Bueno, se que a Suko se le ocurrió una buena idea para poder ver a mi juguete... pero siempre tiene que agregar un detalle que hace que el plan se vea ridículo, no puedo decir nada si no quiero un manotazo en mi espalda y cinco minutos de regaño y explicaciones de porqué tengo que hacer tal cosa...
Era esperado que deje escapar un suspiro de mi boca mientras aprieto el ramo de rosas en mis manos, es un lindo detalle, pero en el hospital me van a ver raro pensando que soy novio de la hermana del Beta, eso si que no quiero, en mi vida voy a salir con la hermana de mi presa, eso sí que no.
Teniendo una novia, y ver como mi novia me mira feo cada que recuerda que antes molestaba a su hermano y quería eliminar su sonrisa gentil para mi propia diversión, sus manotazos serían peor que los de Sukomi.
Tomo valor para entrar en el hospital y me acerco a la recepcionista, era obvio que me iba a ver raro teniendo unas flores en mi mano.
Va a verse absurdo, pero siento que ella está pensando que soy un padre adolescente que está viniendo a ver a su novia... Espero que nadie esté pensando eso, porque se va a ver muy ridículo, y espero no ser el único idiota que acabo de pensar eso, porque voy a pasar mucha vergüenza, aunque no creo que sea tan mal pensada, ¿verdad?
-Buenas vengo a ver a una paciente.- Dejó las flores a un lado para que me haga caso.
-Buenas tardes, ¿cuál es el nombre de la paciente?- Preguntó la recepcionista y comenzó a escribir en su computadora.
-Se llama Natsu.- Fue lo único que dije, esperando que no me pregunte sis soy familiar o novio.
-Sí, hace poco nos llegó una paciente con ese nombre, ¿qué necesita?- Puedo ver como la recepcionista revisa los nombres y luego me mira.
-Vengo a ver a su hermano, le dejaré las tareas de está semana.- Bueno, tal vez tenga mucha suerte ahora, puedo engañar a la recepcionista e irme sin problemas.
-¿Es el novio del hermano?- Me quedo en blanco al escuchar esa pregunta, me espere todo, menos que me diga eso, mi ego me dice que le diga 'ojalá' pero mi dignidad me dice que responda la verdad.
-No, soy un amigo.- La verdad ganó, no me voy a humillar así por nadie.
-Está bien, están en la sala número 230- Genial, ahora si ya me puedo tragar la vergüenza.
Si Sukomi estuviera aquí, se iba a reír mucho de mi, lo peor esque mis mejillas están rojas por las palabras de esa recepcionista.
Me siento muy raro.
He sido víctima de muchos malentendidos donde la gente piensa que soy novio de cualquier persona que está cerca mío, o que voy a visitar.
Pero ninguno de esos malentendidos me hicieron sentir así de nervioso, espero que nadie haya escuchado ni visto como me puse, los rumores por aquí pueden llegar a todo el lugar, si vuelvo me van a ver y pensaran que vengo a ver a mi supuesto novio.
Pero que incómodo es estar en un lugar lleno de gente chismosa. Esos pensamientos me hicieron distraerme y cuando me di cuenta, ya estaba en frente de la sala 230...
Toco tres veces la puerta y coloco mi oreja cerca de está para poder escuchar si alguien me habla.
-Pasa.- Música para mis oídos, esa voz suave pero seria y gentil, es de mi pequeño juguete.
Su voz en estas situaciones son tan armoniosas que me dan ganas de quién sabe que, solo se que me emociona.
Abro la puerta, y puedo ver al Beta de espaldas, sentado en la camilla de su hermana y acariciando la mano de ella, pero no se da la vuelta para mirarme aún.
-¿Max?- El Beta se gira lara verme, y me aguanto una pequeña risa cuando cree que soy su hermanito Omega, pero al verme se queda en silencio y con un rostro de shock.
-¿Me extrañaste, amiguito?- Me acercó a él Beta, y dejó las flores encima de la mesita que está al lado de la cama de la Beta.
-¡Qué haces aquí!- Exclama él Beta levantándose y mirándome a la cara con algo de enojo y irritación.
-¿No puedo visitarte?- Me le acercó al Beta y con solo acercarme ya puedo ver como se estremece y retrocede unos pasos.
-No te quiero cerca...- Fue lo único que me dijo, y después se calló sin decir otra palabra.
Sus palabras son de mínima importancia para mi, y solo me acerco más y más hasta quedar cerca de él, y pongo mis manos en mis bolsillos, para poder verlo en la cara.
-No me importa, me quieras cerca o no... siempre estaré siguiéndote y cerca de ti, aunque lo odies...- Acercó una mano a él y lo acorralo contra la pared, ya no tiene ninguna escapatoria, su rostro nervioso y asustadizo me encanta.
Verlo dejado de mi, es algo tentador que no puedo evitar acercarme más y decido acomodar mi brazo contra la pared para estar más cómodo.
-...- Es fácil notar como traga saliva por los nervios y me mira algo incómodo.
-Te traje las tareas de está semana, me las dieron tús compañeros- Para que vea que vine con buena intensiones, que es prácticamente cierto.
Dejo las tareas en la mesa al lado de las flores y me vuelvo a dirigir hacía él, acercó mi rostro para poder verlo más de cerca y contemplar el miedo y nerviosismo en sus ojos.
-Te veré luego, amiguito...- Dije en un pequeño susurro y me alejo de él para retomar mi camino, pero recordé algo. -Por cierto, le dejé unas rosas a tú hermana, que se mejoré.- Abro la puerta para salir de la sala, y le doy una última vista a Nick.
Puedo verlo jadear y mirarme a los ojos unos segundos antes de que ma puerta se cierre detrás de mi, jamás vi una reacción tan tierna.
Volver a verlo hizo que me calmará más aunque haya sido unos segundos, pero pronto volveré a verlo.
🖤
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Malas manipulaciones
RomanceUn Beta que odia a los Alfas, siendo completamente acorralado por uno. ¿Que podría suceder?