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—A veces no entiendo tus horarios o cambios de humor, pero aún así te vez increíble, Bakubro —Sonrió Kirishima recibiendolo en su oficina; normalmente los dos se la pasaban juntos, ya que eran los que más trabajaban o platicaban sobre la vida mientras qué los demás se movían por ellos.

—Es solo que Izuku necesita nuevos aires.

—Eso es nuevo viniendo de ti, ¿debo preocuparme o alegrarme?

Bakugo antes de responder una notificación en su teléfono llegó llamando su atención, observó el mensaje y sonrió de lado.

—Creo que debo alegrarme entonces —El pelirrojo se acercó al rubio y vio el mensaje al qué respondía rápidamente su amigo. —Hermano, es día de suerte, ¿va a llover?

—Cállate idiota, no puedo concentrarme —Tecleo unas cuantas cosas más, apagó su teléfono, lo dejó en el escritorio expulsando un gran suspiro, aliviado, emocionado, nervioso, cualquier cosa que Izuku podría hacerle sentir.

—Así que Izuku decidió hablar por fin.

—No quiero precipitarme con nada, pero si el lo quiere y tiene esa iniciativa, no puedo negarme, no puede haber cambios de planes... yo...

—Para eso me tienes, tu no te preocupes, dedica en llevarlo a comer a un buen lugar, llévalo a caminar y yo que sé, terminen por hablar en su departamento.

—No... Quiero llevarlo a otro lugar... Un lugar importante para mí.

Kirishima sonrió complacido por las palabras y acciones de su amigo, era la primera vez que notaba a Bakugo seguro e impaciente por mejorar para una sola persona y que esa persona fuera Midoriya le causaba tranquilidad y cosas buenas, por eso mismo lo apoyaba, sabía lo mucho que debían hablar, Kirishima de vez en cuando tuvo oportunidades con Izuku, sin embargo el decidió qué la mejor manera para que él se desahogara fuera con su propia familia o Bakugo, sí, quizás debió meter más interes y verlo como su amigo, pero no quería que nada cambiara, pronto tendría mucho que pedir perdón.

—¿Por qué no dijeron que hay reunión? —Entró Mina con una sonrisa abrazando a Kirishima por detrás.

—Porque es para gente inteligente.

—Qué raro, no veo a Sero aquí —Burló la rosada haciendo que Bakugo rodeara sus ojos.

—Solo hablabamos de Midoriya, acaba de dar el paso.

—¡No digas cosas! Dios mío, ¡qué felicidad! —Dio saltitos acercándose al rubio y abrazarlo también por detrás.

—Tsk, cómo sea, tengo que prepararme, si alguien me busca, digan que no existo, que desaparecí.

Bakugo volteó a ver a sus dos buenos amigos y ellos sonrieron.

—¿Quién es Dynamight, Bakugo Katsuki? —Kirishima miró a todos lados.

—¿El jefe de la agencia Migtzu? No, ni idea, no lo ubico —Siguió la rosada.

—Idiotas... Gracias.

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Izuku buscaba a la salida a Dai, los maestros lo miraban extrañados y los alumnos se preguntaban si el chico estaba en problemas, Aizawa no quiso preguntar, estaba cansado y solo quería ir a casa con sus gatos y... pareja.

La última conversación qué había tenido Izuku con Dai le dieron ánimos de escribirle a Bakugo qué quería hablar con él, cuando vió la pronta respuesta y asertiva del rubio su sangre, corazón y todo latió con fuerza y rapidez viniendose todo encima de sus hombros, no estaba listo, pero algo le impuso, eso fue Dai, por eso necesitaba un "¿consejo?", no lo sabía, pero necesitaba encontrar a ese niño.

—¿Sensei Midoriya? —Habló el pelinegro que acomodaba su mochila en sus hombros.

—Ahí estás... —Izuku se acercó a él, puso sus manos sobre los hombros del niño quien se sobresalto y lo miró asustado.

—¿Su-sucedió algo se-sensei?

—Necesito consejos... ¡No!... Bueno... ¡Sí!, bueno... no lo sé, pero ayuda necesito.

—E-eh... ¿Y yo cómo puedo servir en eso, sensei Midoriya? —Dijo apenado sin dejar de ver con preocupación a su mayor/no tan mayor.

—Hablaré con un amigo de hace años... pero es sobre algo que llevo guardando y no se como empezar exactamente... en realidad, no sé que decirle, no quiero que mi mente divague y vaya a agregar o restar cosas a la historia, es solo qué... Necesito ver todas las posibilidades para no arruinar las cosas, digo, todo ha estado bien, a pesar de que muchas personas me dicen que no o que simplemente no es tan importante, pues así lo pienso y si lo hago como si si fuera algo que no me deja dormir, que no es mentira, siento que se puede ir todo a la basura, no sé si sería mi culpa pero si lo llega a ser, no se que será de mí y vamos, no es que dependa de alguien, pero esa conexión la he trabajado mucho ¿cómo para tirarla?

Dai escuchaba a su profesor murmurar y estar algo alterado por la situación que estuviera pasando, sin embargo sonrió y quitó las manos del peliverde sobre sus hombros.

—Sensei, no vea ninguna posibilidad, no encuentre resultados para algo que nunca se ha visto. No puede asegurar nada si no ve la otra perspectiva, apuesto que ese amigo suyo lo escuchará y si es alguien de tiempo y una persona madura, le dará la respuesta correcta, pero si no es algo que usted espera, no debe porque sentirse mal, simplemente vea todos los puntos de vista necesario, así usted podrá decidir si es lo correcto o no, pero hasta tener resultados, no antes de.

A pesar de que Dai era más pequeño y no entendía del todo las situaciones de Izuku, dio las palabras que ni el mismo se imaginó, pero fueron como medicinas calmantes para el pecoso quien suspiró y asintió rendido.

—Lamento llegar así de la nada, pensarás qué tu profesor es un extraño...

—Nada de eso, pienso que mi sensei es increíble. Le irá bien, mucha suerte, ¡hasta mañana Sensei Midoriya!

Así fue como Izuku se dirigió al punto de reunión qué Bakugo le había enviado por la mañana, fue caminando para más rápido, aunque no entendía la ubicación o exactamente porque un lugar casi apartado de todo y le olía algo familiar, no protestó y continúo su camino con los nervios a flor de piel, no sabía en que se estaba metiendo, ni tampoco lo que le pasaría después de animarse en contar algo que... nunca lo dijo a nadie.

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Otsukaresama - BakudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora