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Seokmin

—¿Q-Qué? —tartamudeo.

Su mirada sostiene la mía.

—Me escuchaste.

Agarra el champú y comienza a lavarse el cabello mientras yo lo miro.

Él se suicidó.

Se enjuaga el champú de su cabello y luego me mira.

—¿Conmocionado? —Pregunta sarcásticamente—. ¿O te he dejado demasiado horrorizado para hablar?

Enarco las cejas y tomó el champú para lavarme el cabello.

Me quedo en silencio y estoy demasiado horrorizado para hablar.

¿Por qué Janis, nuestra cocinera, no me dijo esto?

—¿Quién sabe sobre esto? —Pregunto.

—Mis padres.

—¿Quién más?

—Hansol y Seungcheol. Nadie más. Nunca le había dicho a otro hombre.

Lo miro y no sé si sentirme halagado o mortificado de ser el primero al que se lo cuenta. ¿Qué le digo a esto?

Entrecierro los ojos.

—¿Has guardado este secreto durante cinco años?

Él asiente y el agua le corre por la cara. Sus ojos angustiados sostienen los míos, como si esperara que corra. Realmente está roto. Ahora está tan claro como el día.

Lo sabía. Sabía que algo lo estaba lastimando. Lo sentí hace semanas.

Ahueco su rostro en mi mano.

—Hong —le susurro.

Agacha la cabeza y yo alcanzo y beso sus labios tiernamente. En este momento, me necesita. Necesita mi aceptación, y por la razón que sea, se la voy a dar.

—Está bien, cariño —le aseguro.

Deja caer su cabeza en mi hombro y lo abrazo con fuerza.

Sus brazos me rodean y puedo sentir la tristeza saliendo de él.

Esta es la primera vez que me deja verlo completamente vulnerable de esta manera.

Y es más hermoso de lo que jamás podría haber imaginado.

—Está bien, cariño, ya se terminó.

Sus ojos están vidriosos y aprieta sus brazos alrededor de mí, enterrando su rostro profundamente en la curva de mi cuello.

¿Cómo se siente finalmente contarle a alguien un secreto como ese después de haberlo guardado adentro durante tanto tiempo?

Nos quedamos de pie durante mucho tiempo abrazados, y sé con certeza que debería estar haciendo una charla psicológica sobre el suicidio o algo así en este momento, pero no tengo ni idea de por dónde empezar.

En cambio, elijo permanecer en silencio.

Me dirá cuando esté listo y esperaré todo el tiempo que sea necesario.

—Sabes que probablemente voy a vomitar todo el día —susurro.

Lo siento sonreír contra mi cuello.

—Vas a sobrevivir.

Me río contra su hombro.

—Sólo quería divertirme espontáneamente contigo. —Todo está tan planeado entre nosotros y las palabras de Minghao sobre su incapacidad para ser espontáneo deben haberme animado.

Sr hongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora