Sí, el destino había hecho una excelente jugada al cruzarlos en el mismo camino, Gerard no podía sentirse más dichoso, su inspiración había regresado, ahora pintaba, pintaba tanto, Frank lo inspiraba. Ya tenía todo listo para su tesis, en los últimos meses se había dedicado a pintar y pintar todas las noches, después de estar con Frank, porque era cuando las ideas venían a su mente, cuando podía combinar los colores, cuando lograba hacer arte, y es que el amor tan profundo que sentía por Frank sin duda lo inspiraba demasiado.
- No deberías de desvelarte así, te vas a enfermar – Le decía constantemente Mikey, quien en ocasiones, al salir al baño, podía ver una pequeña luz saliendo de la habitación de Gerard y algunas veces había ingresado a ésta para encontrarlo ahí, en el piso, con los dedos manchados de pintura, con un enorme lienzo frente a él, pintando. Le gustaba ver a su hermano tan inspirado, tan contento, aunque no le gustaba que se desgastara tanto, sabía que restaban solo unos cuantos meses para que se graduara, ya después de eso esperaba que dejara de desvelarse de esa forma, porque debía confesar que había notado como las ojeras en sus ojos cada vez eran más pronunciadas, aunado a que había adelgazado un poco, le preocupaba.
- Estoy bien Mikey, más que bien – Era lo que siempre le respondía Gerard, y Mikey no dudaba de ello, de que estaba feliz, de que hacía lo que tanto le gustaba, aunque a veces se preocupaba al verlo más delgado.
Y más se preocupó aquella tarde, el invierno se estaba yendo, las flores comenzaban a emerger, ya era marzo, el cumpleaños de Gerard estaba próximo. Se encontraba en el sofá mirando la televisión cuando Gerard entró a la casa, regresaba de estar con Frank, pudo notar una linda sonrisa en su rostro, amaba ver a su hermano así de contento. Le saludó y lentamente se acercó hasta donde estaba, aunque Mikey pudo ver como su hermano se tambaleaba un poco.
- ¿Estás bien Gee? - Cuestionó
- Sí, por qué no habría de estarlo
- No sé, te veo raro – Gerard lo miró, pero volvió a tambalearse y de un momento a otro yacía en el suelo, Mikey se espantó y se dirigió hacia su hermano, tomándolo en sus brazos. Le habló, pero no reaccionaba, por lo que como pudo lo llevó hasta el sofá y fue por un poco de alcohol para pasarlo por su nariz. Gerard comenzó a abrir los ojos.
- ¡Dios!, Gee, me preocupaste
- ¿Qué paso? - Cuestionó Gerard un tanto desorientado
- Te desmayaste. Deberías ir al médico, estás más delgado
- No pasa nada Mikey, estoy bien
- Es que Gee, te desvelas demasiado haciendo lo de tu tesis, debes descansar más
- Mikey, estoy a unos meses de terminar la universidad, cuando tenga mi título descansaré
- Pero Gee, en serio no te veo bien. Debe verte un médico
- Está bien Mikey, iré al médico, pero ya no te preocupes más por mí, en serio estoy bien, nunca había estado mejor
- Lo sé hermanito, sé que estás feliz
- Lo estoy Mikey, Frank me hace muy feliz – Mencionó Gerard y Mikey pudo notar un brillo en sus ojos tan solo al mencionar el nombre de Frank, sin duda ese chico había llegado en el momento indicado a la vida de su hermano, y no dudaba de su dicha, aunque no le gustaba su estado físico, y menos después de ese desmayo, no quería que a Gerard le pasara nada malo, mucho menos ahora que después de tanto tiempo estaba feliz. Nunca había visto a su hermanito tan contento como lo estaba ahora y sólo pedía a la vida que siempre estuviera así, feliz.
ESTÁS LEYENDO
Noviembre sin Gee (Frerard)
Hayran KurguLa vida es sólo una broma, un día no tienes nada, al siguiente lo tienes todo y después... después sólo tienes a la muerte acechándote.