Una Cenicienta En la Oficina 50

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👠Una Cenicienta en la oficina👠

Capítulo 50

Llevaban rato en la mesa, habían degustado los platos principales, y ya únicamente esperaban el postre.
Un par de la veintena de hombres que habían estado reunidos se vieron obligados a abandonar la mesa por culpa del alcohol que no dejaba de circular por allí. Otros tres estaban a punto de necesitar marcharse también y candy empezaba a sentirse molesta por el cariz que empezaba a tomar la tertulia.
Hablaban de mujeres menospreciándolas como si ella no estuviera allí, obligándola a sonreír obligadamente cada vez que la miraban o le preguntaban.

Terry tampoco parecía ayudar demasiado y entonces llegó la pregunta.

—Richard no nos contó que su hijo se hubiera casado... ¿Cuándo fue?

—No, no están casados —interrumpió Frank mirando a candy — ella es una amiga de la familia Granchester , además es su asistente.

—¿Una asistente? Eso no es más que otra forma de llamar a una secretaria —dijo Benjamin, el hombre de los ojos color miel que no había apartado los ojos de candy desde que se habían reunido.

—No soy solo su secretaria, también ordeno la oficina y mantengo al día su agenda, atiendo las llamadas telefónicas, relleno complejos informes y asisto a reuniones —dijo ella, intentando que su labor no pareciera el de una simple secretaria.

—No, no te equivoques Ben, ella es más que una secretaria mucho más, y mi habitación es testigo de ello —sonrió terry de un modo pícaro, dejando entender a todos que se acostaba con ella.

Esa era la gota que había colmado el vaso, después de aguantar durante una hora el tono machista de la conversación tenía que aguantar que terry la tratase como si fuera una prostituta a su servicio.

Apartó el sillón con las piernas, retiró la servilleta de su regazo y salió de allí en dirección al hotel, sin poder pensar en nada más que en lo ofendida que acababa de sentirse por culpa de ese hombre al que amaba incondicionalmente.

Sin que nadie se percatase, mientras todos reían burlándose de la asistente Frank se apartó, llevándose consigo el teléfono móvil que Candy se había dejado sobre la mesa. Corrió tras ella, sabiendo que iba hacia su habitación y la encontró por el camino.

—Está borracho, discúlpalo... —pidió cuando le dio alcance. —No puedo disculparle, Frank, sabes el trato que me dio mi padre cuando mi hermano me delató... no pensaba que Daniel pudiera... que... olvídalo.

Sin decir una palabra caminó a su lado hasta el hotel, también él se había sentido incómodo por la situación.

En parte podía entender que terry riera las gracias de esa panda de vejestorios amargados, incluso podía entender que tratase a su compañera como algo de su propiedad teniendo en cuenta como Benjamin miraba a terry .

Terry pretendía cerrar el trato de una vez por todas y se lo había notado en el modo en el que insistía con que sacasen los documentos y los estudiasen a fondo, pero quizás debería haber tratado de ser un poco más delicado con ella evitando aquella frase... e incluso estar en su lugar en ese momento, dirigiéndose a su habitación de hotel mientras ella se secaba las lágrimas disimuladamente.

Candy no volvía a su sitio en la mesa y terry empezó a sospechar también de la ausencia de Frank de modo que, sin disimulo alguno, levantó la mano y se arremangó la americana para mirar el reloj.

—Señores, es tarde, ¿Deberíamos cerrar el trato ahora? O...

—Roger...
—dijo uno de los hombres, mirando a un par que daba cabezadas— Roger, seriedad hombre...

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