9 - Debajo de la cama

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TN

Desde el momento en que Angely me visitó por primera vez pasó una semana y media, durante una semana estuvo yendo a verme todos los días, pero los últimos tres días no pudo hacerlo porque había salido del país a visitar a sus padres, la envidiaba un poco, pero al menos me había dicho que tomaría unos días para ir con mi familia y darles noticias de mí, así que eso me hacía sentir bien.

Su compañía me había servido para tener un poco más de confianza para salir de la habitación y al menos salía por mi comida o a jugar un rato con Mickey, pero no duraba mucho tiempo fuera porque aún seguía teniendo un poco de miedo, aunque al menos en esa casa me sentía un poco segura, algo extraño y contradictorio, pero es que pensaba en la posibilidad de salir y eso asustaba, aunque quisiera y tendría que hacerlo en algún momento.

Los golpes en mi cara estaban por sanar y al casi desaparecer era cuestión de días para que me tomaran las fotografías para los documentos que me harían y con ellos, también cuestión de días para volver a ver a mi familia y regresar a mi vida como la recordaba, o al menos para intentar que fuera parecida a como solía ser antes de todo lo que me había pasado.

Los últimos dos días los había pasado pensando en que faltaban un par de días para que me llegara el periodo y ya que Angely no estaba para pedirle ayuda, tendría que recurrir a Jungkook o Hoseok, lo peor es que no había visto a Jungkook esos días y mi única opción era Hoseok, pero para mi desgracia llevaba días sin ir a verme a mi habitación.

Al principio se lo atribuía a que como ya salía de mi pequeño espacio ya no hacía falta que él fuera a verme ni a esperar a que comiera, pero cuando me acerqué a él los últimos dos días para pedirle que me llevara a una tienda o farmacia cercana para comprar tampones, simplemente se alejaba luego de mirarme con indiferencia, no me permitía decir nada más que un "disculpe señor", y me hubiera rendido, pero no quería que mi periodo pasara como el último... Manchada de sangre porque mis secuestradores no tuvieron ni un mínimo de consideración conmigo.

El día que según yo iba a llegar mi periodo me acerqué con él para pedirle ayuda, pero lo que recibí fue peor que su indiferencia.

- Disculpe señor, sé que está ocupado, pero... - ni siquiera me dejó terminar, me interrumpió y me gritó.

- ¡¿Qué?!, ¿qué quieres?, ¿te imaginas lo molesto que es tenerte detrás de mí todo el tiempo? - al escucharlo gritar cerré los ojos con fuerza ante el miedo que me provocó escucharlo.

- Yo... - no pude continuar porque volvió a interrumpirme.

- ¿Tú qué?, ¡habla de una maldita vez, porque no estoy para soportarte ni a ti ni a nadie! - abrí los ojos para encontrarlo rojo ante el enojo que al parecer mi presencia le causaba - ¿vas a hablar o no? - volvió a gritar - ¡Carajo TN, habla ya o vete de mi vista!, ¡tengo trabajo y me estás haciendo perder el tiempo!

De pronto todos los recuerdos de los gritos que me dieron desde el momento en que me privaron de mi libertad y hasta el momento en que me rescató vinieron a mi mente y no pude evitar llorar y salir corriendo.

Entré a la habitación y cerré con seguro, no podía pensar en otra cosa que todos los malos tratos que me dieron y en el miedo que tenía incluso de moverme porque cualquier cosa que hiciera podría ser merecedora de golpes o insultos, no podía dejar de llorar, sin darme cuenta me escondí debajo de la cama como una niña pequeña, tenía mucho miedo de que la persona que me salvó fuera igual que quienes me llevaron a ese lado del mundo.

Escuché pasos afuera de mi habitación y un par de golpes en la puerta que me asustaron aún más porque no quería ver a ese hombre, no luego de cómo me gritó.

Compras de medianoche (Mafia +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora