CAPITULO 13

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𑁍Flora𑁍

Era un gran problema que tampoco hubiera señal porque entonces mi localizador no estaba disparando la alerta que necesitaban en el trabajo para asegurar mi bienestar, eso fue lo primero que me pasó por la mente. Seguro la ubicación se había congelado en el domicilio de los Vasileva y con justa razón, porque probablemente me pasaría toda la noche aquí mismo. Pero ya tendría que estar en casa y no había forma de notificarle a Oasis mi predicamento por la tormenta. Ni siquiera podía comunicarme con Rino para que al menos él intentará excusarse por mí. De igual forma le dejé el mensaje a él y a las oficinas de mi trabajo por si la señal volvía al menos por unos segundos.

Eso fue lo primero que hice y luego me movilicé para ver cuántas velas andaba en mi maleta del trabajo. Encontré varias velas personalizadas y delgadas que no tenían esencias fuertes, lo cual era la razón por la que las había descartado de las terapias. Otras estaban consumidas hasta la mitad, seguro las había guardado porque se había acabado la terapia y las recogí junto con mis demás herramientas. También tenía candelas simples.

Al cabo de unos minutos logré esclarecer la habitación que me prestaron para la primera sesión con la luz tenue de las llamas de diversas velas. La luz nos permitía ver sombras las de los objetos en la habitación y nuestras siluetas, pero fuera de ese espacio aún nos enfrentamos a una oscuridad terrible.

—Siempre deben tener candelas en la casa o lámparas con batería. Otras fuentes de energía y focos de mano recargables —comenté luego de que Samyr me asegurara que no tenían ninguno de los mencionados.

—Es que esto nunca había ocurrido antes...

—Así me lo mencionó, pero eso no es ninguna excusa.

No era mi intención soltarle un regaño, pero la situación no me ayudaba a mantener la calma. No esperaba que mi día terminara de tal forma, pero reconocía que ellos tampoco. No era justo culparlos por algo así; pero solo era una mujer preocupada, en medio del bosque, con dos hombres completamente aterrorizados.

Samyr intentaba mantenerse firme, pero si en algo era buena en situaciones de estrés era en analizar el comportamiento y lenguaje corporal de las demás personas. Eso me ayudaba a enfocar el mío, canalizar mi energía negativa para no soltarla a mis alrededores y centrarme en que existían más personas en mi entorno.

Así me mantuve desde el principio y todo el tiempo en el que Auriel me sostuvo de la mano cuando me moví por la habitación para alumbrar y cuando terminé de hacerlo, cuando volvió a abrazarme. Percatándome de la respiración agitada de Samyr incluso cuando se mantuvo quieto, cerca de la puerta, siguiéndome con la mirada de aquí para allá, mantuvo su mandíbula tensa y sus hombros encogidos. Él también tenía miedo, solo no quería aparentarlo.

—Pero si tenemos un generador, si Magnus o Hassam ya estuvieran aquí ya lo habríamos encendido.

—Pero no están. ¿O si?

—No... discúlpeme... yo... en esto no soy muy bueno. No soy así todo el tiempo... es que, no sabía... no sé cómo....

Fruncí el ceño confundida. No le entendía nada.

Auriel me apretó con fuerza, aún no había procesado su cercanía, tenía más cosas en qué preocuparme. Pero cuando sentí su calor rodear mi cuerpo mi enfoque se retiró de todo lo demás, del localizador y de las pocas candelas que tal vez no serían suficientes para toda la noche; del frío, del pequeño brote de miedo en mi pecho. Él estaba ahí presente, en un dilema más fuerte que el mío, aunque fuera su casa y aunque yo fuera meramente solo una conocida. Seguro no quería que lo viera de esa forma vulnerable. Pero así resultaron las cosas y no tuvo más opción que acudir a mi y no podía dejarlo desamparado de esa forma.

AMBROSÍA ENTRE BOCAS [ OMEGAVERSE POLIAMOR ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora