CAPÍTULO 3

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¡Hola, mes chères roses!

"No importa cuánto corramos, el destino siempre encuentra la manera de traernos de vuelta a lo que tememos enfrentar

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"No importa cuánto corramos, el destino siempre encuentra la manera de traernos de vuelta a lo que tememos enfrentar." — Gabriella Moreau

" — Gabriella Moreau

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ALEXANDER

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ALEXANDER

Alexander se deslizó entre las sombras, un espectro apenas perceptible, acechando a la intrusa que avanzaba con cautela por los interminables corredores del castillo. Cada esquina parecía moverse, envolviéndola como un depredador que acecha a su presa. Los pasillos parecían interminables, envolviéndola en un laberinto oscuro, como si cada paso fuera guiado por una fuerza más allá de su control. El aire se volvía más denso y opresivo con cada paso que ella daba, como si las mismas piedras antiguas conspiraran para atraparla, alimentándose del miedo que emanaba de su frágil figura. Ese miedo era como un perfume exquisito para Alexander, un aroma que se entrelazaba con su esencia, avivando una curiosidad malsana hacia la desafortunada que había osado internarse en su reino de sombras. El castillo parecía respirar a su alrededor, exhalando oscuridad mientras se contraía a cada movimiento de la joven. No obstante, había algo diferente en ella, algo que brillaba incluso en medio de su miedo, una chispa que resonaba con una fuerza inesperada en las profundidades de su ser.

El corazón de la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora