HISTORIAS DE FILADELFIACuando me quité la venda de los ojos Austin me miraba desde una manta rodeado de cojines e iluminado por varias velas encendidas por toda la azotea. Al fondo había una pantalla blanca y en el centro un proyector.
Era un chico maravilloso. Nunca olvidaría lo guapo que estaba allí sentado.
-¡Austin! Esto es increíble. ¿Cómo lo has preparado?
-Aquí vemos las películas con el club de cine de la escuela. Le pedí a mi amigo que me la alquilara una noche para prepararte una sorpresa. Ven, siéntate.
Me acerqué a él y lo besé
-Sé que estás preocupada y tienes muchas cosas en la cabeza. Pero podemos intentar disfrutar de esta noche. Mañana será otro día.
-Me parece perfecto.
Austin se levantó y encendió el proyector. La película Historias de Filadelfia empezó a reproducirse. Justo cuando pensaba que no podía ser más romántico.
La vimos abrazados, rodeados por cojines y con el cielo estrellado sobre nuestras cabezas.
Era ya muy tarde cuando la película terminó y empezaba a hacer frío. Por suerte Austin trajo una manta con la que me tapé mientras él lo recogía todo. Guardó las cosas en la mochila y fuimos hacia la puerta que llevaba a las escaleras.
Agarró el polo para abrirla y de escuché pronto un sonido grave.
-Emm Tina. Tenemos un ligero problema.
No lo entendí hasta que se giró y vi el pomo en su mano y la puerta cerrada detrás.
-¿No tienes las llaves?
-No hay cerradura solo había un pomo. Solo se puede abrir desde dentro con la llave.
Intenté mantener la calma. Pero no lo conseguí.
-¿Y ahora que hacemos? Llama a tu amigo o algo, que nos abra la puerta.
-Este finde se iba a Baltimore con su novia.
-¿Y a un cerrajero?
Cogí el móvil y buscó en internet el teléfono de un cerrajero.
-No tengo datos. No pilla la cobertura.
-¿Esto es en serio?
Yo no se me ocurría nada más. La puerta era demasiado fuerte como para que Austin, que aunque yo lo quiero es un tirillas, o yo la pudiéramos abrir.
Austin me miró con cara de agobio aunque intentó que no se reflejara en su voz.
-Quizá mañana por la mañana alguien pase a tender, o a limpiar.
-Pues parece que tendremos que pasar la noche aquí.
Austin volvió a estirar la alfombra y las almohadas y nos tumbamos bajo la manta mirando la luna.
Él rompió el silencio.-Lo siento.
-No es culpa tuya. No te preocupes.
Nos miramos y vi que tenía los ojos vidriosos.
-¿Estás bien?
-Sí, es solo que no puedo creer la suerte que tengo de que me quieras. Cualquier otra persona se hubiera enfadado conmigo o se hubiera pasado la noche quejándose...
-Ya que estamos aquí, vamos a intentar disfrutar por lo menos.
Me acerqué a él lentamente y le rodeé la cintura. Lo besé el la frente, en la mejilla y por toda la nariz hasta llegar a la boca. Empecé a besarle el cuello hasta que sentí como él me apartaba ligeramente.
-Para.
-Austin yo... ¿Pasa algo?
-Es solo que hay algo que tengo que contarte.
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Siempre nos quedará NY
Teen FictionUn chico brillante de un pequeño pueblo costero dejará todo lo que conoce atrás para perseguir su sueño de ser director de cine en Nueva York, pero... ¿Quién sabe si encontrará el amor en el camino?