⎯⎯ᴅɪᴇᴄɪsɪᴇᴛᴇ

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Ya era de mañana, y de nuevo, Renjun tenía los ojos hinchados y los ánimos por el piso, Jeno seguía con ese incómodo dolor en el cuerpo que estaba padeciendo desde la última vez que se vió con ellos...Y Jaemin seguía con esa migraña tormentosa, al igual que los otros dos, desde la última vez que los vió.

Jeno era quien había decidido proponer ese encuentro, lo cual era sorpresivo teniendo en cuenta su posición al respecto de todo. Pero quería confirmar sus sospechas...Se negaba a creer que estaba así solo por la charla que tuvo con uno de sus primos, Kim Dongyoung, un demonio manipulador, quisquilloso y perfeccionista en forma de beta.

Jeno, después de despedirse de Jaemin y quedar con un mal sabor de boca, llegó a su departamento. Fué directo hacia su cama y allí se desplomó, estaba cansado física y emocionalmente.

Él café resultó ser bastante más demandante de lo que imaginaba, fué en la hora pico que Jeno ya un poquito aturdido llegó a una de las mesas al lado de la ventana y ahí vió a su endemoniado primo, fueron segundos, pero como al parecer la sangre se huele, Dongyoung también lo vió, el beta frunció el ceño al igual que él.

Ambos supieron que estaban fritos, Jeno estaba trabajando sin una autorización y Dongyoung estaba de la mano con un chico moreno y alto, claramente no un beta.

Decidió ignorarlo lo más que pudo, si su primo era tan inteligente como lo presumía, lo mejor sería no contactarlo, si Jeno no lo hablaba era porque habían acordado uno de esos tratos sobreentendidos. Si tú no hablas, yo tampoco.

Con ese pensamiento siguió sirviendo las mesas, hasta que Na Jaemin llegó y tiempo más tarde también Huang Renjun, lo demás es historia.

Cuando llegó a su departamento se sintió solo, cómo nunca.

Ver a los padres de Renjun tan preocupados y tan amorosos con su hijo, le hace anhelar esa misma relación, pero con los suyos...

Pero viendo la situación con su primo hace unas horas...

Sueños que nunca sucederán.

Se giró hacia el lado de la ventana de su habitación, no había corrido las cortinas ni cerrado el vidrio, así que la luz lunar entraba sin problema a su habitación. Se sentía triste, lo cual solo acompañaba al azul del que se había vestido su habitación con el reflejo de la luz de luna.

Le hacía falta vida a su departamento.

Necesitaba una mascota.

Después de charlar un rato con ellos, iría a algún centro de adopción y buscaría un compañerito de departamento.

Eran las doce con treinta y dos minutos, su celular vibró y lo tomó, viendo en la pantalla el nombre "Kim Dongyoung", era un mensaje.

"Hablemos. Sabes que no lo puedo dejar así como así"

Era lo que se veía en la pantalla.

Verdaderamente ni siquiera iba a entrar al chat, planeaba apagar su teléfono...Así tal vez también apagaría sus pensamientos.

Pero no, un nuevo mensaje le llegó.

"Dime qué quieres a cambio y te lo daré, solo no digas nada y yo haré lo mismo."

Ahí empezaba a sonar interesante.

Abrió el chat, que por cierto nunca había abierto, y escribió:

"Dame una autorización legal para poder trabajar."

Vió que su primo estaba escribiendo y mandó otro mensaje:

"Tiene que estar lo antes posible, y, obviamente, a nombre de mis padres."

𝘿𝙤𝙣'𝙩 𝙇𝙞𝙠𝙚 𝙏𝙝𝙞𝙨 | 𝙉𝙤𝙍𝙚𝙣𝙈𝙞𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora