Capítulo 24

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Había llegado noviembre. Un año había pasado desde que Gerard Way había entrado en su vida, trayendo luz y amor a su mundo. Y ahora, justo cuando se cumplía ese aniversario, Frank sabía que lo estaba perdiendo.

Gerard había luchado contra el cáncer con una asombrosa valentía. Se había enfrentado a cada tratamiento, cada dolor, sin embargo ambos sabían que la batalla estaba llegando a su fin. Las últimas semanas habían sido difíciles. Gerard se debilitaba cada día más, su energía se desvanecía lentamente, y Frank se aferraba a cada momento con él, temiendo lo inevitable.

Después de aquellos días en el hospital Gee pidió regresar a casa, sabía que su final estaba cerca, "no quiero pasar mis últimos días aquí, quiero estar en casa, en mi cama, con mi esposo", había mencionado, mirando a Frank con tanta ternura.

Sin embargo su luz se iba apagando, el cáncer lo estaba venciendo. Apenas podía moverse de la cama, su respiración era lenta y entrecortada. Frank había estado a su lado, lo tenía en sus brazos, recordando todos los increíbles momentos juntos que habían pasado durante el último año.

- Te amo, Gee – Mencionó Frank, atrayéndolo aún más hacia su cuerpo. Sólo quería mantenerlo a su lado, sólo un poco más.

Gerard abrió los ojos lentamente y le sonrió débilmente. Esa sonrisa, aunque frágil, aún tenía el poder de iluminar la habitación, de hacer que el corazón de Frank se llenara de amor.

- Yo también te amo, Frankie - Susurró Gerard, su voz apenas audible – Siempre lo haré

Frank le besó en los labios con tal delicadeza, como si de un fino cristal se tratara, uno que en cualquier momento podría romperse. Sintió entre los suyos esos labios tan cálidos, probó ese sabor dulce que lo tenía hipnotizado. Gerard se desvanecía en sus brazos y no quería eso, no quería perderlo, quería aferrarse a ese momento, congelarlo en el tiempo, pero sabía que el final estaba cerca.

Lo retuvo en sus brazos, Gee lo miró con sus verdes ojos, tan cansados. Se abrazó más a Frank, sólo quería impregnarse de él una última vez.

- Perdóname por dejarte solo, pero ya no puedo más – Dijo Gerard, en tanto una lágrima escurría por su mejilla. Cerró sus ojos, su respiración se ralentizó.

- Siempre estarás conmigo mi amor, siempre – Mencionó Frank, meciéndolo en sus brazos. Sus ojitos yacían cerrados, su respiración cada vez más lenta. Y entonces, en un suspiro suave, se fue. Su lucha había terminado.

Frank se quedó ahí, sosteniéndolo en sus brazos, su mente en blanco, incapaz de procesar lo que acababa de suceder. Todo el dolor, toda la tristeza que había estado guardando durante tanto tiempo, se desplomó sobre él de una sola vez. Sentía que el mundo se desmoronaba a su alrededor, y el silencio que llenaba la habitación era ensordecedor.

Frank abrazó el cuerpo de Gee ya sin vida tan fuerte contra él, las lágrimas comenzaron a correr por su rostro, su pecho se sacudía con sollozos silenciosos, quería gritar, pero su voz ni siquiera salía. No sabía cómo seguir adelante sin él. ¿Cómo se suponía que debía vivir en un mundo donde Gerard no existía?

El tiempo pareció detenerse. Frank no sabía cuánto tiempo pasó abrazado a Gerard, perdido en el dolor. Finalmente, con un esfuerzo monumental, se apartó, aunque su corazón seguía aferrado a cada segundo que habían compartido. Se levantó lentamente y se dirigió hacia la puerta, afuera estaba Mikey, apenas mirarlo lo supo, su hermanito se había ido. Se derrumbó de rodillas, con los ojos cristalizados, no sabiendo cómo contener tal magnitud de dolor, dolía demasiado. Un grito ensordecedor retumbó en la casa de los Way. Mikey estaba desecho, entró a la habitación, los padres de Gee aparecieron por las escaleras con un rostro de angustia, yendo de inmediato a la habitación de Gerard.

Los sollozos, el llanto, los gritos eran cada vez más audibles, Frank se quedó ahí parado sin saber qué hacer, ni siquiera escuchando nada a su alrededor, sólo a su corazón partirse en mil pedazos al saber que el amor de su vida se había ido.

Bajó las escaleras, recorrió toda la casa hasta llegar a la puerta. En el exterior miró el cielo gris, el aire de la cercanía del invierno golpeando contra su rostro.

Noviembre había llegado y Gee se había ido. El mes en que lo había conocido. El mes en que había comenzado a creer en el amor de nuevo. Y ahora, era el mes en que lo había perdido.

Frank sabía que la vida seguiría, de alguna manera, pero en ese momento, no podía imaginar un futuro sin Gerard. Todo lo que había sido, todo lo que había soñado, se había ido con él. El mundo seguía girando, indiferente a su dolor, y él se quedó atrapado en su propia tristeza, preguntándose cómo podría volver a ser él mismo sin la persona que le había dado sentido a su vida.

Las sombras de la tarde se alargaron, y el cielo comenzó a oscurecerse. Frank se dio cuenta de que la vida de Gerard había sido breve, pero en ese breve tiempo, había dejado una marca indeleble en su corazón. A pesar del dolor insoportable, a pesar de la pérdida, Frank sabía que siempre llevaría consigo el amor que habían compartido. Y aunque el futuro se sentía incierto y solitario, ese amor sería lo que lo mantendría en pie, lo que lo guiaría a través de la oscuridad que ahora lo envolvía.

Pero por ahora, solo podía llorar, llorar porque lo que le esperaba era una vida sin Gee.

FIN

Noviembre sin Gee (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora