"Elige perseguir y matar en la oscuridad. No quiere que lo vean, ¿Por qué?"
(Emily)
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— ¿Por qué no quedamos más a menudo en tu casa?— Preguntó Emily. Desde el dormitorio de Morgan, se podía ver el jardín a través de un enorme ventanal. Emily tenía que admitir que Derek estaba creando un hogar realmente acogedor, tanto en el interior como en el exterior de la vivienda— Es mucho más agradable.
Derek la estrechó contra su cuerpo. Habían dormido allí, y no tenían prisa por levantarse. Era uno de esos escasos fines de semana en los que no esperaban ningún caso.
— Me gusta tu apartamento...— Se justificó él. Lo cierto era que Morgan consideraba que ella se sentiría más cómoda en su entorno, y realmente a él no le importaba, salvo por Clooney, que lógicamente exigía sus cuidados y mimos diarios. Ahora, con Sergio añadido como mascota, estaban en igualdad de condiciones, si bien los gatos no solían ser tan exigentes como los perros.
— Te gusta mi jacuzzi— Le corrigió Emily, mirándolo de reojo— Reconócelo.
Derek bajó sus ojos hacia ella, que sonreía.
— Me gustan las cosas que te hago en tu jacuzzi— La rectificó él a su vez.
A decir verdad, eso sólo había ocurrido en una ocasión, pero para Morgan había sido lo suficientemente memorable como para tener en mente repetirlo.
— Bueno... A mí también me gustan las cosas que me haces en mi jacuzzi— Bromeó ella haciendo un juego de palabras— Pero no deberías limitarte al elemento acuático.
Morgan se incorporó un poco, con expresión ofendida.
— No te escuché quejarte anoche, y no veo agua por ninguna parte...
Emily se echó a reír. Su compatibilidad sexual estaba fuera de toda discusión. Esa nunca había sido la preocupación de Emily.
— ¿Te olvidas de la ducha?— Le recordó ella.
Allí era precisamente donde habían comenzado los juegos preliminares, aunque definitivamente la cama había sido el lugar donde Morgan había desplegado toda su artillería. Y no, Emily no tenía queja alguna al respecto.
— Oh... Sí... La ducha— Rememoró Morgan.
En su rostro se dibujó una sonrisa endiablada.
— Oh... Sí... La ducha— Lo imitó Emily, conteniendo la risa— ¿Estás reviviendo algo en particular, Morgan? ¿Algo que desees repetir, tal vez?
Sin duda alguna, a ella no le habría importado repetir nada de la noche anterior.
Con un movimiento inesperado, Morgan se colocó sobre ella, dejándola atrapada.
— Diría que alguien está poniendo mucho empeño en averiguarlo...
Posó sus labios en los de ella, y se tomó su tiempo para intensificar el beso, profundizando en su boca, para luego hundirse en su cuello hasta conseguir arrancarle un gemido.
— Derek... Tenemos que levantarnos...— Trató ella de detenerlo, aunque cada reacción de su cuerpo la contradecía. Después de hacer el amor, se habían quedado dormidos abrazados, por lo que ambos estaban desnudos.
— ¿Por qué? Podemos quedarnos aquí todo el día...— Sus besos siguieron prodigándose por cada rincón de su cuerpo, hasta llegar al tatuaje de su cadera. A Morgan le encantaba detenerse allí, y recorrer las líneas de la luna en cuarto creciente— Puedo hacer esto todo el día...— Susurró.