Capítulo 8

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El autobús avanzaba por las carreteras, dejando atrás el bullicio de la ciudad y adentrándose en paisajes más tranquilos. John, que había logrado su objetivo de sentarse junto a Paul, se encontraba ahora buscando una forma de mantener la conversación y hacer que su compañía fuera lo más agradable posible para Paul.

Después de unos minutos de silencio, John se giró hacia Paul, quien seguía inmerso en su libro.

—¿Sabes cuántas horas durará el viaje? —preguntó John, intentando romper el hielo.

Paul levantó la vista de su libro, visiblemente un poco sorprendido de la pregunta. —Sí, creo que son alrededor de 16 horas. Vamos a un lugar bastante alejado de la ciudad.

John se esforzó por mantener una expresión neutral, aunque por dentro estaba un poco impactado. No había anticipado que el viaje fuera tan largo, pero al mismo tiempo, eso significaba más tiempo para estar cerca de Paul y conocerlo mejor.

—Vaya, es un viaje largo —comentó John, haciendo un esfuerzo por parecer interesado y no demasiado ansioso. —¿Y qué sabes del lugar al que vamos?

Paul cerró su libro y se volvió hacia John, claramente dispuesto a hablar un poco más. —Es un centro de conferencias que está en medio de un bosque. Vamos a estar ahí unos días, participando en talleres y seminarios. También nos dijeron que habrá tiempo para explorar los alrededores y hacer algunas actividades al aire libre.

John asintió, guardando mentalmente cada detalle. —Suena interesante. ¿Sabes cómo van a organizar a todos cuando lleguemos?

—Sí, de hecho, lo mencionaron en la reunión que tuvimos antes del viaje —respondió Paul, con un tono ligeramente más relajado. —Nos van a asignar a todos en parejas para compartir habitaciones. Son cuartos sencillos con dos camas individuales.

El corazón de John dio un pequeño brinco. La idea de compartir una habitación con Paul, aunque lo emocionaba, también lo llenaba de nerviosismo. Sin embargo, no dejó que sus emociones se reflejaran en su rostro.

—Eso suena... bien —dijo John, intentando sonar casual. —Espero que me toque alguien con quien pueda llevarme bien.

Paul sonrió de lado, un gesto que John no había visto a menudo y que le pareció intrigante. —Con tantos estudiantes, será una cuestión de suerte. Pero supongo que todos venimos con el mismo propósito, así que debería ser una experiencia interesante.

John asintió nuevamente, agradecido de que la conversación hubiera fluido con relativa facilidad. Mientras el autobús seguía su camino, John se permitió relajarse un poco, disfrutando de la compañía de Paul y de la sensación de que, poco a poco, estaba haciendo pequeños progresos.

El viaje prometía ser largo, pero ahora que sabía más detalles y entendía lo que les esperaba al llegar, John comenzó a planear en su mente cómo podría usar esos días para acercarse más a Paul, esperando que el destino, o la suerte, estuviera de su lado al momento de asignar compañeros de cuarto.

1001 Formas De Enamorar A Un ColegialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora