Gisele, una hermosa y exitosa modelo internacional, se encuentra en la cima de su carrera. Pero detrás de su imagen perfecta, esconde un corazón solitario. Jude Bellingham, un talentoso futbolista con un futuro brillante, se cruza en su camino duran...
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Las semanas pasaron y la pareja seguía mejor que nunca, se veían un par de veces a la semana y disfrutaban de la compañía mutua siempre que podían. Solían hacer planes románticos de pareja e incluso a veces solían hacer planes con algunos chicos del equipo.
—Me lo he pasado genial cariño. —exclamó Gisele caminando junto a Jude de la mano mientras Vini y Rodry caminaban riendo un poco más adelante de ellos. —No hay momento que no esté sonriendo cuando estoy contigo.
El corazón de Jude se aceleró y sintió una calidez enorme al rededor de la joven. La quería tanto que sentía que en cualquier momento su pecho explotaría.
—Te quiero mucho cariño. —dijo Jude mirándola con un brillo claramente notablemente en su mirada. —Haces que me olvide de la tensión que tengo encima con todos los partidos y entrenamientos.
—¡Hey chicos dejar ya el romanticismo! —exclamaron los dos de delante. —Nuestro coche está ahí aparcado, así que nos vemos mañana.
—¿Mañana? —preguntó Jude. —Tenemos día libre, no pienso veros las caras en mi día libre.
—Si lo harás, es el cumpleaños de Arda. —dijo Rodry riendo. —Es nuevo y un poco tímido, habíamos pensado en hacerle algún detalle e ir a cenar a algún lado o salir de fiesta un rato.
Jude pensó en lo que su compañero estaba diciendo, y tenía razón. Arda había entrado hace relativamente poco y todos habían notado como le costaba un poco socializar, aún que obviamente todos hacían lo posible por hacerle sentir como uno más, hasta el propio Ancelotti.
—¿Tú querrás venir, Gisele? —preguntó Vini. —Seguro que contigo Arda se sentirá súper cómodo.
—Córtate un poco Vini. —dijo celoso Jude agarrando con más fuerza la cintura de Gisele.
—Lo decía porque nunca se puede tener un silencio incómoda si está ella. —dijo riendo Vini. —Es experta en ser extrovertida.
Jude sonreía con las palabras de su compañero mientras Gisele no apartaba la mirada de Jude con una sonrisa orgullosa por lo bien que Vini hablaba de ella.
—No hace falta que seas tan celoso mi amor. —dijo Gisele sonriente apoyando sus manos en su pecho.
A Gisele le encantaba que Jude fuera así. No eran de esos celos locos pero era una pequeña insinuación de lo protector que era sobre ella.
—Bueno, al final vendréis? —preguntó Rodrygo.
—Sii, Arda es muy adorable, me sabría fatal no hacerle algo especial por su cumpleaños. —respondió Gisele medio abrazada a Jude.
