CAPITULO 16

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Si cada personaje representará una carta significativa con obviedad entonces: Flora sería "El jardín mágico", Auriel sería "El Ángel de Osadía", Samyr sería "El Sol Sonriente", Magnus sería "El Rey de Abundancia" y Hassam sería "El Gigante Pecaminoso".
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𑁍Flora𑁍

Magnus se comportó noblemente durante todo el camino, robándome algunas sonrisas entre la conversación que no se alargó tanto como el viaje, fue casual y cómoda, perfecta para mi condición en plena madrugada. Estaba exhausta, él parecía haberlo notado incluso antes de que me diera cuenta y una vez más me sentí complacida ya que era él quien iba manejando.

No respondí de inmediato la pregunta que me hizo ya que en ese momento me quedé absorta en mis pensamientos, totalmente sorprendida, y al verme así Magnus me aseguró que no era necesario que le diera una respuesta pronta, que me lo había pedido sin compromiso y que por mucho que él anhelaba que respondiera que si, podía tomarme todo el tiempo para considerarlo.

Se lo agradecí y durante todo el largo camino no volvimos a tocar el tema, pero no fue porque deje de pensar en ello, sino porque algo más se apoderó de mi mente.

En algún momento las feromonas de Magnus transformaron su aroma en algo que me recordaba los aceites de pino y almizcle, fue neutro y sutil, solo para hacerme reconocer su presencia como un calmante que ubicó sin problemas el sueño rezagado que me pesaba tanto como para provocar un extraño entumecimiento, se relajaron mis párpados hasta volverse tercos por segundos que se sintieron tan eternos, donde el mundo se hundió en una oscuridad bastante cómoda.

Por un largo rato perdí la noción del tiempo, el sonido del motor del auto se convirtió en un susurro ahogado que hacía cosquillas en mis tímpanos, fue un eco arrullador; detrás de mi cuello terco, arriba de mi pecho sosteniendo mi respiración somnolienta, se me relajaron los hombros con el inconsciente que se me escapaba a través del sueño y se fusionaba con la realidad por poco, sin irse por completo. Estaba cabeceando en ese estado de ensoñación cuando Magnus llamó mi nombre suavemente.

—Flora... —susurró cerca mío y a pesar de que quise responderle de inmediato, no pude—. Ya puede despertar, mi reina.

—¿Hmmm? —algo en mi mente me alertó, como una pequeña vergüenza, pero estaba demasiado cansada para enfocarme en eso —. Yo... ¿Estaba dormida?

—Así es. Lamento haber perfumado sin su permiso. En algún momento durante el viaje me di cuenta que estaba luchando por mantenerse despierta, pero necesitaba más el descanso. Así que sin querer solté feromonas para ayudarla a dormir.

—No, no... más bien gracias. Yo... si lo necesitaba.

No pude decirle más que eso, aún estaba muy adormilada. El dijo algo más y si escuché su voz profunda resonar en mi cabeza, pero no seguí el rastro de sus palabras. Magnus me ayudó a salir del auto y me apoyó con su mano mientras me ayudó a llegar hasta mi apartamento. Él fue paciente con mis pasos inestables y una vez frente a la puerta fue mi soporte cuando me tocó buscar las llaves para abrir. Después de encontrarlas y abrir al fin, me ayudó a llegar a mi habitación y con cuidado me dejó recostada en mi cama. Me ayudo a quitarme los tacones y sonreí aliviada.

—Buenas noches, preciosa —fue lo último que escuché decir y cuando desee que se quedara conmigo.

Magnus había logrado en solo un viaje lo que somníferos fuertes no habían podido hacer últimamente en mi vida. Dormí deliciosamente y a pesar de que fueron solo algunas horas me sentía plenamente descansada; no recordaba la última vez que dormí así. Al despertar me sentí renovada, pero eso solo fue hasta que al fin ubiqué la alerta sonante en mi cabeza... había dejado que un alfa me arrullara con su esencia y que el mismísimo hombre entrará sin limitaciones a mi habitación.

AMBROSÍA ENTRE BOCAS [ OMEGAVERSE POLIAMOR ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora