Otsukaresama - Bakudeku

07

Izuku se iba acercando al punto de reunión, gracias a la ubicación de tiempo real de Bakugo. A lo lejos pudo notar a alguien sentado en un tronco viendo hacia adelante fijamente, Izuku intentó enfocar su vista conforme avanzaba, un río, un tronco grande, Bakugo sentado en este mirando a lo lejos; se le notaba una calma y a la vez una necesidad de estar ahí, su rostro era difícil que expresara cosas, pero había momentos en donde se volvía muy transparente y más con Izuku.

—Entonces, el río —Comenzó Izuku acercándose lentamente al tronco.

—Debiste avisarme que venías o mínimo que llegaste —Se acercó a Izuku por fin.

—¿Por qué? ¿Ibas a pedir servicio a domicilio? —Bromeó acercándose un poco más. —Dudo mucho que puedan pasar un coche por acá.

—¿Estás bien? —Bakugo seguía observando a Izuku fijamente, tenía cuidado de no levantar sus manos y tocarlo, apretó sus puños y los guardó sobre los bolsillos de su pantalón, Bakugo se levantó rápidamente, teniendo cuidado de no caer ni hacer caer al contrario, a pesar de que el tronco era grande, no quería accidentes por ser precipitado.

—Lo estoy —Se sinceró viéndolo por unos segundos. —¿Entonces por qué en este lugar? Tampoco es como que vaya a contar mucho o sea algo interesante... —Se rascó su nuca avergonzado; mentiría si dijera que no  empezó a sobrepensar qué el rubio iba a recibir una explicación extravagante y por eso se citaron ahí.

—Vuelve.

—¿Eh?

—Vuelve Izuku. No importa lo que yo piense, lo que él jodido mundo piense... —Se quedó unos segundos viéndolo y continúo. —Vuelve sin pensar estrategias, no es momento de analizar, solo... Vuelve.

Izuku observó atentamente a Bakugo, notaba sinceridad, tranquilidad pero también un toque de ansiedad, podía entender que era lo mismo que le dijo Dai, pensar las miles de opciones qué podía terminar ese día y no era lo mejor. Suspiró y miró hacía abajo.

—No sé como empezar...

—¿Te gustaría que empiece yo?

—¿Tienes algo qué contarme?

—Bastante.

...

Bakugo se dirigió a la orilla del río una vez estando en la parte baja, se sentó sobre el pasto y observó el agua que hacía su recorrido al mismo ritmo de siempre... O así lo recuerda Bakugo de todas las veces que ha venido a ver el río solo.

Izuku lo miró extraño, sin embargo imitó sus acciones y al final eran dos jóvenes adultos observando del agua, un ambiente natural y su cabeza llena de tantos recuerdos, sin embargo no eran los mismos, Izuku no tenía cabeza para recordar otras cosas.

—Aquí fui un completo idiota.

—¿En el río?

—¿No reconoces este lugar, Izuku? —La voz de Bakugo tembló.

—Uh... Probablemente, un río... —Pensó y pensó, pero nada salió de sus recuerdos.

—Tsk... Entonces creo que... —Cerró su boca antes de decir cualquier tontería, suspiró y siguió mirando el río en forma de relajación. —Cuando eramos niños, yo corrí por aquí, resbale y caí, creí que estaba bien y lo estaba, pero cuando decidiste acercarte y ayudarme no lo soporté, pero fui un idiota.

—Kacchan no-

—Lo sigo siendo y sé que hablamos sobre eso cuando regresaste a la UA, antes de la batalla contra AFO y Shigaraki, te pedí perdón, pero no me siento bien solo con eso y traerte aquí, no significa que todo se vaya a arreglar ni que tampoco recuerdes si hice algo bueno durante tu infancia... Simplemente que, necesitaba estar aquí, necesitaba hablar cualquier cosa contigo aquí... —Bakugo observó por unos segundos a Izuki quien estaba sorprendido pero no decía nada, ni siquiera parecía que se moviera. —Por favor... No quiero que por esto, vayas a querer cambiar de opinión, no quiero ser tan desesperado, pero Izuku te juro que yo-

—Gracias Kacchan.

—¿Qué? —Siguió viéndolo y bufó. —Joder, ¿por qué agradeces ahora? Escúchame, no quiero agradecimientos, yo quiero-

—Estoy listo para contarte lo de hace ocho años.

Bakugo sintió un escalofrío, Izuku no lo dijo cansado, desesperado o molesto, solo... estaba aliviado de poder hacerlo, Bakugo quería llorar y quizás lo iba a hacer, a la mierda guardar el sentimentalismo, lo haría y que se jodan todos.

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—Hola señora Mitsuki -Saludo Kirishima siguiendo los pasos de la rubia qué iba directo a un lugar; la oficina de su hijo.

—Hola Red Riot.

—Ay, por favor llámeme Kirishima, ¿qué tal trae por aquí? —Siguió buscando su mirada atentamente.

—Ya sabes la respuesta.

—Ay wow —Mina iba saliendo de la oficina de Bakugo y observó a la rubia con asombro. —¡Señora Bakugo! Qué gusto verla, hoy se ve rad-

—¿Dónde está?

—Trabajando muy duro en su compu-

—No está ahí, mi hijo no deja que estén en su oficina tanto tiempo y más si trabaja, ¿Dónde está? —Se cruzó de brazos e hizo temblar a los dos amigos.

—Trabajando muy duro en su vigilancia —Repitió Mina con una sonrisa timida.

—Pero puede pasar hasta que llegue —Mina miró a Kirishima quien negaba discretamente, ya qué, Bakugo no iba a regresar ese día.

—Ese mocoso... —Sacó y empezó a llamar a su número. Comenzó a sonar... pero en el bolsillo del pelirrojo quien torpemente intentó apagar el sonido. —¿Dónde esta Katsuki? Ni siquiera ha ido a verme desde que es un héroe profesional.

—Ha habido mucho trabajo, eso no es una mentira, su hijo se ha comprometido mucho al ser uno de los héroes de la lista Billboard, no es algo que él quisiera... Usted sabe, por su actitud —Dijo Kirishima intentando calmar a la mujer, que de hecho estaba más tranquila qué otras veces.

—¿Y ahora que? ¿Fue a dormir? ¿A comer?

Kirishima observó a Mina, ella entendió y con una corta reverencia se retiro. El pelirrojo invitó a la rubia a entrar a la oficina de Bakugo y ofrecerle un café, en lo que estaba Kirishima le comentó a leves rasgos la situación de su hijo y de Midoriya.

Mitsuki por su parte escuchaba atentamente al amigo de su hijo, se sorprendió, sí, nunca pensó todo lo que vivió su amigo de la infancia, aquel pecoso qué de vez en cuando lo iba a buscar para jugar. Sabía que la batalla había sido algo complicado, unos simples adolescentes y jóvenes salvaron a Japón, de ellos se encontraban su hijo y aquél pecoso con su sonrisa tan amable.

—No tenía idea de que Midoriya se había guardado tanto en ocho años.

—Y si es que se atreve a contarle a Bakugo... yo confío en los dos, se que lo harán, la situación será ver que sucede con los dos...

Kirishima y la mayoría pensaban que podía haber dos opciones muy radicales con aquella conversación; qué discutieran y todo saliera mal o que se reconciliaran y probablemente hasta se confiesen de más quedando como una pareja.

Pero todo dependería de Bakugo y la sinceridad de Izuku.

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