Gisele, una hermosa y exitosa modelo internacional, se encuentra en la cima de su carrera. Pero detrás de su imagen perfecta, esconde un corazón solitario. Jude Bellingham, un talentoso futbolista con un futuro brillante, se cruza en su camino duran...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jude la llevó hasta su coche, donde la ayudó a dejar sus bolsas y después abrió la puerta del vehículo para ayudarla a subir.
El moreno había notado que algo no iba bien, y quería hacerla sentir lo mejor posible, así que había pensado en algo perfecto.
—¿Puedo saber dónde vamos? —preguntó Gisele frunciendo el ceño mientras el moreno esperaba a que el semáforo se pusiera verde.
—Aún no, ya lo verás. —dijo haciéndose el misterioso. —Tampoco es algo súper guay, pero se que te gustará.
Gisele sonrió levemente al ver como el chico pensaba en ella constantemente buscando que estuviera lo mejor posible. Lo que el no sabía es que la modelo no necesitaba nada si estaba el cerca, con su presencia ya era suficiente.
Finalmente, tras unos minutos conduciendo por las calles de Madrid llegaron hasta un gran centro comercial lleno de las mejores marcas del momento. Había pensado que ir de compras le animaría bastante, y así fue.
—¿Vamos a comprar? —preguntó la modelo con una sonrisa de niña ilusionada.
—¿Te apetece? —preguntó el joven para asegurarse de que estaría contenta con el plan.
—¡Sii!
Jude rio al ver lo entusiasmada que estaba y entró al parking del lugar en busca de algún buen aparcamiento donde dejar su precioso coche que su madre le había regalado.
—Necesito algunas cosas de skincare, con tanto maquillaje que me ponen me están saliendo algunos granitos. —dijo mientras ambos subían por unas escaleras mecánicas.
—Estás guapísima, no sé qué dices. —Jude la miraba con una sonrisa inconsciente.
Ella tan solo se limitó a sonreírle con timidez y tapó su rostro notando como sus mejillas se tornaban algo rojas ante su comentario.
La primera tienda a la que fueron fue Sephora, donde escogió un par de jabones y serums para su rostro y se pusieron en la cola. Cuando llegó el turno de pagar Gisele comenzó a buscar su tarjeta, pero alguien se adelantó pagando por ella.
—¿Va a querer copia del ticket? —preguntó la señora.
—No, gracias. —exclamó Jude cogiendo la pequeña bolsita de rayas y agarrando la mano de Gisele para salir de la tienda.
