CAPITULO 6

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𑁍Flora𑁍

El hombre era enorme, no solo en altura, sino que sus músculos añadían grosura a su figura. Sostuve su agarre con mi brazo libre intentando alejarme, pero mis forcejeos no funcionaron.

—¡Suéltala, Tyron! ¡No la agarres así! —gritó Haoyu.

—¿¡Por qué te estaba agarrando!? —vociferó el otro hombre. —¿Quién es esta mujer y porque está en mi casa? No puedo descuidarte ni un momento, Haoyu. ¿¡Aoi sabe algo de esto!?

—¡Suéltala ya! La estás lastimando y tus feromonas no me dejan acercarme. ¡Cálmate!

—¡No me digas que me calmé cuando la vi tocándote!

—No fue así, no fue así. Yo la estaba... yo la agarre a ella. Suéltala, por favor.

Todo era muy escandaloso y estaba comenzando a disgustarme de una manera tremenda; solo quería soltarme de ese hombre y largarme. Y aunque esa era mi intención, me detuve para calmar mi respiración, manteniéndome apacible y controlándome con suspiros hondos. Sabía que independientemente del malentendido no merecía ese trato.

Ni con todas mis fuerzas lograría soltar el agarre al que me encontraba sometida, así que tendría que pedírselo explícitamente con palabras, pero justo cuando iba a hacerlo alguien más se me adelantó.

—Tyron, él te ha dicho que la sueltes, así que más te vale que lo hagas ya —comandó una voz femenina.

El hombre frente a mi dio un respingo, seguido de eso mi mano quedó libre y la traje hacía mi pecho. La subí hasta tocar la sensible piel en mi cuello. Mi piel era tan suave como era de delicada, toda esa fuerza bruta la dejaría en mal estado. Mi cuello y mi muñeca estaban calientes y palpitando, mentalice los moretones que se pondrían peor; necesitaría aplicarles alguna crema luego.

Tomando la oportunidad me alejé de los dos hombres, lo que me hizo acercarme más a la mujer que recién entraba y al fin me di cuenta que no venía sola. Otro hombre se posicionó junto a ella, uno que yo ya conocía, aunque su rostro ya no tenía la expresión amable con la que lo soñaba. Ahí de pie, con su atuendo impecable y un gesto irritable, me encontré nuevamente con Magnus Vasileva.

—Aoi... —musitó el hombre que me había atacado antes. El señor Tyron.

Los ojos de Magnus me recorrieron todo el cuerpo o más bien, por toda la ropa que ahora se encontraba sucia de tierra y polvo por la caída —o más bien el rempujón— que había recibido desprevenida. Tragué mi vergüenza y aclaré mi garganta. Tenía a dos líderes de dos diferentes casas frente a mí. ¿Cómo era posible que todas las cosas que pudieran salir mal así lo hacían en cuestión de minutos?

Por el rabillo del ojo reconocí la figura de Haoyu acercarse a mí y decidí enfrentar de una buena vez la situación. Me preparé internamente para dejar salir la voz más firme y profesional que podía encontrar debajo de toda mi vergüenza. Porque odie la forma en la que me hicieron sentir, pero después de todo el poco respeto que recibí decidí seguir mostrándome digna.

—Señora Aoi... señor Magnus. Es un placer conocerles. Soy Flora y trabajo como cuidadora en el programa de Oasis.

El silencio se extendió por todo el lugar, pero me mantuve con el mentón en alto. Aun así, mi pecho ardió en la conmoción que me apenaba.

Mientras esperaba sus respuestas Magnus achinó sus ojos cuando me dedicó esa sonrisa agradable y confiada que recordaba de la primera vez. Verlo sonreír así fue como una brisa fresca que me llenó los pulmones de valentía. Me hizo llegar su perfume de feromonas, pero lo que percibí no fue un olor sino un sentimiento. Fue la calidez del sol en una alba que intensifica los colores de la primavera y un indicio de seguridad que me hizo sonreír débilmente con alivio. Esas sensaciones llegaron a mi pensamiento y me quedé repitiendo esas palabras que él buscaba transmitir a través de su perfume.

AMBROSÍA ENTRE BOCAS [ OMEGAVERSE POLIAMOR ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora