Capítulo 29: Palabras serias

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PALABRAS SERIAS

Mientras volvíamos le dije claramente que tenía que decírselo a los demás. Jeremiah parecía un poco reacio al principio pero logré convencerlo. 

De camino a casa paramos en nuestro restaurante favorito y pedimos comida para llevar.
Cuando llegamos cada uno estaba haciendo sus cosas, pero por suerte todos estaban en el piso.

Avisamos de que traíamos la cena y pusimos la mesa. Nos sentamos.
No quería presionar a Jer pero era evidente para todos que algo iba mal. Jer no se fue entre las ramas y lo soltó como cuando alguien suelta un ladrillo desde la quinta planta y nadie se lo espera pero ya no hay vuelta atrás, pues así lo hizo.

-Tengo cáncer.

-¿Cómo?- dijeron todos al unísono.

Tina estaba descompuesta y tanto Tess como Luca tenían la cara pálida.
Entonces Tess reaccionó.

-¿De qué?

-Pulmón.

-¿A tiempo de operar?

Se notaba que era estudiante de medicina.

-Sí. Pero tengo el pulmón dañado. Es posible que no cicatrice debidamente y es más peligroso.

-Por fumar supongo.

-Sí. Fui un estúpido. Pensé que nunca me pasaría nada así. Fui un ingenuo al pensar que era especial. Lo siento chicos. No quiero ser una peso que cargar...

-No pienses en eso ahora, ya lo has dejado. Todos nos equivocamos. Sé que te operarás. Sé que no querrás hacer quimioterapia. Pero tienes que saber que la operación es peligrosa.

Tina intervino.

-Jer, considera la quimio. Por favor. Puede ser una solución. Te lo han pillado a tiempo. Tan solo, piénsalo.

Parecía como si le suplicara que no se operara.

-No, no quiero Tina. No quiero.

-Jer por favor, piénsalo más fríamente. Lo más probable es que funcione, solo serán unos meses duros y luego habrá desaparecido y...

-Tina, para. No. Es mi decisión y quiero operarme.

-Nunca piensas las cosas a fondo. Te mueves por corazonadas. Intentas siempre evitar los problemas, encontrar atajos, pero no siempre esa es la solución al problema.

Tina se levantó y Tess intento tranquilizarla y pedirle que se sentara pero ella no lo hizo. Tiró la servilleta sobre la mesa y se dirigió hacia el pasillo. Escuchamos la puerta de su dormitorio cerrarse con un ruido sordo.

Luca se sentó en el sitio que había abandonado Tina junto a Jer y le puso una mano sobre el hombro.

-Estoy contigo Jer. Tina tiene razón en que quizá deberías pensarlo a fondo, pero si tu decisión es operarte te acompañaré en todo.

Tess agarró la mano de Jer.

-Sé que los médicos no deben decir esto, que son objetivos y no prometen nada. Pero va a salir bien. Todo indica a que sí. Aunque haya sólo una probabilidad entre 100 de que salga aún hay posibilidades.

Yo abracé a Jer. Él me pidió que fuera a ver a Tina. Parece ser que ahora yo era el mediador de esta casa. No me iba a quejar.

Entré en la habitación de Tina, ella estaba de pie mirando algunas fotos.

-No es justo Austin. Jer no lo entiende pero él es mi columna vertebral. No puedo perderlo, me moriría y él en vez de elegir la opción más segura, aunque sea más difícil, prefiere la arriesgada, la corta.
No quiero que le pase nada, claro que no quiero ver como se le cae el pelo y como se le debilitan los músculos, pero quiero saber que va a vivir. ¿Lo entiendes? Él es la persona que ha estado conmigo siempre y yo siempre he estado para él. No quiero que me abandone como mi madre.

Estaba llorando.

Me acerqué a ella y le cogí la mano. Su piel era suavísima. Le limpié una lágrima con la manga.

-Lo entiendo. Jer está pensando en ti. No quiere ser una carga, no quiere hacerte sufrir. Lo está pasando muy mal. Pero por mucho que te duela y sea arriesgado que se opere, es el camino que él ha escogido y solo nos queda rezar para que todo salga bien.

La cogí por los hombros e hice que me mirara con aquellos grandes ojos.

-Además no estás sola Tina. Tienes a Tess, Luca a Elio como se llame y me tienes a mí. No pienso dejar que pases por esto sola. Sé que él es como tu hermano. Me tienes para lo que necesites, sé que ha sido un poco confuso pero te aprecio muchísimo. No querría perderte por nada.

Y al decir eso supe que era toda la verdad. Que aquella chica lista y sensible me tendría para lo que quisiera. Que al final, se había vuelto más que una amiga. Pasaron por mi mente Tania, Leah y todas pero ninguna era como ella.

La quería.

Siempre nos quedará NYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora