Capítulo 30

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Ya ha pasado casi un año desde ese día. No puedo evitar sonreír mientras camino hacia el tecnológico. Este tiempo estuvo lleno de cambios y crecimiento, y ahora estoy a punto de graduarme. No volví a ver a Diego. Mi relación con Anderson se ha profundizado en formas que nunca había imaginado; juntos hemos construido un vínculo sólido basado en el amor, la confianza y el respeto mutuo.

Mientras me preparo para la ceremonia de graduación, reflexiono sobre todo lo que he logrado. He terminado mi período de aprendizaje en la oficina, donde he aprendido tanto y he hecho amigos valiosos. La idea de celebrar este hito con mis compañeros de clase me llena de emoción.

—¡No puedo creer que finalmente nos estamos graduando! —exclamó mi compañera Clara mientras ambas nod arreglabamos para la ceremonia. - Esto merece una celebración épica. 

—Definitivamente —respondo con una sonrisa. 

—He estado pensando en un viaje a la playa para relajarnos después de todo el estrés —comentó otra de mis compañeras. 

- ¡Eso suena perfecto! ¿Qué tal si organizamos algo para este fin de semana?

Y así fue como, tras la ceremonia de graduación llena de risas y lágrimas, decidimos hacer un viaje a la playa. El viernes por la tarde, cargamos el coche con maletas, comida y música, listos para disfrutar del sol y el mar. Anderson fue mi acompañante. 

El viaje fue animado; las risas resonaban en el coche mientras cantaban nuestras canciones favoritas. Al llegar a la playa, sentí una oleada de felicidad al ver las olas rompiendo suavemente contra la orilla. Era el escape perfecto después de meses de trabajo duro.

Ese fin de semana pasó entre juegos en la arena, paseos por la orilla y noches llenas de fogatas bajo las estrellas. Disfrute cada momento con Anderson y mis amigos, riendo y creando recuerdos que atesoraría para siempre.

Sin embargo, la noche del sábado sucedió algo imprevisto. Mientras caminaba hacia una tienda, sumida en mis pensamientos sobre cosas que debía comprar, tropecé con alguien. 

- Oh… Lo siento mucho, no vi… —las palabras quedaron atascadas en mi boca cuando levanté la vista. 

Allí estaba Mateo. Mi antiguo amor de verano apareció frente a mí. Con su cabello despeinado por el viento y una sonrisa despreocupada, parecía tan atractivo como siempre. Una mezcla de sorpresa y nerviosismo recorrió mi cuerpo al verlo.

—Paula —dijo él con una sonrisa genuina. - No puedo creer que seas tú. 

—Mateo —respondí, tratando de mantener la calma mientras mi corazón latía más rápido. - Tanto tiempo…

- Si... Demasiado tiempo - Susurro el. - ¿Y eso? ¿De vacaciones?

—Sí, acabo de graduarme —dijé, intentando sonar casual aunque sentía que las viejas emociones comenzaban a resurgir. - Así que decidimos venir como parte de la celebración. 

- Felicidades. Debes estar muy emocionada —me dijo sonriendo. 

—La verdad es que sí. —dijé recordando los momentos felices que había compartido junto a él durante aquel verano inolvidable: risas bajo el sol, paseos por la playa y promesas hechas bajo las estrellas. Pero también recorde cómo esa relación terminó abruptamente. 

—Es genial verte —dijé finalmente, rompiendo el silencio incómodo que se había formado entre ambos. 

—Lo mismo digo —respondió Mateo con sinceridad. - Me alegra mucho verte sonreír genuinamente de nuevo. 

—Gracias, —dije con una sonrisa tímida. - Han pasado muchas cosas desde entonces… Pero estoy feliz.

- Me alegra escuchar eso. - Luego hizo una pausa antes de preguntar: —Y ¿cómo va tu vida? ¿Tienes pareja?

LIENZOS DEL SILENCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora