''NORMALIDAD''Mi instinto me decía que no, que no me quedase a dormir con ella, que aquello iba a acabar muy mal pero no le hice caso y me tumbé al lado suya. Se dio la vuelta y quedamos cara a cara, apoyó su cabeza en mi pecho y me abrazó como si fuese un bebé y así se volvió a dormir.
La alarma me despertó. Intenté levantarme pero había algo que me impedía, era Tina. No me acordaba de que anoche me quedé a dormir con ella. Intenté, con mucha delicadeza, quitarla de encima para así poder ir a mi habitación, necesitaba poner en orden mis pensamientos. Fue en vano porque se despertó, me miró y me sonrió.
- Buenos días - le dije.
- Buenos días, ¿cómo has dormido? - me dijo con voz ronca.
- Bien bien, yo...eh, voy a ir a mi habitación ha cambiarme para ir a clase - la situación se estaba volviendo un poco incómoda.
- Ajá, vale, yo creo que voy a hacer lo mismo.
- Vale, después nos vemos - salí pitando de su habitación, tan solo rezaba porque no se hubiera dado cuenta.
Me pegué una ducha que duró más de lo normal, me puse una camiseta blanca y unos pantalones negros anchos con mis vans y cogí mi mochila. Bajé a la cocina a ver si encontraba algo para desayunar. Al final me preparé unas tostadas de mantequilla y me tomé un café. Ese día hacía bastante sol pero corría una brisa fresca por lo que se estaba muy bien. Mientras iba dirección a la universidad decidí escribirle a mi familia y ya de paso llamar a mi hermana para pedirle consejo.
Después de tres intentos, cogió el teléfono.
- ¡Hola! ¿Cómo va todo, universitario? - me dijo con esa alegría que siempre tenía, no sé cómo era posible pero me alegraba.
- Hola, va todo muy bien, en la universidades ya tengo un grupo de amigos que son muy amables y me encantan las clases, son muy interactivas y divertidas excepto cuando toca teoría pero aún así me gusta mucho.
- Ajá, peero... hay algo que no me estás contando. ¿Qué ha pasado? - creo que mi hermana era adivina o me conocía mejor que yo.
- ¿Cómo sabes que me pasa algo? No lo entiendo
- Austin...Dime que ha pasado, a lo mejor te puedo ayudar.
- A ver, no sé si te hablé de una de mis compañeras de piso, Tina. Es una chica muy guapa e inteligente, y canta demasiado bien. El caso es que después de descubrir que Tania me había puesto los cuernos, me lié con ella pero me dejó claro que no quería nada y menos por despecho. Y no sucedió nada hasta anoche. Después de visitar a un amigo en el hospital, nos fuimos a un bar a cenar y comenzamos a bailar y acabamos liándonos otra vez pero me dijo que podíamos ser amigos con derecho. Al volver a casa me pidió que durmiese con ella y yo acepté y fue una noche maravillosa pero esta mañana salí pitando de su habitación. No sabía qué hacer. Y creo que la he cagado porque se dio cuenta - se lo solté de sopetón, pero creo que ya se lo esperaba.
- Primero, no veo ningún problema en que seáis amigos con derecho si los dos estáis de acuerdo y segundo, respecto a lo de esta mañana capaz que puedes invitarla a comer y así te disculpas.
- Ya, es verdad, tienes razón - el problema era que me había saltado la parte en la que yo me estaba enamorando de ella.
- Entonces, a qué esperas, escríbele.
- Voy, voy. Gracias peque, de verdad no sé qué haría sin ti.
- Ni yo tampoco. Te quiero Austin.
- Y yo peque. Hasta luego - le mandé un beso y colgué.
No esperé ni un minuto para abrir el chat de Tina y escribirle si quería que comiéramos juntos. Pasaron cinco minutos y me llegué un mensaje, era ella, había accedido. Nada me alegró más la mañana que aquel mensaje.
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Siempre nos quedará NY
Teen FictionUn chico brillante de un pequeño pueblo costero dejará todo lo que conoce atrás para perseguir su sueño de ser director de cine en Nueva York, pero... ¿Quién sabe si encontrará el amor en el camino?