⎯⎯ᴄᴀᴛᴏʀᴄᴇ

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Estaba acomodando su mochila cuando irrumpe en su habitación la felicidad encarnada, su padre.

- ¡Renjun! Esos alfas son HERMOSOS y para que mentir se ven bastante caballerosos, TE SACASTE LA LO-TE-RÍA mi niño hermoso - Su padre parecía a punto de explotar solo por sus destinados, eran como luz y sombra, nunca entendería de donde su padre sacaba tanta energía y tan de repente. Digamos que eligió bien su profesión, maestro jardinero.

Una de dos, o su papá siempre fue así, o estar tanto tiempo con cachorros de cuarenta y cinco días para adelante te cambia la personalidad.

- ¡AH! - Pegó un gritito agudo, seguidamente suspiró y agarró su pecho. - Papá, ¿Que te dije sobre entrar a mi habitación con personalidad de jardinero?

Su papá suspiró y haciendo un puchero le contestó: - ¡Le quitas lo divertido a la vida!

Siempre piensa que el adolescente es su papá y no él, definitivamente estar con retoños diminutos te altera la personalidad.

- Como sea, aquí está tu cuadro. - Dijo tendiéndole la pintura hacia él. - EL QUE MUY AMABLEMENTE TRAJO ESE ALFA LEE JENO. - Expresó en unas claras mayúsculas y entre líneas diciendo "Agradecele o te obligo", el cual captó rápidamente.

Tomó su pintura y la dejó apoyada sobre el respaldar de su silla frente a su escritorio, en donde había dejado sus cuadernos, habían varios dibujos sueltos y una lámpara de luz amarilla la que para Renjun hacía un excelente contraste con el escritorio verde manzana (pintado por él mismo) y una serie de tarros con distintos materiales de dibujo. Se podría decir que ese era el lugar favorito de Renjun en toda su habitación, pues allí es donde en verdad salía todo su "yo artístico", desde dibujos y pinturas hasta algún que otro verso escrito por él o extraído de alguna canción.

- Ponte lindo y- De repente se escucha una puerta cerrarse. - Oh, tú mamá llegó, voy a ver qué no masacre a esos pobres alfas, y ¡Tira esos portaminas rotos! - Exclamó lo último cerrando la puerta y yendo al encuentro de su esposa.

Renjun enojado habló entre dientes: Ya soy lindo...Y los portaminas me dan estilo...¿Qué se cree?

"Literalmente el hombre que te dió la vida."

Su lobo era bastante odioso a veces...Era él después de todo.



Nerviosos, incómodos y exaltados se pararon encarando a la bella alfa que los miraba desde arriba, probablemente sin esos pulcros tacones medirían lo mismo, pero esos centímetros más la hacían más imponente de lo que ya era. Se miraron por unos segundos, en un duelo de miradas mortificante, la alfa los veía como si fueran la peor escoria viva existente, mientras ellos la miraban serios tratando de descifrar como se encargaría de torturarlos hasta su muerte, si sus especulaciones eran correctas...Un alfa haría cualquier cosa por la felicidad y seguridad de sus hijos, las cuales de alguna forma empezaron a alterar.

- Son Seungkwan, mamá de Renjun; ¿Ustedes son los destinados? - Preguntó filosa cruzando sus brazos. Ni siquiera uso un "sus", realmente ella los odiaba.

Ambos hicieron una corta reverencia, cuando ya hubieron levantado sus cabezas, el primero en hablar fue el alfa castaño:

- Buenas noches señora, mi nombre es Na Jaemin, un gusto. - Dijo con una sonrisa demasiado cortés, completamente diferente a su expresión anterior, le tendió la mano esperando poder estrecharla con la de la madre de Renjun. Más, esta solo dirigió su mirada a Jeno, dejándolo colgado y bastante avergonzado.

- Buenas noches, Lee Jeno. - Frío como el hielo, simplemente Jeno siendo el alfa educado que es "pero hasta ahí".

- ¡Amor! - Llegó el omega llamando la atención de su querida esposa, haciendo que rápidamente cambie su mirada a una enternecida, esto a los alfas no pasó desapercibido.

𝘿𝙤𝙣'𝙩 𝙇𝙞𝙠𝙚 𝙏𝙝𝙞𝙨 | 𝙉𝙤𝙍𝙚𝙣𝙈𝙞𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora