Está acostumbrado a los comentarios que demeritan total y completamente los logros obtenidos por mero esfuerzo en su trabajo, claro está, por pertenecer a la casta que se encuentra en lo más bajo de la jerarquía; Sin embargo, se ha jurado que aquellas interpretaciones con respecto a su género no serían para él más que palabras tiradas al aire, así como el reportarse una simple y mera formalidad.
Ya habiendo culminado sus tediosos días de ausencia en el trabajo, a sabiendas de lo que ocurriría dentro de la oficina de su jefe, da tres prqueños toques a la gran puerta de madera, repitiéndose que debe seguir de pie por las miles de promesas que lo hicieron permanecer en el camino en el que está.
—Siempre de pie... —bisbisea para sí mismo, observando con cierta inquietud la gruesa lámina de madera en frente suyo.
Así, al ingresar, sus pasos se sienten pesados. El aire se vuelve tenso y la lejanía de su cuerpo al escritorio lo hace querer regresar bajo el marco de la puerta.
Un resoplido soltado con son de mofa es escuchado en la grande y medianamente vacía oficina.
Katsuki reprime todo tipo de expresión en su rostro, expectante a lo que ocurrirá, porque puede imaginarse el tipo de menciones que le siguen a ese burlesco bufido.
—¿Disfrutaste tu descanso?
Y allí va el primero.
—No lo necesitaba —responde al apuñar de manera disimulada sus manos—. Sólo fueron unas horas, es todo.
—Tentar suerte no lleva a nada bueno —Le recuerda el hombre pelirrojo—. Ya deberías saberlo —añade, haciendo a Katsuki soltar un leve gruñido hacia el soberbio y arrogante alfa.
Tratando de no insultar a nadie, encaja sus uñas en la piel de sus propias palmas, esperando a lo que aquél hombre parecía querer decir no bastándole con sus indirectos comentarios.
—Bien. Te habrás dado cuenta que no te mandé a llamar para un simple reporte. —Una sensación de ansiedad recorre el cuerpo de Katsuki tras escucharlo, dándole al mayor un pase para continuar con su objetivo—. Pronto necesitaré que cumplas con lo que acordamos.
Trata de mostrarse tranquilo, hacerle creer al héroe mayor que lo que acaba de decirle no está afectando para nada el ritmo de su respiración.
—No tengo ni la más mínima idea de a lo que te refieres.
—El desentendimiento no funciona conmigo y lo sabes —replica mandatario—. Quiero que recuerdes el trato que tenemos y hagas lo que te corresponde.
Unos segundos de silencio se hacen presentes en la oficina, dejándose escuchar únicamente el rechinar de los dientes del menor.
—Yo jamás acepté ningún trato —contraria finalmente el cenizo, absteniéndose de soltar insultos o patear aquél escritorio perfectamente ordenado.
El alfa pelirrojo suelta un egotista resoplido que, más que intimidarlo, provoca en Katsuki un sentimiento de impotencia.
—¿Crees que te dejé tomar todos esos casos lejos de Japón por tu "gran" desempeño?
Pero aquél sarcástico tono termina sacándolo de quicio.
—No tengo tiempo para estas estupideces —responde al escuchar un gruñido que trata de amedrentarlo, pero no funciona, porque la furia que siente es mayor al temor de lo que puede ocurrir con su carrera.
—Si no quieres que me cobre la libertad que te he dado con tu mediocre carrera...
Quiere darle un buen golpe a ese egocéntrico rostro; Sin embargo, a punto de siquiera replicar, su olfato es atacado por el desagradable aroma a ardiente fuego, obligándolo a guardar silencio y permanecer sumiso ante su jefe de trabajo.
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¡Espérame, Kacchan! [DekuBaku]
FanfictionKatsuki trata de desenvolverse en una sociedad en la que su casta es despreciada por sus superiores, pero sobre todo, por él. Su situación se complica aún más al verse afectado por la llegada de un molestoso pero adorable pecoso del que ya no se sie...