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Seokmin

Toc. Toc.

Miro hacia arriba.

—Adelante.

El señor Hong asoma la cabeza por la puerta.

—¿Un trago, Seokie? —Sonrío. Seokkie. Me llamó Seokkie.

—Esto... —Me rasco la cabeza, miró hacia atrás a mi libro y luego a él. Dios, estoy en una parte realmente buena de mi libro y están a punto de hacerlo.

—Si prefieres leer tu libro, no te preocupes —espeta en voz baja.

—Mírate, poniéndote todo enfadado. —Sonrío.

—No estoy molesto.

Levantó los dedos y pellizco el aire.

—¿Ni un poquito?

Me mira inexpresivo.

—¿Quieres un trago o no?

—Sí, eso sería maravilloso, gracias. —Se vuelve y regresa a la cocina y lo sigo. Mi estómago hace un baile nervioso mientras tomo asiento en la barra.

Nos sirve una copa de vino tinto a cada uno y me entrega la mía.

Chocamos las copas y sonrío.

—No puedo quedarme mucho tiempo. Una sola copa.

Él levanta una ceja.

—¿Me estás abandonando por tu libro?

—Por supuesto. No te ofendas, abandonaría a Súperman por este libro.

Sonríe y toma asiento frente a mí. Nos sentamos en silencio por un momento, ninguno de los dos está seguro de qué decir.

—¿A dónde vas en tu viaje mañana? —Pregunto.

—Kent.

—Ah. —Bebo mi vino y luego lo miro por la orilla de la copa de cristal—. Hmm, esto es delicioso.

—Tengo buen gusto.

—Obviamente. —Bromeo—. Me contrataste.

—Sin haberlo visto. —Sonríe.

Me río.

—Kent es donde está el castillo de Dover.

—Sí. ¿Has ido para allá? —Pregunta, aparentemente sorprendido de que yo sepa esto.

—No, pero quiero. Está en mi lista de cosas por hacer mientras estoy aquí. Su historia me fascina.

—¿Por qué?

—El arzobispo fue asesinado allí frente a su altar por los Caballeros de la casa del rey Henri.

Un ceño fruncido cruza su rostro.

—¿Fanático de la historia, cierto?

Sonrío.

—Quizás. Fue una de las razones por las que Minghao y yo queríamos venir aquí. Nos encantan los edificios antiguos y la historia. No tenemos nada de eso en Australia. Australia solo ha sido un país durante unos trescientos años. Lo único antiguo que tenemos en casa son lápidas.

Da un sorbo a su bebida y se lame el vino tinto de su labio inferior.

—Hay muchas cosas viejas en el Reino Unido. —Él levanta su ceja sugestivamente como para dar a entender que es una de esas cosas viejas.

Él es tan...

—¿Viajas mucho por trabajo? —Preguntó mientras trato de permanecer casual. No babees en la mesa, tonto.

Sr hongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora