CAPÍTULO 21

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𑁍Magnus𑁍

Decidí acompañar al grandote en su oficina clínica. Había pasado las últimas horas desplomado en un sillón muy cómodo de cuero reclinable que meses atrás Hassam aseguró haber comprado y colocado para mí en su despacho médico. La espalda me comenzó a doler debido a que también dormí en una posición similar sentado en la sala de estar de Flora... Anoche...

Obligue mi enfoque a volver al presente aún cuando no me sentía muy entusiasmado a hacerlo. Llevo incontables suspiros hondos y cansados mientras mi mente me recuerda lo aburrido que estoy solo viendo hacia techo alto. La luz me lastima la vista y no solo por su intensidad. Odio con vehemencia los espacios con luz blanca, todo se ve muy minimalista para mi gusto; pero podía entender que debía verse de esa forma ya que, después de todo, estaba en un entorno sanitario.

No quería pasar por ninguna de mis oficinas hoy; todo un fin de semana. De igual forma no habría nadie trabajando en los edificios de los despachos. El distrito del poder judicial estaba cerrado y los operadores de justicia son muy exigentes cuando se trata de respetar su horario de trabajo y descansos así que no molesto a mis socios los en días inhábiles. Ni es permisible que hablen los clientes o  "los usuarios" o cómo generalmente les llamamos cuando ya les prestamos el servicio fijo de la firma legal.

Mi celular de trabajo ahora está encendido solo para revisarlo en caso de emergencia, lo cual era mi responsabilidad como director principal. Antes respondía el llamado a consultas de los usuarios sin límites hasta que recibí el regaño por parte de Samyr; él fue quien me aseguró que trabajar tanto no era bueno para mi salud. Y tampoco es bueno para él, porque aparentemente le estresa verme trabajar tanto. Lo que no entiende Samyr es que nunca me he estresado por bregar con tantas responsabilidades y no trabajar me aburría demasiado. Así que le tenía tanta envidia a Hassam que en ese momento se encontraba leyendo sus reportes.

Me levanté del sillón solo para prepararme un café; la cafetera eléctrica estaba encendida y funcionando en la pequeña cocina conectada a su oficina; tomé uno de los libros que Hassam deja para mí en sus estantes y regresé a mi sillón. ¿Por qué él sí podía leer cosas de su trabajo incluso los fines de semana y yo no? Cómo ministro de la administración superior del estado y abogado director de la firma de abogados de la familia tenía un montón de asuntos y demandas que preparar, sentencias para analizar, pero Samyr dice que es porque los trabajadores de salud tienen un horario diferente y Hassam si tiene días libres entre semana en donde no piensa en absolutamente nada relacionado con el trabajo y que yo tenía que procurar hacer lo mismo. Tiene sentido. ¿Pero qué iba a hacer yo con tanto tiempo libre? ¿Solo leer alguna novela y tomar café?

Mmm... viéndolo de esa forma no sonaba tan mal.

Si logré relajarme gracias a la lectura al menos durante unos minutos, pero fue poco tiempo en donde mantuve la compostura suficiente para enfocarme en otras cosas. Cuando la imagen de Flora volvió a mi mente, el libro ya no parecía tan interesante. El recuerdo de la sensación cosquillosa que provocan sus feromonas me endulzó de nuevo los sentidos y el café me supo demasiado amargo, ya no lo pasaba ni aunque así fuera mi preferencia; ya no tenía ganas de acabarlo.

Todo ese pensamiento sobre el trabajo era una distracción para no reconocer esa ansia dentro de mí, alterando mi sistema como una necesidad turbulenta de ser necesitado que sabía muy bien de dónde venía, pero no podía saciarla.

El instinto dominante de mi parte alfa reconocía la situación de Flora y quería ayudarla. Quería enseñarle cómo regular sus feromonas para que no tuviera que lidiar con eso por su cuenta; con esa urgencia pecaminosa en su cuerpo, con la fiebre novedosa de la lujuria atrapando su mente. Todos pasamos alguna vez por eso en nuestro despertar, tanto alfas como omegas. El problema estaba en que no solo lo quería hacer como una enseñanza, se lo quería plantear con acciones. Para eso necesitaba tocarla y aún no podía hacer eso. Ella no estaba lista para mi. Así que me quedé pasivo como estaba acostumbrado. Acompañé a Hassam en su trabajo, con la excusa de pasar buscando unas constancias que necesitaba y él consiguió para mí.

AMBROSÍA ENTRE BOCAS [ OMEGAVERSE POLIAMOR ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora