"Están rodeados de oscuridad. Díganme, ¿por qué lo hacen?"
"Por días como éste"
(Sarah Hillridge y Emily)
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Emily tocó el timbre de la casa de Morgan, rezando para que estuviera. Recordaba perfectamente que la última vez que se había presentado en su casa sin avisar había terminado en la cama con él, pero estaba dispuesta a correr el riesgo.
No quería estar sola aquella noche.
El caso de Ashburn había tenido un final agridulce. No habían podido salvar a todos los niños, pero tres de ellos regresarían con sus padres, y el resto al menos no se pasarían la vida preguntándose qué había pasado con sus hijos. Sus padres podrían darles un entierro y despedirse. Tendrían un lugar donde visitarlos a pesar de la tristeza de saber que nunca los verían crecer.
Pero no era eso lo que la había llevado hasta allí.
Justo cuando se disponía a regresar a casa, había recibido una llamada de Tom y habían acabado discutiendo, algo que no era habitual. Normalmente solían estar de acuerdo en todo lo que se refería a Declan, pero al parecer el niño había estado haciendo preguntas a Louise sobre su padre y Tom consideraba que no podía seguir viviendo en una mentira.
— ¿Qué quieres contarle, Tom? ¿Qué su padre es un criminal y está cumpliendo condena en una prisión rusa?— Le había recriminado ella— ¡Por el amor de Dios! ¡Solo tiene once años!
Aquel momento que tanto había temido acababa de llegar, y definitivamente todo lo que había planeado en su cabeza no había servido para nada. Estaba aterrorizada.
— No digo que le cuentes todo, Emily— Tom había intentado que entrara en razón— Sólo digo que tal vez sólo necesite que le hablen de su padre, no del criminal... ¿Sabías que lo recuerda?
Durante el primer año durante su estancia en Estados Unidos, Declan habían preguntado por su padre en muchas ocasiones, pero poco a poco había dejado de hablar de él. Emily había guardado la esperanza de que realmente lo hubiera olvidado. Claramente no había sido así.
— No está preparado, Tom.
Por supuesto, ese había sido el argumento estrella.
— Tú eres la que no estás preparada— Le había reprochado Tom— ¿Es que no lo ves? Eres incapaz de hablar de Doyle.
La sola mención de su nombre la había hecho estremecer, y no en el buen sentido.
— Eso no es justo— Se había defendido Emily— ¿Tienes idea de lo que he tenido que hacer para mantenerlo a salvo?
— Oye, soy yo el que se ha hecho cargo de él. Tú últimamente ni siquiera quieres estar en su vida.
Aquella había sido una recriminación en toda regla.
— ¡No puedes acusarme de que no estoy pendiente de él! ¡Sabes que eso no es cierto!
— ¡Pero no hablas con él, Emily! ¡No vienes a verlo, evitas todo contacto! ¡¿Qué demonios temes?! ¡No va a convertirse en su padre!
La conversación había terminado con Tom arrancándole la promesa a Emily de que iría a visitar a Declan para que intentara apaciguar sus dudas con la poca información que pudiera darle. Emily había accedido a regañadientes, nada a gusto con la idea y al mismo tiempo sintiéndose miserable por las decisiones que había tomado en su pasado. Quizás Declan se conformara sólo con una pincelada de su padre que no pudiera comprometer su seguridad, pero ¿por cuánto tiempo podría sostener las mentiras?