CAPÍTULO 8

20 7 39
                                    

¡Hola, mes chères roses!

"Los monstruos son reales

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Los monstruos son reales. Y a veces, tienen los rostros más bellos." — Fragmento del Diario de Ariadne

" — Fragmento del Diario de Ariadne

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

GABRIELLA

El dolor era lo primero que Gabriella percibía al despertar. Un ardor punzante se extendía por su cuerpo, haciendo que cada intento de moverse se sintiera como una tortura. Sus pensamientos estaban velados, confusos aún por lo ocurrido, pero algo en su entorno era diferente. Al intentar estirarse, notó la suave textura de la ropa que llevaba puesta, algo cómodo, pero ajeno a ella. Se incorporó lentamente, jadeando por el esfuerzo, y se dio cuenta de que le habían cambiado a un camisón oscuro, de una tela desconocida que se adhería a su piel con una sensación extraña y, de alguna forma, inquietante.

Con cautela, levantó las mangas del camisón y observó las heridas en sus brazos. Estaban envueltas en vendajes limpios, y aunque el dolor persistía, no había señales de infección. Un breve alivio recorrió su mente, pero fue rápidamente reemplazado por un desconcierto abrumador. Todo esto indicaba que alguien había cuidado de ella, pero el hecho de que no recordara nada, ni quién lo había hecho, solo aumentaba su ansiedad. ¿Quién la había vestido? ¿Dónde estaba realmente?

El corazón de la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora