Gisele, una hermosa y exitosa modelo internacional, se encuentra en la cima de su carrera. Pero detrás de su imagen perfecta, esconde un corazón solitario. Jude Bellingham, un talentoso futbolista con un futuro brillante, se cruza en su camino duran...
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Ambos comenzaron a caminar hacia la salida del parque agarrados de la mano mientras seguían hablando. Entre ellos nunca se acababan los temas de conversación.
—¿Quieres hacer algo esta tarde? —preguntó Jude jugando con el anillo que llevaba Gisele en sus dedos.
—Claro cariño. —dijo sonriente mirando al moreno.
Le encantaba que siempre tuviera ganas de hacer cosas con ella, sobretodo porque cualquier plan con él eran todo lo que ella podía pedir.
—¿Te apetece ir a tomar algo en un rooftop precioso que conozco? —propuso el futbolista.
—Todo lo que sea hacer un plan contigo me apetece, así que llévame donde tú quieras. —dijo Gisele con algo de timidez. —Acabo de sonar súper sumisa. —rio al darse cuenta.
—Desde luego tú eres de todo menos sumisa. —dijo Jude riendo. —Eres la chica más cabezona que he conocido nunca.
Gisele rio ante las palabras de Jude y el moreno la acercó aún más a él envolviendo su brazo por la cintura de la joven mientras ambos seguían riendo. Fue en ese preciso momento cuando Jude volvió a ver el rostro de aquel hombre que no apartaba la mirada de ellos el día que fueron al centro comercial a comprar. Esta vez estaba completamente vestido en traje negro y no dejaba de mirarles en ningún momento pero al ver a Jude darse cuenta inmediatamente trató de disimular apartando la mirada y cambiando de dirección ya que había empezado a caminar hacia ellos para seguirles.
Automáticamente Jude lo único en lo que pudo pensar era en proteger a Gisele. Fuera quien fuera ese hombre, no era normal que estuviera exactamente en los mismos lugares que ellos mientras actuaba de aquella manera tan extraña, había algo raro en el, y quería algo de ellos.
—Será mejor que nos demos prisa para volver a casa, tengo un poco de hambre. —dijo Jude agarrando su brazo con algo de fuerza y caminando con rapidez mientras miraba hacia atrás asegurándose que no les seguía. —Podemos pedir algo para comer.
—Jude, espera, me estás haciendo daño. —dijo caminando a su paso tratando de soltarse de su agarre. —¿Qué te pasa? Estás actuando muy raro.
—Tu solo confía en mí y hazme caso, vámonos a casa por favor. —exclamó agarrando su rostro con ambas manos.
—¿Piensas contarme que coño está pasando Jude? Me estás asustando. —dijo con una expresión de preocupación.
—Cuando lleguemos a casa te lo contaré todo, te lo prometo. —Jude agarró su mano y se aseguró de que estaban lo suficientemente lejos del parque. —Pero ahora necesito que volvamos a casa rápido.
Gisele, muy asustada por su forma de actuar tan extraña, decidió hacerme caso y llegar a casa cuanto antes para poder saber que era lo que estaba pasando. La joven incluso llegó a pensar que Jude podía tener problemas mentales ya que más de una vez le había visto actuar raro, como el día del centro comercial, pero sabía que eso era imposible.
