CAPITULO 2

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𑁍Flora𑁍

No recibí una llamada, sino que un correo. Uno que recibí en mi buzón electrónico del trabajo y estaba redactado de la forma más formal posible. Me citaba en fecha y hora debida y pedía mi completa cooperación al darme la oportunidad de seleccionar el punto de reunión. No podría invitarlos a las oficinas en el departamento que trabajaba, porque no tenía un cubículo propio, solo un escritorio y eso no sonaba adecuado. Mi jornada laboral era bastante flexible y era trabajo por llamada, así que incluso las entrevistas eran afuera del local. Además, las atenciones a los clientes eran siempre en sus propias viviendas así que era lógico que el local, por muy oficial que fuese, no tuviera instalaciones espaciosas.

Lo bueno era que eso nos permitía salir de esta oficina con recurrencia. A veces incluso irnos temprano a casa. Amaba eso porque no había nada que disfrutara más que estar sola en casa; aprovechaba ese tiempo libre con la oportunidad de aprender a hacer las velas de las sesiones de aroma-terapia yo misma. Me gustaba muchísimo hacer velas y también quedarme encerrada en mi departamento, salgo beneficiada en todas las formas posibles.

Estudié el nombre de la familia en el correo y llegué a la conclusión de que antes de darles una respuesta, investigaría un poco sobre ellos. Resulta que no había mucha información en la red que pudiera darme un idea de quienes eran parte de esta casa de vinculados, esperaba algo parecido, ya que la mayoría de las veces los alfas preferían mantener en cubierto su apellido, no era un secreto resguardado solamente algo para ser cautelosos; pues incluso yo misma había entendido que formar parte de un vínculo de parejas familiares que no tenía cuidado al revelarse era bastante peligroso, puesto a que podrían exponer públicamente a tus parejas para cualquier persona que planeará un mal en su contra. Era muy complicado formar parte de una casa de vinculación por lo que tenía entendido y aun así, siempre lo había considerado como algo hermoso.

Poder tener personas de confianza a mi alrededor era algo que había anhelado desde niña. No necesitaban ser mi pareja, tan solo añoraba compañía sincera y duradera. Pero desde que lo he negado también me he dado cuenta que no tengo suerte en conseguir lo que tanto deseo. Al menos no en ese aspecto, ya que me encuentro tan sola como la primera vez que lo soñé.

Flora Alvar, veintisiete años, con licenciatura en fisioterapia, maestría y capacitación en herboraria. Sonreí para mí misma leyendo los datos al lado de mi nombre, era una ironía que lo que me gustaba y como me llamaba iba combinado de maravilla. Era una consistencia que sabía apreciar muy bien. Volví a leer un poco sobre la experiencia laboral que denotaba mi hoja de vida, algunos trabajos por aquí y por allá, ya que para costear mis estudios tuve que laborar en panaderías y floristerías, todos duraron poco pero me aportaron vivencias.

Viendo lo mucho que me gusta en lo que me he convertido, le doy todas las gracias que tengo a mi yo del pasado por haber tomado la decisión de seguir estudiando y perdurar hasta este punto. Fue difícil haberlo hecho todo sin ayuda de nadie, pero gracias a ese esfuerzo hoy en día puedo vivir tranquila.

Seguí leyendo la hoja de vida que dentro de poco enviaría a la casa Vasileva para revisión.

Género asignado: omega. El signo en la esquina de la hoja aún me causaba un poco de disturbio.

Nunca he podido verlo como algo mío. Era algo que nos indicaban justo con nuestro sexo identificado al nacer; era extraño para mí ya que, aunque nunca me he sentido lejana a ser una mujer, jamás me he considerado omega. No había nada de malo en ser un omega, es solo que no me podía identificar como tal. Jamás he tenido un despertar como uno, no tengo ciclos de calor, no desprendo esencia y sobre todo no me afectan las feromonas.

De forma razonable sé que eso no es malo, especialmente para mí que busco vivir una vida tranquila. Sin embargo, ha influenciado en el hecho de que no soy parte de ninguna casa de vinculación y nunca lo he sido, ya que no crecí dentro de esa estructura familiar. No fui recibida en ninguna y tampoco he sido fascinada por nadie dentro de una.

AMBROSÍA ENTRE BOCAS [ OMEGAVERSE POLIAMOR ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora