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-Izuku.

-¿Mh?

-Despierta, ya tengo que irme, pero prometo regresar más tarde, ¿de acuerdo? -Susurró Bakugo mientras acariciaba el cabello verdoso de Izuku. -Izuku.

-Mhh... -Se removió entre las cobijas.

-Aún faltan dos horas para que vayas a trabajar. Pero dijiste que querías despedirte de mi, ¿no? -Sonrió sin dejar de acariciar su cabello.

-¿Hm? -Izuku abrió un ojo y observó al rubio qué se veía en el mejor estado -maldita genética-

-Nos vemos más tarde, ¿de acuerdo? Sigue descansando. -Depositó un beso sobre su frente y su corazón se aceleró de verlo así, de tenerlo así, simplemente estar cerca de él.

-Qué tengas un buen día, Kacchan. Avísame cualquier cosa. -Habló bajito ya que estaba muy adormilado.

-Yo debería decirte eso, mocoso.

Izuku soltó una risita, talló sus ojos para ver mejor al rubio, se sentía feliz de que si pudiera despedirse de él como había querido.
Por parte de Bakugo el sonrió satisfecho de ver a su pecoso favorito satisfecho; en muchos aspectos. Revolvió el cabello verdoso de Izuku, se levantó y buscó su camisa y pantalones. Mientras buscaba sus prendas y se las ponía, por supuesto que había un ojiesmeralda qué estaba disfrutando las vistas mañaneras qué la vida le daba.

-Cuidado qué siento que tu mirada se clava en mi. -Comentó Bakugo con una sonrisa ladina.

-E-es imposible no verte, Kacchan... -Confesó Izuku ocultando su rostro con las cobijas, también el tenía que ponerse algo ahora que se veía así mismo.

-Sigue descansando, te llamaré en dos horas para saber si estás en la UA.

-No hace falta... Ya te dije que si estás ocupado yo no-

-Bla, bla, bla. Nos vemos más tarde, sensei Midoriya.

-¡Kacchan! -Izuku se sacudió sobre las cobijas completamente apenado de oír eso.

Bakugo sonrió victorioso. Salió de la habitación, le arregló sus cosas a Izuku, le hizo un desayuno y su bento. Una vez que se organizó con las cosas de Izuku salió del departamento y se dirigía a su cita.

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—Sensei Aizawa, ¿e-está disponible? —Preguntó Izuku mientras se acercaba al pelinegro que iba directo a la sala de profesores para dormir un rato.

—Sí tiene alfo qué ver con algún estudiante, no. No estoy disponible. —Se dio la vuelta continuando con sus pasos serenos en dirección a su descanso.

—No, no tiene nada que ver... Bueno... quizás con un alumno antiguo suyo. ¿Podemos hablar? —El peliverde se acercó un tanto dudoso a él.

Los ojos de Aizawa brillaron, entendió que era con él y la verdad no se iba a negar, hace mucho que Midoriya no quería hablar con nadie, por lo que él lo considero un momento especial e importante. Solo asintió una vez; mentiría si dijera que no estaba nervioso, pero volvería hablar con alguien que le generaba mucha confianza y que extrañaba de cierta manera, porque el fue de las primeras personas que notó su cambio.

Una vez llegaron él tenía su típica taza de café amargo, sentado sobre el sofá con si vista cansada pero su atención al tope. Mientras qué Izuku sacaba su bento preparado y comenzaba a comer de éste.

—Sensei Aizawa.

—Dime Aizawa, n-no tantas formalidades, ya... uhm, ya eres un adulto y no me molestaría qué me digas así. —Estaba nervioso, sin embargo se volvió a componer rápidamente.

Otsukaresama - BakudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora