17 - Consciencia

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TN

En este punto de mi vida no sabía qué era lo más extraño que me había pasado, el secuestro, que el jefe de la mafia coreana me salvara, haberme hecho amiga de su mejor amigo y de la novia de su mejor amigo, asistir a cenas de negocios con gente que probablemente era de lo más peligrosa, que quien me salvó me cuidara de todo y todos o que en ese preciso instante tenía su lengua recorriendo cada espacio de mi boca de la manera más sexy posible mientras sus manos me sujetaban de la cintura y yo estaba junto a él, acostados en la cama en la que había dormido durante los últimos meses.

- Por favor dime que luego de esto no te vas a ir y me dejarás aquí sola como una tonta - dije casi en una súplica cuando volvimos a separarnos para tomar aire.

- No lo haré, te lo juro, a menos que tú me lo pidas - lo besé como respuesta, definitivamente no quería que se fuera.

No estaba segura de cuál fue la razón por la que decidió tocar a mi puerta para besarme de la forma en que lo hizo, pero lo agradecía, porque realmente era un momento más que perfecto y que había estado deseando desde varios días atrás.

Mi mente comenzó a viajar de un pensamiento a otro con gran velocidad, iba de lo bien que se sentían sus labios contra los míos, a lo exquisito que era sentir sus manos sujetándome con fuerza para que no pudiera alejarme de él, hasta lo tentador que era sentir su erección contra mi cuerpo y finalmente se detuvo en el sentimiento de culpa por estar disfrutando de estar en un lugar lejos de casa al que había llegado por una mala jugada de la vida.

Me alejé de Hoseok tan rápido como pude y lo miré detenidamente intentando pensar en sí lo que estaba haciendo era correcto o no, es decir, besar a alguien con tanta influencia en un país desconocido y que era respetado por sus negocios ilegales no era algo que estaba en mis planes y tampoco algo que estuviera bien y mi consciencia lo sabía.

- ¿Estás bien?, ¿quieres que me vaya? - cuando me preguntó eso sus manos comenzaron a suavizar su agarre en mi cintura y cuando lo hizo me sentí mal, no quería que me soltara.

- Mi consciencia se puede ir al demonio - respondí más para mí que para él.

Subí sobre su cuerpo para sentarme en su pelvis y sentir su erección contra mi vagina y aún sobre la ropa la sensación era inigualable.

Quité la blusa de mi pijama dejando a la vista otro juego de lencería por el que él había pagado y lo vi sonreír mostrando su perfecta dentadura con la cual estaban surgiendo nuevos fetiches que quería probar.

- Definitivamente ha sido la mejor compra que he hecho en mi vida - mencionó y sólo sonreí.

- Entonces disfrútala - dije y volví a besarlo.

Sus manos ya no estaban en mi cintura, ahora estaban apretando mis glúteos sin ningún cuidado haciéndome gemir contra sus labios por lo bien que se sentía.

Yo por mi parte no podía dejar de acariciar sus pectorales, abdomen y brazos, sentir su piel desnuda era de las mejores cosas que me habían pasado en la vida, aunque me debatía en si mi mano debía acariciar algo más o no, pues estaba realmente tentada a pasar mi mano entre mis piernas para poder tocar su miembro, el cual se sentía cada vez más duro contra mí.

Después de sentir cómo sus dedos exploraban más allá de mis glúteos y ahora tocaban mi clítoris sobre la ropa también comencé a tocarlo, si él lo hacía yo también podía hacerlo, nada me impediría hacerlo gemir mi nombre.

La palma de mi mano se deslizaba sobre lo largo de su erección la mismo tiempo que me permitía masturbarme con el dorso de ésta y los dos nos deshacíamos en gemidos que estaban siendo atrapados por los besos nada delicados que nos dábamos.

Compras de medianoche (Mafia +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora