Morgan, y lo miró con curiosidad.
— ¿Estuviste con Tamara?
Sabía que no debía preguntarlo. No tenía derecho a hacerlo y además fácilmente podría interpretarse como una forma de inmiscuirse en su vida privada, que al fin y al cabo, era lo que se habían prometido no hacer para evitar nuevas tensiones.