5x06 Los Ojos lo Tienen

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"Perdió a su padre, su casa... Está por perder el negocio familiar..."

"¿Es necesario elegir un factor estresante?"

(Hotch y Emily)

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Morgan no habría podido explicar por qué finalmente se había decidido a levantar el teléfono y llamar a Tamara Barnes. En realidad, había sido un cúmulo de circunstancias. Su ascenso provisional para ocupar el puesto de Hotch sin duda había tenido relación, así como la joya con la que Tamara Barnes le obsequiado y que había pertenecido a su hermano. Pero era innegable que su última conversación con Emily donde prácticamente le había dado su bendición para continuar con su vida amorosa, había sido determinante. Y Tamara Barnes, aunque con una personalidad muy diferente a la de Emily, era una mujer hermosa. Por primera vez sintió que tal vez había conseguido conectar de nuevo con alguien, incluso reconectar consigo mismo. Y además, era un hecho que desde que había sido nombrado jefe de la unidad, Emily se comportaba de modo distinto. Morgan notaba que le dejaba su espacio, que marcaba distancias aunque en esta ocasión sin tiranteces.

Y luego aquel pequeño detalle que por más que lo intentara no podía borrar de su cabeza. Un inocente gesto de complicidad entre Emily y Hotch cuando Morgan le había llamado la atención a éste por ir tras el sudes sin esperar a los refuerzos. Era una reacción infantil, Morgan era plenamente consciente, pero por un instante se sintió fuera de lugar, excluido como si le hubieran robado algo que sólo le pertenecía a Emily y a él. Sintió que Emily había mirado a Hotch como lo habría mirado a él sólo unas semanas atrás.

Ridículo, absurdo, irracional.

Tanto, que Morgan comprendió que no podía permitir quedar atrapado en aquel juego sin sentido.

Y Tamara Barnes se convirtió entonces en una especie de tabla de salvación, en el impulso que necesitaba para avanzar. Ya habían compartido un café, y Morgan se había sentido a gusto en su compañía. Quizás sería agradable algo más formal, algo que se pareciera más a una cita, algo que le aportara algo de serenidad.

Algo que le permitiera olvidar.

Se encaminó a la planta de garajes. Se había citado con ella en un local cercano. Era un poco tarde, ciertamente, pero Tamara había aceptado de buen grado. Cuando estaba a punto de subirse a su vehículo escuchó el clásico sonido de un motor que no acababa de arrancar, seguido de un muy reconocible "¡merde!", en el impecable francés de Emily Prentiss.

La morena estaba tan abstraída intentando que su vehículo obedeciera sus órdenes, que no se percató de la presencia de Morgan hasta que oyó dos pequeños golpecitos en la ventanilla del lado del conductor. Se volvió hacia él, y se encontró con su expresión risueña. En verdad, parecía disfrutar de su desgracia como era de esperar. Resopló y bajo la ventanilla.

— Me he dejado las llaves en posición de encendido y ahora no arranca— Explicó Emily con expresión frustrada.

Morgan se echó a reír. No era la primera vez que le ocurría. Y estaba seguro de que no sería la última.

— ¿Otra vez?— Bromeó.

Emily entornó los ojos, demasiado orgullosa como para admitir su error.

— Sólo me ha ocurrido una vez— Le rebatió.

— Emily, esta es la tercera— Le recordó Morgan. Estaba bastante seguro porque la última vez ella había recurrido a él y de paso le había confesado que en una ocasión anterior había tenido que llamar al servicio de grúas.

MOMENTOS FURTIVOS (TEMPORADA 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora