Capítulo 34: ''Normalidad''

5 0 0
                                    




''NORMALIDAD''

Mi instinto me decía que no, que no me quedase a dormir con ella, que aquello iba a acabar muy mal pero no le hice caso y me tumbé al lado suya. Se dio la vuelta y quedamos cara a cara, apoyó su cabeza en mi pecho y me abrazó como si fuese un bebé y así se volvió a dormir.

La alarma me despertó. Intenté levantarme pero había algo que me impedía, era Tina. No me acordaba de que anoche me quedé a dormir con ella. Intenté, con mucha delicadeza, quitarla de encima para así poder ir a mi habitación, necesitaba poner en orden mis pensamientos. Fue en vano porque se despertó, me miró y me sonrió.

- Buenos días - le dije.

- Buenos días, ¿cómo has dormido? - me dijo con voz ronca.

- Bien bien, yo...eh, voy a ir a mi habitación ha cambiarme para ir a clase - la situación se estaba volviendo un poco incómoda.

- Ajá, vale, yo creo que voy a hacer lo mismo.

- Vale, después nos vemos - salí pitando de su habitación, tan solo rezaba porque no se hubiera dado cuenta.

Me pegué una ducha que duró más de lo normal, me puse una camiseta blanca y unos pantalones negros anchos con mis vans y cogí mi mochila. Bajé a la cocina a ver si encontraba algo para desayunar. Al final me preparé unas tostadas de mantequilla y me tomé un café. Ese día hacía bastante sol pero corría una brisa fresca por lo que se estaba muy bien. Mientras iba dirección a la universidad decidí escribirle a mi familia y ya de paso llamar a mi hermana para pedirle consejo.

Después de tres intentos, cogió el teléfono.

- ¡Hola! ¿Cómo va todo, universitario? - me dijo con esa alegría que siempre tenía, no sé cómo era posible pero me alegraba.

- Hola, va todo muy bien, en la universidades ya tengo un grupo de amigos que son muy amables y me encantan las clases, son muy interactivas y divertidas excepto cuando toca teoría pero aún así me gusta mucho.

- Ajá, peero... hay algo que no me estás contando. ¿Qué ha pasado? - creo que mi hermana era adivina o me conocía mejor que yo.

- ¿Cómo sabes que me pasa algo? No lo entiendo

- Austin...Dime que ha pasado, a lo mejor te puedo ayudar.

- A ver, no sé si te hablé de una de mis compañeras de piso, Tina. Es una chica muy guapa e inteligente, y canta demasiado bien. El caso es que después de descubrir que Tania me había puesto los cuernos, me lié con ella pero me dejó claro que no quería nada y menos por despecho. Y no sucedió nada hasta anoche. Después de visitar a un amigo en el hospital, nos fuimos a un bar a cenar y comenzamos a bailar y acabamos liándonos otra vez pero me dijo que podíamos ser amigos con derecho. Al volver a casa me pidió que durmiese con ella y yo acepté y fue una noche maravillosa pero esta mañana salí pitando de su habitación. No sabía qué hacer. Y creo que la he cagado porque se dio cuenta - se lo solté de sopetón, pero creo que ya se lo esperaba.

- Primero, no veo ningún problema en que seáis amigos con derecho si los dos estáis de acuerdo y segundo, respecto a lo de esta mañana capaz que puedes invitarla a comer y así te disculpas.

- Ya, es verdad, tienes razón - el problema era que me había saltado la parte en la que yo me estaba enamorando de ella.

- Entonces, a qué esperas, escríbele.

- Voy, voy. Gracias peque, de verdad no sé qué haría sin ti.

- Ni yo tampoco. Te quiero Austin.

- Y yo peque. Hasta luego - le mandé un beso y colgué.

No esperé ni un minuto para abrir el chat de Tina y escribirle si quería que comiéramos juntos. Pasaron cinco minutos y me llegué un mensaje, era ella, había accedido. Nada me alegró más la mañana que aquel mensaje.

Siempre nos quedará NYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora