"Había un joven príncipe que quería ganar el corazón de la doncella más bella del reino, así que trepó a la cima de la torre más alta del reino y atrapó una estrella fugaz. Por desgracia, estaba tan emocionado que se le cayó y la estrella se partió en mil pedazos. Así que frenéticamente la reconstruyó para demostrar su amor incondicional por ella. Y lo logró... Y vivieron felices para siempre"
(Emily)
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El vuelo desde Wyoming a Virginia era largo y fatigoso. En la zona del office, Emily preparaba un café cargado para sobrellevarlo. Era un vuelo nocturno, y todos, a excepción de ella misma, habían aprovechado para dormir un poco.
Emily se estremeció cuando notó la mano de Morgan en su cadera. Pero no era un estremecimiento incómodo, la calidez de Morgan nunca podía serlo. Más bien el contacto de su mano había sido inesperado y al mismo tiempo agradable.
— ¿Quieres uno?— Le ofreció, aunque empezó a preparárselo antes de que pudiera contestar.
— Solo— Se limitó a recordarle Morgan.
Ella lo miró de reojo, sonriéndole. Rara vez Morgan tomaba el café de otra manera.
— Lo sé...
Derek se inclinó un poco sobre ella, aspirando el olor del café recién hecho. Cerró los ojos cuando se mezcló con el olor a violetas del perfume de Emily. Cuando los abrió nuevamente se encontró con los de ella a apenas unos centímetros de los suyos.
— Morgan...— Susurró Emily en un tono que denotaba más complicidad que advertencia.
Él se apartó lo poco, y permaneció observándola mientras la morena terminaba de servir el café.
Morgan tomó un sorbo, y lo dejó sobre la encimera del office. Emily permanecía en silencio, con la taza de café arropada entre sus manos, disfrutando de su calor.
— Así que eres una romántica...— Declaró Morgan repentinamente— Comprobó a su alrededor que el resto del equipo continuaba durmiendo— Últimamente estoy descubriendo muchas cosas sobre ti...
Emily hizo un gesto de negación, aunque no pudo evitar la tímida sonrisa que asomó a sus labios. Ya había notado cómo Morgan se había deshecho de sus auriculares para escuchar la historia del príncipe y la estrella, a pesar de su propia frustración por intentar que Reid consiguiera entender el cuento.
— Sólo es una historia... — Emily le restó importancia— Y no deberías sentirte mal por no saber mi segundo nombre... Nunca lo utilizo.
— No es sólo la historia— Insistió Morgan— Es tu forma de contarla... Emily Prentiss... Eres una romántica aunque te niegues a reconocerlo— Se reafirmó.
Ella se echó a reír, sofocando al mismo tiempo el sonido para no despertar al resto del equipo.
— No te aconsejo que trates de comprobar esa teoría— Bromeó.
— Dada nuestra situación actual, sería un poco complicado...— Se lamentó él— Ya sabes... Por lo de ser sólo amigos...
Emily lo miró de reojo. Morgan prácticamente acababa de romper con Tamara Barnes, algo de lo que, por otra parte, apenas habían hablado. Cuando Morgan se había confesado con ella, Emily se las había ingeniado para escabullirse de la conversación y no habían vuelto a sacar el tema.
— No cambia nada que ahora estés libre de nuevo, ¿sabes?— Le advirtió ella, aunque en su tono de voz no había asomo de hostilidad, al contrario, parecía una sermón casi infantil.