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Antes de bajar echó un rápido vistazo al asiento de atrás y notó que estaba totalmente despejado, entonces ¿Esto ya estaba planeando? ¿Desde cuándo se volvió tan descuidado para no notarlo? Sin duda estaba muy afectado, eran demasiadas emociones y sentimientos para un periodo tan corto de tiempo.

Izuku: C-Claro, m-muchas gracias por t-todo - Abrió la puerta.

Fue tanta su desesperación que se olvidó por completo de su estado físico y al intentar bajar del auto azotó contra el piso.
Aún no se recuperaba del golpe pero se puso de pie con dificultad y huyó del lugar a pasos lentos pero era lo más rápido que podía ir y finalmente cruzó al otro lado de la calle mientras trataba de tranquilizarse.

Izuku:《 Casí... sucede de nuevo - Fijó su mirada en el suelo - No puedo creerlo, me engañó totalmente - Puso una mano en su frente - Soy un completo idiota ¿Cómo pude confiar en él? - Apretó el agarre de la sábana. 》

Las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas con velocidad, había perdido la cuenta de las veces que había llorado pero una más no haría la diferencia ¿O sí?.

Un ruido acaparó su atención e inmediatamente dirigió su vista al origen de 2 voces masculinas, se trataba de nada más y nada menos que los 2 hombres que vió antes de bajar del auto pero notó que se dirigían a otro lugar, quizá había estado malinterpretando la situación al creer que eran amigos del hombre que lo llevó a la ciudad, después de todo no es fácil confiar en las personas después de vivir un evento tan traumático.

Continuó caminando por las frías y oscuras calles, durante su camino pudo ver un pequeño parque a lo lejos así que se dirigió a ese lugar, al llegar notó que había un reloj en el centro, caminó lentamente y al estar frente al reloj se percató que eran las 11 de la noche, esta era la primera vez que veía la hora desde el día que Bakugo lo había secuestrado, cuando estuvo con el cenizo solía preguntar la hora pero jamás la vió visualmente así que, oficialmente habían pasado 2 días desde que despertó en aquella horrible habitación.

Inmediatamente se deshizo de esos pensamientos, diviso una banca un poco lejos y se dirigió a ella, estando de frente decidió sentarse y tan rápido como se sentó se aferró con todas sus fuerzas a aquella sucia sábana que lo cubría, un vacío inexplicable se instaló en su pecho e inevitablemente comenzó a llorar mientras recordaba todo lo que había sucedido.

Izuku: 《 Quizá... podría haber evitado todo esto si no fuera un inútil.. si tan solo fuera más fuerte yo.... nada de esto habría pasado... todo es mi culpa... soy un imbécil. 》

Estuvo alrededor de 10 minutos en el parque hasta que finalmente logró tranquilizarse un poco, se levantó de la banca y una vez más comenzó a caminar pero esta vez sin rumbo alguno debido a que estaba bastante cerca de la U.A. y por obvias razónes no había nadie, su otra opción era ir a la casa de su madre pero no quería preocuparla, no quería que nadie supiera que era un completo inútil que no puede cuidar de sí mismo.

Comenzó a caminar por la calle pero sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar un auto pararse junto a él y sin más qué hacer lo observó sin importancia pero vaya sorpresa que se llevó al darse cuenta que era el hombre que lo había llevado hasta allí y en el asiento de atrás estaban los dos hombres que había descartado como sus aliados hace algunos minutos.

Hombre 1: Te encuentro de nuevo chico - Una sonrísa se formó en su rostro.

Midoriya comenzó a preocuparse pero antes de poder reaccionar los hombres que estaba en el asiento de atrás se bajaron y lo subieron a la parte trasera del auto sin complicación alguna.
Del lado derecho iba uno de ellos, en medio estaba él y del lado izquierdo estaba el otro.

Hombre 2: Realmente es un chico encantador - Lo sujetó de la mandíbula.

Hombre 3: Ni lo menciones - Posicionó una mano en la pierna derecha del menor.

Izuku estaba en shock no podía creer que esto estaba pasando de nuevo ¿Por qué a el? Parecía que ese no era su mejor día, no podía hacer nada, inevitablemente comenzó a temblar y una infinidad de sentimientos se hicieron presentes ocasionando que llorara una vez más.

Hombre 2: ¿Qué ocurre? Chico - Posó su mirada en el peliverde - No te haremos nada que no quieras - Sonrió maliciosamente.

Hombre 3: Solo vamos a pasar un buen rato - Apretando la pierna de Izuku.

Pasaron alrededor de 10 minutos y finalmente llegaron a una gran bodega abandonada, todos bajaron del auto mientras llevaban a Izuku como costal de papas. Al entrar encendieron algunas luces y lanzaron al peliverde al suelo quien solo soltó un quejido.

Izuku: ¡Agh! - Posicionó ambas manos en su cabeza por el dolor y se sentó en el suelo - P-por favor, s-solo quiero d-descansar - Una vez mas comenzó a llorar.

Hombre 1: Claro, lo harás cuando terminemos contigo - Dirigiéndose al más pequeño.

El hombre se acercó salvajemente y de un fuerte jalón logró quitarle la sábana al peliverde mostrando su cuerpo bien trabajado pero lleno de hematomas y lo que parecían ser mordidas, de inmediato trató de cubrirse con ambos brazos pero fue inútil.

Hombre 2: Wow, parece que hoy tenías cupón 2×1 - Se burló al ver el estado del peliverde.

Hombre 3: Eso no quita la diversión - Comenzó a quitarse el pantalón.

Rápidamente llegó un hombre que lo sujetó por atrás y comenzó a morder su cuello, dejando rastros de saliva.

Izuku: ¡No! S-Suéltame - Trataba de safarse mientras forcejeaba.

El sujeto tomó ambas manos, las posicionó en su espalda y las ató fuertemente con mucha cinta dejando al peliverde indefenso.
El pánico lo invadió al ver que los 2 sujetos restantes también se dirigían hacia él ¿Por qué? Era lo único que quería saber.
Por un momento recordó el One For All y trato de usarlo lo más rápido que pudo pero aún no había señal alguna de haber regresado.

Era inútil, no podía luchar con ellos pues eran 5 veces más grandes que él, no tenía la suficiente fuerza ni la energía, todo lo que podía hacer era esperar a que todo terminara pronto, se sentía frustrado, desesperado, temeroso, humillado, nervioso y demás.
Realmente odiaba toda esta porquería pero más se odiaba a sí mismo por ser incapaz de hacer algo, por ser incapaz de protegerse.

Izuku: Por favor.... - Suplicó débilmente.







Fin del capítulo.

¡Detente, Kacchan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora