Compras de medianoche (Mafia +18)

4 - Mickey

TN

No entendía por qué ese hombre me estaba ayudando, no sabía si tenía intenciones ocultas detrás de todos los buenos tratos que me daba, si ocultaba algo aún más turbio de lo que yo había vivido antes de llegar a su casa, pero aún con eso, estaba muy agradecida con él, el simple hecho de que no me golpeara, ni invadiera mi espacio era demasiado para mí.

Nunca imaginé que algo así me pudiera pasar, estar tan lejos de mi hogar porque unos bastardos me privaron de la libertad pensando en que estaba bien usarme como ellos quisieran.

Tenía miedo de todo, del hombre que me ayudó, de su amigo y todos los hombres que trabajaban con ellos, eran demasiados y por lo poco que he notado en los días que tengo aquí, no hay ni una sola mujer, sólo hombres y más hombres, ésa era la razón por la que elegía no salir, aunque mi salvador me haya asegurado que nadie me tocaría, que ni siquiera se atreverían a mirarme si querían seguir vivos.

Todos estos días me he dedicado a ver por la ventana, desde ese lugar puedo ver al jardín y a la cochera, eso me ha permitido ver el respeto que todos le tienen al jefe, no sé a qué se dedica exactamente, no sé su nombre ni nada de él, quiero creer que todas sus palabras son reales y de verdad me ayudará a regresar a mi casa, pero llevo muchos días en su casa y no veo claro.

No quiero exigirle nada porque simplemente no estoy en condiciones de hacerlo, el simple hecho de que no me haya matado o violado ya es suficiente y no quiero tentar a mi suerte, así que mejor me quedo callada cuando no hay nada que decir y solamente me dedico a responder a sus preguntas.

Me regaña cada noche porque no como bien, pero es que mis ganas de vivir son pocas, no encuentro sentido a alimentarme bien si existe una pequeña posibilidad de que no pueda regresar a casa, si no volveré a abrazar a mis padres o a mis hermanos, si no veré de nuevo a mis amigas, ¿qué sentido tiene hacer cosas tan insignificantes como comer?, también me repite que puedo ir al jardín a jugar con su perro, pero si él no está cerca, ¿esos hombres en verdad me respetarán?

Moría de ganas por salir, por caminar descalza por el césped, por acariciar a ese perrito que me recordaba tanto al mío, pero no podría bajar hasta ese lugar y menos sola, pero tampoco podría pedirle a ese hombre o a su amigo que me acompañen, no creo que acepten y además, no creo que tengan tiempo para acompañarme mientras salgo, así que mejor me quedo en la habitación encerrada, al menos ahí me sentía un poco más segura.

Como casi cada tarde, ese hombre llegó a saludar a su perrito, podría parecer alguien frío, pero cuando veía al pequeño Mickey su mirada cambiaba, lo tomó en brazos y entró a la casa, cuando hacía eso yo me alejaba de la ventana porque ya no había nada más interesante que me pudiera tener atada a ésta.

Me senté en la cama, esperando a que después de dejar a Mickey en algún lugar de la casa él llegara, pero mi sorpresa fue que no llegó solo...

HOSEOK

Al llegar a la casa siempre había alguien que me esperaba con noticias de TN, aunque nunca eran distintas a las del día anterior, no había comido prácticamente nada y no había salido de la habitación, así que sin saber por qué, decidí que debía hacer algo por ella, algo que la ayudara a sertirse al menos un poco mejor.

Fui al jardín a ver a Mickey y como siempre lo tomé entre mis brazos para meterlo a la casa, ya había sido suficiente de jugar, discretamente miré a la ventana y como todos los días, ahí estaba esa chica, así que entré y fui directo a su habitación.

Toqué la puerta y no fue raro no obtener respuesta, así que entré, ya era una rutina hacer las cosas así, volteó a mirarme y puedo jurar que un brillo en su mirada apareció, Mickey la miró y comenzó a mover la cola, algo que no hacía con prácticamente nadie, de hecho a todo mundo les gruñía, lo dejé en el piso y corrió hasta ella, levantándose en dos patitas para recibir atención, ella dudó y me volteó a ver, como pidiendo permiso para tocarlo y yo sólo asentí en respuesta.