𝘿𝙤𝙣'𝙩 𝙇𝙞𝙠𝙚 𝙏𝙝𝙞𝙨 | 𝙉𝙤𝙍𝙚𝙣𝙈𝙞𝙣

Jaemin

Llegué a mi casa tarde luego de estar en una cafetería con Chenle por dos horas despotricando acerca de los profesores que nos caían mal, mientras supuestamente "hacíamos tarea".

La verdad estaba cansado (aunque sólo moví la boca todo el día), es viernes y solo quiero echarme en mi cama y despertar el lunes, así que eso es exactamente lo que me disponía a hacer luego de que saludé a mi mamá.

Estaba echado boca abajo en la almohada, con toda la ropa y sin taparme, sabía que en algún momento llegaría mi mamá a ver cómo estaba y lo haría ella, aunque soy consciente de que no debería ser tan mimoso con ella, hoy estaba cansadisimo y sé que le gusta hacer esas cosas por mí, supongo que para rememorar el como éramos en el pasado o simplemente porque es lo que las madres suelen hacer por los hijos.

Cómo sea, estaba en la puerta del país de los sueños hasta que mi celular vibró, tal vez sería Chenle preguntando por algo de la tarea real o con mucha suerte serían Jeno o Renjun con alguna petición repentina (de casamiento espero). Así que aunque no quería, la curiosidad me pudo y agarre el dispositivo, lo desbloqueé y la notificación en la parte superior me desconcertó...

"@/Winjeong: hola Nana"

No quiero lidiar con esto ahora, no quiero lidiar con esto nunca.

Era Kim Minjeong, una supuesta amiga de la infancia que comenzó con esa extraña tendencia de abandonarme cuando me presenté como alfa.

Resoplo, suena tan ridículo, pero eso es lo que pasó.

Estoy tentado a abrir los mensajes, pero no sé qué podría desatar en mi hacer eso. Me habló por instagram donde vería los mensajes lindos que nos mandábamos y las imágenes graciosas que compartíamos, no por kakaotalk donde vería sus desgarradores últimos mensajes ni mis súplicas inútiles y mucho menos ese enorme bloqueado que aparecía al final.

Era astuta, o tal vez manipuladora, una cualidad que en algún momento admiré pero que ahora me repugna.

Bloqueo el celular y lo suelto desganado, si mi energía de por sí ya estaba baja, ahora me siento totalmente drenado, no quiero pensar en por qué me está buscando de nuevo o recordar por qué me dejó para empezar. No quiero pensar y punto.

Suspiro pesadamente, intentando soltar toda mi frustración en ello, pero es mucha y quisiera que me diera un ataque de sueño o algo así y durmiera en este preciso instante, pero ya hay demasiado en mi cabeza como para que eso pase, todo ese cansancio que venía acumulando ahora me parece lejano.

Con las últimas fuerzas que me quedan voy al baño y me cambio a mi pijama, la idea de que me vea mi madre ya no parecía tan tentadora, no cuando ella fue la que vió en primer plano lo que pasé por culpa de una chica a la que ella cuidaba como una hija y quería como tal.

Me tiré nuevamente a mi cama y me tapé con las peores ganas del mundo, quería hacer un berrinche tan fuerte, pero eso probablemente alertaría a mi madre, así que me contuve. En lugar de eso me tapé hasta la cabeza, formando una especie de cueva a mi alrededor que me protegiera de mi malvada ex amiga.

Cada que me acuerdo de ella y de nuestro pasado me formulo la misma pregunta a la que no encuentro una solución satisfactoria ¿Por qué?

Si se supone que nos amábamos, de una manera platónica no romántica, que éramos la dupla perfecta. Dónde ella era tranquila yo era una bomba, donde ella era reservada yo era un libro abierto, donde ella estudiaba yo jugaba, y un millón más de ejemplos antagónicos en los cuales no importaba que tan diferentes fuéramos, nos complementabamos siempre.

¿En qué momento cambio todo?

Probablemente cuando entramos a preparatoria, mi cuerpo desde los 15 pero más notoriamente a los 16 años había pegado un cambio tremendo, de repente era más alto y mis músculos antes flacos ahora se habían engrosado. Varios dijeron que es porque mi cuerpo se estaba preparando para presentarme como alfa, y otros varios dijeron que no tenía nada que ver con eso y que simplemente era la adolescencia. Cómo siempre no les tomé importancia a esos comentarios, pero por alguna razón la actividad favorita de mis compañeros y la gente que me rodeaba en general, era apostar si sería alfa, beta u omega.