Asher, mi nuevo jefe..

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Después de aquel día en que me encontré de nuevo a Félix, estuve decepcionada de mí misma, de hecho ya habían pasado tres días de eso. ¿Como era posible que ese idiota hiciera algo parecido a eso?

¿Y si me hubiera pasado a mi, en vez que a ella?

Sacudí la cabeza alejando esos pensamientos negativos. Iba de camino a la entrevista que me había conseguido Antonio.

El buenorro por cierto.

Me había mandado la ubicación diciendo que su amigo estaba buscando era una cajera, ya tenía meseras de sobra.

En ese caso mejor para mí, no tendría que quebrar platos ni vidrios. El sitio si que quedaba un poco retirado como a media hora de donde vivía, pero algo es algo ¿no?
Es mejor esto que nada.

Me bajo del autobús que había agarrado para venir aquí, y por suerte la parada del autobús es en frente del restaurante.

Me sorprendió bastante ver que desde afuera todo se veía tan bien y elegante, me imagino como será por dentro. Entro y una campanita suena al abrir la puerta, doy un respingo asustada por el sonido.

Sonrío nerviosa a un señor que me quedó mirando mal en cuando entré.

Apurate cielo que nadie vio nada.

Fui hasta donde se encontraba el único cajero, que por cierto era un chico que en algún lado lo había visto por que me pareció conocido a simple vista. Voy hasta donde está y parece muy abrumado hay una fila de clientes esperando a pagar.

Pobrecito ¿Y si lo ayudamos? Este se ve más buenorro que los otros dos.

Por primera vez le doy la razón a mi conciencia, ya que es un chico muy alto "como me gusta", pelinegro, piel bronceada, ojos marrones claros, labios en forma de corazón, se veían tan bien la verdad. Tenía una camisa manga larga ajustada al cuerpo asiendo ver completamente sus músculos, encima tenía un delantal negro con el logo del restaurante, unos pantalones de vestir acompañado de unos zapatos igual.

¿Desde cuando detallas tan bien a las personas Nahomi?

Ok, ya mucho, vine por el trabajo.

Me acerqué a la que separaba al cajero y a mi.

-Chico, eh, disculpe..

-¿Mm?- respondió agachandose a recoger algo que se le había caído.

-Vine por la entrevista ¿con quien tengo que hablar?

Me miró y volvió a concentrarce en lo que esraba haciendo, por suerte no tardó mucho en responder.

-¿Sabes pasar el punto de venta? - preguntó de pronto.

Mi padre sabe de eso así que me explicó como acerlo por si en algún momento me fuera útil.

-Sí, claro.

-Ok, ve aquella esquina y agarra un delantal- señaló una vitrina que estaba al final del restaurante.

¿Y ya? Eso es todo.

¡Tenemos trabajo!

Ok, no creo que es momento de celebrar ya que hay un montón de gente en la cola esperando a pagar. Hago lo que el me dijo, y me voy detrás de la barra para ayudarlo en lo que sea que diga.

En este caso.. El manda.

-Ayúdame a pasar el punto de venta con aquel que está allá - me señala y yo lo agarro.

El le dice a la gente que haga dos colas, el resive los pedidos y yo paso el punto ¿Sencillo, eh?

***

No fue ni taaann.. Sencillo como creía, terminé de hacer el trabajo a las siete de la noche, ya ni sentía el culo. Las meseras se despiden del cajero - que hasta ahora he suponido que es el jefe - y se van con cara de cansancio.

El por fin se acerca hasta mi con la carpeta que lleva mi currículo.

-Haz cambiado tanto. - suelta de repente dejándome perpleja.

-¿Disculpe?

-¿No me recuerdas cierto? - sonríe por primera vez - Lo supuse, a ver... ¿Como te explico?.. Soy aquel chico idiota, de la cachetada ¿lo recuerdas?

Si digo que mi mente quedó en blanco, es por que quedó en blanco..

-Eh, no..

-El chico que te salvo del idiota de Félix ¿Lo recuerdas? - puso mala cara.

Esta vez si que abrí los ojos muy grande.

¿Enserio era el?

-¿T-tu eres el?.. - lo miré perpleja.

-Exacto, creí que no me recordabas. Es un gusto volver a verte.

A mi también don guapote.

No es momento de coquetear conciencia.

¿Que me pasaba por que últimamente me estoy encontrando con gente de mi pasado?

Con este si que es el destino.

-Bueno, no necesito ver tu currículo. Ya tienes el trabajo - me da la carpeta - puedes empezar mañana, hoy fue una práctica. Serán noventa dolares semanal ¿Te parece?

-¡¿Noventa?! - digo sorprendida, y me tapo la boca al instante - Eh, si que me parece, ganaba solo cuarentena dolares en mi otro trabajo.

El sonríe y todo yó se estremece.

Son señales del destino...

El se levanta, y se va a la barra dándome la espalda. Pero en seguida se da la vuelta y me queda mirando fijamente.

-Me enteré que el idiota de Félix está en San Diego, ten cuidado no caigas en sus trampas.. - me advierte.

Quería callarme la boca pero mi curiosidad me ganaba antes de todo.

-¿Por casualidad.. Tu le dijiste a Félix que me pidiera disculpa por lo de antes? - pregunté y el se quedó sorprendido.

El carraspeó un poco incómodo, y sin mirarme a los ojos me dijo:

-Eso ya no importa, quedó en el pasado Nahomi- se dio la vuelta para hacer lo que tendría que hacer.

¿Porque mi nombre sonaba tan bien saliendo de sus labios?

Son efectos, Nahomi, son efectos..

"Amor platónico"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora