HOSEOK
Por la noche me dispuse a ir a descansar, era demasiado difícil poder conciliar el sueño normalmente, las pesadillas por los cientos de enfrentamientos armados que había tenido desde mi adolescencia por defender el negocio de la familia eran recurrentes y esa noche no fue la excepción, además, se sumó el hecho de que en la habitación de enfrente estaba una mujer que no sabía en realidad de dónde había salido y eso me incomodaba un poco a pesar de que fui yo quien la llevó a mi propia casa.
Me puse a escuchar música un rato en un intento por relajarme y distraerme y pasadas las 3 am estaba comenzando a quedarme dormido cuando unos gritos desesperados se escucharon fuera de mi cuarto.
Tomé una de las armas que siempre estaban a la mano en mi mesa de noche y salí de mi habitación, sólo para darme cuenta de que los gritos provenían de la habitación donde estaba esa mujer.
En menos de un minuto estaba rodeado de al menos 10 hombres que venían a asegurarse de que todo estuviera en orden, les hice una seña para que esperaran y abrí la puerta, dándome cuenta de que ella, al igual que yo, también tenía pesadillas.
Indiqué a todos que se fueran y así lo hicieron, me acerqué a ella con cuidado porque no quería asustarla aún más, pero debía despertarla, no podía dejar que su mente la siguiera haciendo sufrir, así que puse una de mis manos sobre su hombro para hacer que despertara.
- Oye - la moví con cuidado - despierta - volví a moverla con delicadeza - es sólo una pesadilla, despierta - elevé el tono de mi voz, pero no funcionaba.
Enfundé el arma en mi pantalón luego de ponerle nuevamente el seguro y la tomé por ambos hombros para sentarla y al hacerlo reaccionó de inmediato, alejándose de mí tan rápido como pudo.
- ¿Q~qué hace aquí? - preguntó sumamente asustada y me alejé levantando las manos donde ella pudiera verlas.
- Estabas teniendo una pesadilla, quise despertarte pero no reaccionabas, si estás mejor me voy a mi habitación - comencé a retroceder de espaldas.
- Espere - habló con voz muy baja - necesito un poco de agua, ¿puedo ir por ella? - preguntó temerosa.
- Yo te la traigo - contesté.
- No quiero molestar - dijo.
- No lo haces y creo que es mejor que vaya yo, tus gritos alertaron a mis hombres y deben estar muy a la defensiva - respondí con sinceridad, ella se sentó tomando sus rodillas entre sus brazos pegándolas a su pecho y asintió sin dejar de sollozar por el reciente sobresalto.
Bajé rápidamente a la cocina y regresé de la misma forma con una jarra de agua para mi nueva inquilina.
- Gracias - dijo luego de tomar un poco y asentí en respuesta.
- Intenta dormir de nuevo, si necesitas algo no dudes en pedirlo - volví a ofrecer antes de irme.
El resto de la noche no pude conciliar el sueño pensando en qué de todo, era lo que la atormenta a tanto, la entendía más que bien, todo lo que nos rodea es algo que deja traumas para siempre y en eso no podía ayudarla, quizá cuando se fuera podría darle algo de dinero para que se tratara psicológicamente, pero esa sería una decisión que tomaría cuando llegara el momento, lo cual esperaba que pasara en un máximo de dos semanas.
Por la mañana me di una ducha y salí de mi habitación para ir a desayunar, me quedé parado frente a la puerta de la habitación donde ella se encontraba y luego continué mi camino, no quería molestarla ni obligarla a salir, así que habría una persona encargada de su cuidado para que le llevara la comida si no quería salir.
ESTÁS LEYENDO
Compras de medianoche (Mafia +18)
FanfictionLa vida es injusta con las personas equivocadas, TN lo tuvo claro luego de ser secuestrada y terminar en un país totalmente alejado del suyo, lejos de su familia, sus amigos y de todo en realidad. Pero tal como la vida puede ser injusta, también es...