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Seokmin

Escucho que el carro se detiene y sonrío para mí. Joshua acaba de ir a recoger a los niños. Realmente los extrañé. Volamos desde Roma hace unas horas después del mejor fin de semana. Primero me dejó en casa y luego pasó a buscarlos. Odio no poder ir, pero sus padres creen que se fue con Hansol el fin de semana. No sé cuánto tiempo vamos a mantener este secreto nuestro. Necesito hablar con él sobre eso. Odio mentirles a los niños. Odio dormir abajo cuando el resto de la familia está arriba.

Quiero estar ahí arriba con ellos.

La cena está en el horno y entonces me doy cuenta de lo bien que se siente estar en casa.

La puerta principal se abre de golpe.

—¡Minnie! —Moonie chilla mientras corre hacia la cocina y se lanza hacia mí.

—Hola, bebé. —Beso su frente—. Oh, te extrañé.

Sonrío mientras lo aprieto en mis brazos. Priknoom entra corriendo a la cocina y salta sobre mis piernas.

Entonces aparece Hannie y la rodeo con mi brazo libre.

—Hola, corazón mío. —Beso su frente.

Joshua pronto los sigue y me encuentra con un niño debajo de cada brazo y un perro saltando por mis piernas.

—A mí no me recibieron con tanta alegría —él murmura secamente, arrojando sus llaves al banco.

Me río mientras lo miro a los ojos.

—Tengo mucho que contarte, Minnie —dice Jihan, con la voz llena de emoción.

—¿En serio? —Sonrío.

Ella extiende sus manos.

—No lo vas a creer.

—¿Qué?

—Lola me invitó a su fiesta de cumpleaños.

—¿En serio?

—Sí, y todos van a ir.

Mis ojos se abren.

—¿Te refieres a los chicos del golf?

Sonríe y asiente.

—Y todos sus amigos de la universidad.

—Esta es una gran noticia. —La señalo—. Deberías ponerte el vestido azul y yo te peinaré. Deberíamos practicar algunos estilos mañana.

—¿Sí, podemos?

Joshua pone los ojos en blanco mientras toma asiento en el mostrador.

—¿Puedo recordarte que el vestido azul es sólo para usar en casa?

Sonrío cuando mis ojos se elevan hacia él. Odia que su niña esté creciendo.

—¿Entonces, cuándo hablaste con ella? —Pregunto, centrándome de nuevo en Jihan.

—Me ha estado enviando mensajes de texto todo el fin de semana.

—¿Ella lo ha hecho? —Sonrío ampliamente—. Mírate, eres toda amigable y social.

Sonríe llena de orgullo.

—La cena está a media hora. ¿Por qué no se bañan y se preparan para la escuela mañana? —pregunto.

—Está bien. —Moonie vuelve a la sala de estar. —¡Oh no! July, no—, le oímos llorar.

Jihan entra en la sala de estar.

—Oh, mierda. —ella jadea.

—¿Qué está pasando ahí fuera? —Joshua llama.

—Nada —le dice Jihan con calma.

Sr hongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora